T.P - jaeren

II

Jaehyun elevó el total de participantes hasta siete. Siete de los hombres más temidos del país bajo un mismo techo. Prisión de Dscape.

La cerca del perímetro se estiraba por encima, y las bobinas de alambre afilado como cuchilla hicieron que Renjun se estremeciera. Detrás de las vallas, había paredes, gruesas e inflexibles, y luego vinieron las puertas. Las cerraduras chasquearon y se cerraron de golpe. Lo condujeron por pasarelas de concreto que hacían eco con cada paso hacia la oscuridad circundante. Otra puerta, otro pasillo, luego una puerta blanca en el ala psiquiátrica.

La estética de la prisión dio paso a un ambiente de estilo hospitalario. Largos pasillos blancos con arte decorativo en las paredes.

Una combinación de lejía y antiséptico era un sabor físico en el aire. Los techos eran altos y las luces brillantes iluminaban el área. No sombrasfantasmales, grafitis en bruto, o cuartos desolados. Los reclusos que Renjun vio a través de las barras alzaron sus manos y saludaron. No echaban espuma por la boca, presos gritando era lo que había anticipado, y de alguna manera, esto era peor. Algunos de los hombres más amistosos habían cometido los peores crímenes. Renjun miró las notas y los archivos, luego miró al hombre de enfrente, incapaz de creer que el hombre de buenos modales tomara vidas por un capricho.

La oficina de Renjun estaba a mitad del largo pasillo. No había circuito cerrado de televisión en la habitación, pero había un botón de pánico en la pared. Los prisioneros fueron escoltados hasta la puerta al final del pasillo, y el guardia esperó hasta que terminaron las sesiones, y luego los tomó de regreso. El corredor estaba vigilado y los guardias caminaban regularmente de un lado a otro, pero el estómago de Renjun se sacudió con inquietud ante la idea de estar a pocos metros de la ayuda.

Ryo no parecía un chico capaz de asesinar. Era pequeño, delgado y, tan ansioso por responder preguntas, le recordó a Renjun un Labrador. Se movió hacia arriba y abajo en su silla, y con frecuencia comenzó a responder antes de que Renjun terminara de hablar. Xiaoting le dijo que Ryo contaba las horas para sus próximas reuniones y sonrió sólidamente durante dos días después de cada una. Renjun oró por más participantes como Ryo.

Él ya estaba sentado detrás de la mesa cuando llegó Renjun, y observó cómo sacaba sus papeles.

─Voy a hacer algunas preguntas sobre tu familia. En particular, a tus padres.

Ryo asintió tan rápido que se puso borroso, y Renjun parpadeó para reajustarse.

─Mi madre murió cuando era pequeño.

─Eso debe haber sido traumático.

─Yo era pequeño. No me acuerdo.

─¿Le preguntaste a tu papá sobre ella?

Ryo frunció el ceño y miró a Renjun como si hubiera dicho algo complejo.

─¿Por qué habría?

─Para aprender sobre ella.

─¿Por qué? Ella está muerta, no vale mucho la pena saber si está muerta.

─Háblame de tu papá.

─Papá podría ser un hombre bastante duro. Muy interesado en el castigo.

─¿Y cómo te castigó?

Ryo sonrió y levantó la manga de su camiseta. Círculos pálidos cubrían sus pequeños bíceps y los acariciaba con ternura.

─Me apagó sus cigarrillos en mí.

Renjun contó diecisiete círculos, luego sintió náuseas y se detuvo.

─No están del todo mal, ─dijo Ryo rápidamente.