Habían pasado ya varios meses desde que acepté mudarme a la casa con Mike, Emilio y Milton. Lo que en un principio fue una decisión profesional y práctica, se había convertido en algo mucho más complejo y profundo.
La convivencia con los hermanos tenía sus altos y bajos, claro, pero lo que me mantenía centrada era la relación que poco a poco se tejía con Milton. Cada día, a pesar de los retos, sentía que estábamos construyendo algo real, algo sólido, aunque no sin sus momentos de incertidumbre.
Esa noche, la casa estaba tranquila. Todos habían ido a dormir temprano, cada quien a su cuarto, excepto Milton y yo que terminábamos de ver una película en la sala. El reloj marcaba casi la medianoche, pero la atmósfera entre nosotros estaba cargada de una tensión eléctrica que no podíamos ignorar.
Milton estaba sentado a mi lado, su rostro iluminado tenuemente por la luz de la pantalla, pero sus ojos no estaban en la película, sino en mí. Yo sentía que el aire se había espesado, como si cada respiración fuera un pacto silencioso de acercamiento.
Sin decir palabra, él tomó mi mano con delicadeza. Ese simple gesto hizo que mi corazón se acelerara y que un calor intenso se extendiera por todo mi cuerpo. Su mirada me invitaba a un juego que ambos queríamos, pero que hasta entonces no nos habíamos permitido.
Milton se acercó lentamente, sus labios rozando suavemente los míos en un beso que fue al principio tímido, pero que pronto se convirtió en urgente, en desesperado por expresar todo lo que las palabras no podían.
Nuestros cuerpos se acomodaron juntos, como si encajaran después de tanto tiempo de búsqueda. Las manos de Milton exploraban con cuidado, como descubriendo un mapa que solo él podía trazar.
La noche avanzó entre susurros, caricias y gemidos que se mezclaban con el sonido sutil de la casa en silencio. Sentí cada roce, cada latido, cada emoción atravesando mi piel con una intensidad que me sorprendía y me hacía temblar.
En un momento de pausa, mientras nuestras miradas se encontraban profundas y sinceras, Milton rompió el silencio con una confesión que hizo que el mundo se detuviera.
-Michelle... te amo -susurró con voz baja, casi temblorosa, como si pronunciar esas palabras fuera tan difícil como necesario.
Mi pecho se infló de una emoción abrumadora. No esperaba escuchar esas palabras en ese instante, pero al mismo tiempo, todo tenía sentido. Porque yo también lo amaba, aunque aún no lo había dicho en voz alta.
Nos fundimos en un nuevo beso, más suave esta vez, cargado de la promesa de lo que vendría.
El primer "te amo" que salió de Milton no fue solo una frase, fue una llave que abrió puertas dentro de los dos, invitándonos a explorar no solo la pasión, sino también la ternura y el compromiso que significaba amar de verdad.
Esa noche, cuando finalmente nos quedamos dormidos, abrazados en la penumbra, supe que habíamos cruzado un umbral. Que lo que teníamos ya no era solo deseo o incertidumbre, sino algo que podría crecer y sostenernos, aun en medio de las tormentas.
CZYTASZ
"𝐍𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐨 𝐧𝐚𝐝𝐚, 𝐲 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐬 𝐭𝐮𝐲𝐨" || 𝐌𝐢𝐥𝐭𝐨𝐧𝐃𝐑𝐌 ||
FanfictionNo es la historia de una fanática que sueña con besar a su ídolo, ni una fantasía de romance instantáneo. Es la historia de alguien que se cruza en el camino de Latín Mafia sin buscarlo, con una cámara en mano y un poco de curiosidad, sin saber que...
