⠀ ⠀⠀ ⠀━━ 𝐌𝐘 𝐓𝐄𝐀𝐑𝐒 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐂𝐇𝐄𝐓 💸
⠀ ⠀⠀ ⠀❛ You had to kill me, but it killed
⠀ ⠀⠀ ⠀you ⠀ ⠀just ⠀ ⠀t h e ⠀ ⠀same ❜
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⠀ ⠀⠀ ⠀𝑒𝑛 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒. . . Heejin decide entrar a los
⠀ ⠀⠀ ⠀juegos luego de un montón de
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HWANG IN-HO.
Desperté lentamente y apenas abrí los ojos, un dolor agudo me atravesó la cabeza como un maldito martillo. Me llevé la mano a la sien, gruñendo por lo bajo.
Carajo... ¿por qué bebí así?
Llevaba más de cinco años sin emborracharme de esa manera.
Más de cinco años.
Y aún así, anoche lo hice.
Todo se fue a la mierda en cuanto la vi. Desde lejos, entre toda esa gente, observé como Heejin aceptaba la propuesta de mi hermano.
Lo recuerdo con claridad: su nerviosismo, lo frágil que se veía... y yo, abriéndome paso a empujones entre esa multitud de idiotas para sacarla de ahí...
Pero antes de que pudiera hacer algo, ella pronunció esa palabra que destrozó mi mundo entero.
"Sí."
Joder... solo pensar en la escena me revuelve el estómago.
Su sonrisa nerviosa, los aplausos de la multitud, esa falsa sensación de que pertenecía a él... como si nunca hubiera sido mía.
Ahí perdí el control. No pensé, no medí nada. Me hundí en el alcohol como un imbécil, intentando apagar el fuego que me consumía por dentro.
Y ahora, con la cabeza hecha polvo y la garganta seca, lo único que tengo claro es que no puedo dejarla ir.
No a ella.
No a mi Heejin.
Mis párpados pesaban como plomo mientras intentaba ordenar mis pensamientos, pero los recuerdos me golpearon de inmediato.
Su aroma. Sus manos en mi cabello. Mis manos aferradas a su cintura. El calor de su cuerpo, su respiración contra mi pecho.
Cada gesto, cada palabra que solté borracho, todo me recordaba cuánto la necesitaba.
Me incorporé en la cama, con la esperanza de que siguiera allí.
Pero no había nadie.
La cama estaba vacía.
—Heejin... —susurré, tocando el lugar donde había estado.
El silencio me golpeó de nuevo y una angustia espesa se instaló en mi pecho.
Solo quería tenerla a mi lado otra vez...
Me quedé unos minutos más allí, pero al final me obligué a levantarme. Una ducha caliente alivió poco a poco mi cabeza, aunque los recuerdos de Heejin se aferraban a mí como una sombra imposible de sacudir.
