Rhaenyra y Aegon murieron en su lucha por el Trono de Hierro, pero los dioses les dieron una segunda oportunidad. Al despertar en el pasado, descubren que algo salió terriblemente mal: Rhaenyra está en el cuerpo de Aegon... y Aegon en el de Rhaenyra...
—No te golpeó no más porque estás embarazado - Aegon le sacó la lengua. —Que raro, no haz vomitado.
—Tú hueles bien- Rhaenyra le miró —En fin ¿que haremos?
—Tu víbora... digo tu madre quiere que me reúna con nobles para conseguir aliados, he considerado empezar a beber en su lugar.
—Ese viejo truco, no le da vergüenza - negó —Tú sigue como estas, hazla pasar vergüenza.
—No te preocupes, ella sola se encarga de eso, por cierto, necesito que te acerques a mis hijos, los tienes abandonados.
—Me da vergüenza verlos - Rhaenyra le miró.
—Bueno, te lo mereces - Aegon la miró mal —Ve o te la jalare las orejas hasta que te queden como las de un conejo.
—¡Bien! Bien déjame en paz - se puso de pié y salió corriendo.
—Cobarde.
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Jacaerys, Joffrey y Lucerys estaban sentados en un sofá con los rostros sin expresión, Aegon decía cosas sin sentidos y ellos trataban de entender que decía su madre la cual había tenido un cambio repentino.
Aegon observaba de vez en cuando la puerta, en ella se encontraba Rhaenyra haciéndole señas con jalas sus orejas y de cortar el cuello.
—Eh bueno... debemos de llevarnos bien, somos padre e hijos, digo madre e hijos, si... eso -murmuró el nervioso.
—¿Que sucede mamá? - Jace la miró extrañada.
—¿Es cierto lo que dicen? Que le vomitaste... - Aegon le tapo rápidamente la boca a Lucerys, su rostro se torno rojo rápidamente.
—¿Quién te enseñó a ser irrespetuoso? Que vergüenza.
—Vergüenza lo que te paso madre - Aegon abrió los ojos.
—No puede ser - negó, Rhaenyra desde la puerta le hizo señas y este negó, pero Rhaenyra se toco las orejas —¡Bien! Bien, niños iremos al jardín a dar un paseo.
