- Gracias a ti por dejarme estar aquí con ustedes esta noche.


Escucharon una risa cantarina que logró que aquel contacto visual que habían mantenido durante su corta conversación se rompiera. Ese fue el anuncio que el rizado necesitó para sonreír ampliamente mostrando sus hoyuelos y después salió de la cocina para continuar con el juego extraño que se había inventado con su pequeña hija.


Louis sintió un poco de tranquilidad al encontrarse de nuevo solo en la cocina y miró a un costado topándose con su computador, así que sin más lo tomó para poder continuar con la creación de su proyecto, el cual tenía que entregar el fin de semana.


Sus dedos se movían rápidamente por el teclado y no se sentía tan preocupado por lo que podría pasarle a su hija porque sabía que se encontraba en buenas manos y sólo se vio interrumpido por el sonido del horno anunciando que el pollo con verduras se encontraba completamente listo.


Sacó la comida y después se dirigió a poner la mesa encontrándose con la cosa más graciosa que había visto en su vida: en el suelo se encontraba sentado su jefe mientras su hija se encontraba de pie en el sofá haciendo cosas extrañas con su rizado cabello.


Harry se encontraba completamente perdido mirando la televisión donde transmitían una película de Barbie mientras su hija fruncía el entrecejo completamente concentrada en lo que sus manos hacían con el cabello del mayor.


Pasó desapercibido por ellos cuando acomodó los platos, vasos y cubiertos sobre la mesa, pero no corrió con la misma suerte cuando volvió hacia ellos con la charola del pollo entre sus manos.


El de ojos verdes sonrió ampliamente al mirarlo y el correspondió de la misma manera.


- ¿Qué se supone que haces, cariño? – le preguntó a su hija, mientras ponía la charola en el centro de los tres platos que se encontraban puestos.

- Hago que Harry luzca como Barbie – soltó, sin dejar lo que hacía.

- Debería de lucir como el príncipe de Barbie – se quejó, el rizado.


Ella rió y negó con la cabeza a pesar de que el de rizos no podía verla.


- Tienes el cabello largo – dijo, como si fuera lo más obvio – eres Barbie.


Louis puso una mano en su boca al reír y Harry frunció el entrecejo en su dirección luciendo completamente ridículo ya que no podía tomarlo en serio cuando tenía una trenza a cada lado, justo empezando desde la altura de sus orejas y en el centro, el cabello que había quedado sin trenzar, su hija lo había levantado en un moño y todo era realmente bizarro.


- Lux tiene razón – rió – tu cabello es largo y eso te convierte automáticamente en Barbie.

- En este momento desearía que me siguieras respetando como tu jefe – bromeó, el rizado.


Después de unos minutos, Lux dejó libre el cabello del rizado y se dirigió al baño junto a él para poderse lavar las manos antes de que se sentaran a la mesa. Louis los dejó solos para poder lavar sus propias manos y cuando volvió miró al rizado sirviendo pollo en el plato de su hija para después empezar a preguntarle acerca de qué verduras le gustaban.

Stay |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora