—No perdamos tiempo, confía—. Habló el jugador extendiendo su sonrisa aún más.
—No, elegiremos nuestras tiras aquí—. Respondió el señor Gi-Hun, haciendo que el jugador soltara un suspiro.
—¿Por que? ¿No confías en nosotros?—.
—¿Y todavía pregunta por que?—. Respondí mirando al jugador 100.
—Ya dije que las traigan, aquí las tomaremos—.
—Okey—. El jugador que estaba frente nosotros dio la vuelta. —Denme las tiras, por favor—.
Algo planeaban, pues el jugador 100 tardó en procesar la petición del jugador y cuando lo hizo asintió repetidas veces con las tiras de tela en su mano.
—D-Déjame contarlas antes de pasarlas, permíteme—.
Tanto yo como el señor Gi-Hun, nos volteamos a ver, el sabía que tramaban algo, al igual que yo, fue en ese momento que el jugador se abalanzó directamente hacia el señor Gi-Hun.
—¡Gi-Hun!—.
Pero este en un movimiento rápido, sacó un cuchillo de sus pantalones. El jugador continuó abrazándolo por el torso mientras que los jugadores detrás de ellos jalaban de el por medio de los suéteres y en un movimiento rápido, Gi-Hun cortó la manga del suerte del jugador, haciendo que los demas cayesen al suelo y el jugador que estaba abrazándolo ya no se moviera junto con ellos y después amenazo al jugador con aquel cuchillo.
La bebé en mis brazos comenzó a llorar así que comencé a calmarla lo ma saque pude sabiendo que yo estaba peor que ella.
—No me mates, por favor, ellos me obligaron q hacerlo—. El apunto a los demás jugadores los cuales seguían en el suelo. —Por favor, no me mates—.
—¡Hazlo ya!—.
—¡Señor Gi-Hun—.
—¡A un lado!—.
El 333 se aproximó rápidamente hacia el mencionado, con intenciones evidentes de empujarlo con el tubo de metal en sus manos, pero no contaba con que el señor Gi-Hun fue rapido y se quitó del camino, haciendo que el 333 empujara al jugador que estaba enfrente de Gi-Hun.
"Jugador 336, eliminado"
Tanto como los jugadores del equipo círculo y yo, nos quedamos atónitos al ver que las verdaderas intensiones del 333 era matar a ese jugador.
—Estoy de su lado—. El 333 nos miró a ambos y después miró a los demás jugadores y comenzó a apuntarlos con el tubo de metal.
—Ya, ya, todos cálmense—. Comenzó a hablar el 100. —Eliminamos a alguien, todos continuamos, no hay necesidad de que luchemos—.
Intente calmar un poco mi respiración, pues después de lo último, quede demasiado alterada, sujete bien a la bebé en mis brazos y alce la vista hacia los jugadores.
—Oigan, solo queda una ronda más—. Habló el jugador 203. —Por favor, ya deja de agitar ese cuchillo, hay que pensarlo bien primero—.
Sin embargo, Gi-Hun lo alzó un poco más, nadie se comería el cuento de amistad en esta situación, ni tampoco caería en el juego del 333.
—Ya que es la ronda final, creo que sería mejor hacer lo de las tiras, ¿que dicen ustedes?—.
—Y-Yo, yo digo que lo hagamos—.
—Aquí están—. Dijo el 100 mientras alzaba los trozos de tela en sus manos. —¿Les parece si seguimos con esto? Será más democrático y justo—.
