𝐇𝐨𝐰 𝐝𝐢𝐝 𝐢𝐭 𝐞𝐧𝐝? ° ʰᵃⁿ ˢᵉᵒʲᵘⁿ

10. problems?

Había estado evitando a Seojun por todos lados; no respondía sus llamadas ni sus mensajes. Pero esta vez, no pude escapar: me atrapó.

-¿Estás bien?

-¿Yo? Claro que sí...

-¿Por qué me evitas?

-No te estoy evitando, no sé de qué hablas.

-No fuiste a verme al hospital.

-No sabía que estabas ahí...

-¿No te lo dijo Soojin? —negué con la cabeza.

-Te extrañé —dijo, y me abrazó.

—Ah... tengo que irme, te veo luego. —Intenté apartarme, pero él me abrazó más fuerte.

—Ven, vamos al salón —asentí, y por suerte, Soojin no estaba ahí.

Omnisciente

Después de la clase de deportes, Soojin estaba tomando fotos de Seojun.

—¿Qué haces? ¿Por qué me tomas fotos? —preguntó él, confundido.

—Eres guapo.

—¿A ti no te gustaba Lee Suho?

—Sí, ¿y qué?

—Soy el novio de tu hermana.

—Eras.

Al final de clases, Suho buscaba el collar que le había regalado a Jukyung. Entonces apareció Soojin.

—¿Buscas esto? —preguntó, mostrándolo entre sus dedos.

—Soojin... —murmuró Suho, justo antes de que ella lo arrojara al bote que contenía fuego.

—¿Por qué hiciste eso?

—Porque me gustas. ¿Por qué te callas? Ya lo sabías.

—¿No eras amiga de Jukyung?

—Lo seremos cuando termines con ella.

—¿Qué?

—Ella es una persona amable y tierna, también la quiero, pero... no tanto como a ti. No dejaré que te arranque de mi lado. Si no quieres que sufra por su amiga, termina con ella.

—No eres... la Soojin que conozco.

—Ni siquiera la conoces bien. Yo he sido tu amiga durante años... ¿no puedes terminar con ella y enamorarte de mí? Sería lo mejor. Estoy segura de que si te lo hubiera dicho antes, me habrías elegido a mí.

—No... no sería así.

Jiwoo caminaba rumbo a casa, con la mirada perdida y el corazón apretado. La tarde caía, y el viento frío apenas lograba despejarle los pensamientos. De pronto, una voz conocida la detuvo.

—Jiwoo…

Se giró. Ahí estaba Seojun, con el rostro lleno de confusión y tristeza.

—¿Qué te dijo Soojin? —preguntó, con la voz temblorosa.

—¿De qué hablas? —intentó fingir calma, aunque sus manos temblaban.

—Ella me dijo que… que ya no querías estar conmigo. ¿Es cierto?

Jiwoo bajó la mirada. Tragó saliva, respiró hondo, y con un hilo de voz murmuró:

—Aléjate de mí.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste. Ya no quiero que te acerques a mí. No me busques más, Seojun.

—¡¿Qué estás diciendo?! ¿Por qué hablas así? ¿Qué pasó?

—¡Suéltame! —gritó, dando un paso atrás—. ¡Ya no quiero estar contigo! Déjame en paz, por favor…

Las palabras se rompían en su garganta. Seojun la miró sin comprender, con el corazón hecho pedazos.

Y, desde una esquina, Soojin observaba la escena en silencio, con una sonrisa apenas perceptible.
El eco del grito de Jiwoo se desvaneció, pero el daño ya estaba hecho.