🍼.ᐟ.ᐟ capitulo 12.

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— Bien, cansado pero por fin acabé por el día de hoy. —Murmuró, demasiado fatigado aquella noche.

JeongIn amaba su trabajo, pero en ocasiones le desesperaba ver tantas palabras en un mismo documento, teniendo que leer a detalle para las correcciones y las notas personalizadas que dejaba. Su vista le exigía un descanso al momento de que su día laboral terminaba, probablemente por ello necesitaba lentes y, si no fuera demasiado testarudo, los usaría todo el tiempo.

— Si te sientes muy cansado podemos ir a la cafetería otro día, no quisiera molestarte. —Comentó rápidamente, angustiado por su expresión.

— No, está bien. Solo estoy un poco cansado de la vista, tuve algunos documentos pesados que revisar, no me aparté de la computadora en todo el rato. —Explicó, restándole importancia.

— ¿Estás seguro? Podemos dejarlo para otra ocasión.

— Vamos, o se nos hará más tarde. —Con una última sonrisa, se apresuró a salir mientras acomodaba la manta sobre el bebé, haciéndole cariños en su camino a la puerta.

HyunJin se apresuró para abrirle la puerta, ayudándole con sus pertenencias mientras JeongIn mantenía a Rowoon contra su cuerpo, resguardándolo del frío de la noche. Caminaron hombro con hombro en silencio, sin estar seguros de qué decir conforme daban cada paso. El azabache nuevamente se aseguró de abrir la puerta cuando llegaron a la cafetería, y una vez que encontraron una mesa para su estadía, el azabache preguntó sobre qué pediría para dirigirse a la caja a ordenar.

El pelinegro bajó la mirada hasta Rowoon, decidiendo que lo pondría en el portabebé por mientras. Desenredó la manta del pequeño y, con cuidado de no lastimarlo, lo acomodó sobre el espacio antes de volver poner la manta a su alrededor, sonriendo cuando el bebé pareció quejarse de volver a su lugar habitual.

— ¿No quieres estar ahí, cariño? —Comenzó a mecerlo, agarrando la pequeña mano entre sus dedos, enternecido por la diferencia entre sus manos.

Cuando HyunJin se encaminó de regreso a la mesa, sonrió por la imagen de JeongIn haciendo gestos hacia el portabebé, demasiado concentrado en Rowoon como para prestar atención a su alrededor. Tragando en seco, rompió la poca distancia que quedaba y tomó asiento a su costado, inclinándose lo suficiente para ver la bebé y recibir su mirada curiosa sobre su persona.

— Hola, bebé. —Saludó, moviendo su mano.

El bebé sonrió, haciendo un intento de mover su propia mano. JeongIn abrió los ojos con asombro, demasiado sorprendido por la movilidad que estaba adquiriendo su bebé conforme las semanas pasaban. Maldición, ya comenzaba a sentirse repentinamente nostálgico si contaba el tiempo hacía atrás, por lo que alejó sus pensamientos demasiado sensibles.

— ¿De qué querías hablar? —Cuestionó el pelinegro, tratando de desviar la atención de su mente.

El azabache pensó por un momento la forma de iniciar, aclarando su garganta.—Lo estuve pensando mucho el fin de semana, y sentí que era necesario hablar de esto. Lo que sucedió el viernes, siento que es algo de lo que debemos dejar en claro y que yo no me expresé lo suficientemente bien, de hecho, no me expresé en absoluto y por ello te debo una disculpa.

— HyunJin... —Cuando intentó detenerlo, negó.

— Te debo una disculpa, JeongIn. Ese día, no quise que malinterpretaras mi silencio como algo malo, simplemente no supe como reaccionar, al igual de no saber qué contestar, por lo que pudiste tomarlo como algo malo. Mi intención jamás ha sido incomodarte o hacerte sentir mal, por lo que te pido perdón si ese día de alguna manera te ofendí, no era mi intención. Lo pensé, lo estuve pensando demasiado, solo quiero decirte que me gusta pasar el tiempo contigo así sea solamente cuando nos vemos al dejar a Rowoon, o cuando vas a recogerlo, porque me gusta hablar contigo, no importa el tiempo que sea. Si tu pregunta sigue vigente, estaría encantado de vernos mas allá de la guardería, poder entablar otra clase de relación fuera del trabajo, podemos formar una amistad y no solo vernos como enfermero y padre, sino como amigos, algo más cercano.

JeongIn se quedó sin palabras, sorprendido ante lo dicho. No esperaba que hablaran de lo sucedido del viernes, pensó que solo él se torturaba con ello, demasiado mortificado como para pensar si HyunJin lo había notado, solo quería huir. Entreabrió los labios, queriendo decir algo cuando su orden llegó, por lo que agradecieron al mesero por llevar sus bebidas y los postres antes de verlo alejarse.

— Sé que es inesperado, pero sentía la necesidad de pedirte una disculpa. Sentía que lo correcto era hablarlo, no quería que las cosas se tornaran incómodas, no cuando siento que nos llevamos bien, y me mortificaría si algo cambia.

—Me gustaría eso, vernos en otros lugares que no sean la guardería, de hecho tenía algo que contarte al respecto. —Tomando ese momento oportuno, continuó.— En mi trabajo me propusieron trabajar desde casa, por lo que acepté como una manera de poder cuidar por mi cuenta a Rowoon y poder vivir cada etapa con él. No quisiera que las cosas importantes las aprendiera lejos de mí, quisiera poder estar durante su crecimiento, seguir con esta vida teniéndolo a mi lado porque así será por un gran tiempo. Así que, no creo asistir a la guardería por más tiempo, es momento de tener y cuidar a Rowoon por mi cuenta.

— ¿Hasta cuándo lo dejarás en la guardería? —Cuestionó con sorpresa, sin esperar aquella noticia.

— Posiblemente lo que resta esta semana, no estoy seguro si seguirá la próxima, pero estaré moviendo mis cosas a casa lo más pronto posible.

HyunJin se sintió levemente afligido por la noticia, ¿Ya no cuidaría más a Rowoon?, un leve malestar se instaló en la boca de su estómago, tratando de apaciguarla tomando un trago de su café.

— Entiendo, eso es muy bueno, que los padres puedan vivir personalmente cada experiencia de los hijos, cada etapa es muy importante. Me alegra que puedas dedicarle tiempo al trabajo y a Rowoon ahora, desde casa podrás acomodarte mejor.

Asintió, apartando su bebida.— Sí, de esa manera estoy más cómodo.

Un silencio se instaló en la mesa, haciendo pesado el ambiente entre ellos. Entre pequeños sorbos y degustando el postre, se mantuvieron así por un rato hasta casi finalizar su orden, rompiendo el silencio.

— Pero podemos vernos, tenemos el contacto del otro, solo es cuestión de ponernos de acuerdo. —Animó el pelinegro, sonriendo.

Lo que restó de su velada fue relajado, retomando una vieja conversación que habían tenido y dejando la tensión y la incomodidad a un lado. Cuando se hizo más tarde, decidieron que era momento de irse, y entre disputas sobre que JeongIn insistía que podía irse solo, HyunJin ganó y lo acompañó hasta el edificio de su departamento, sintiéndose aliviado de permanecer a su lado.

Demasiado reacio en dejarlo ir, decidió llamarlo antes de dejarlo entrar al edificio, queriendo quitar aquella espina de duda que se había enterrado durante la noche.

— JeongIn. —Llamó, haciéndolo detener.

— ¿Si? —Se giró para observarlo a la distancia, escuchando atentamente.

— Estamos bien, ¿Verdad? Después de lo de hoy, ¿Seguimos estando bien como antes?

El pelinegro sonrió, asintiendo.— Nada cambió, me alegro que decidieras hablarlo.

— ¿Te parece planear otra salida? Sé que es algo apresurado, y todavía ni siquiera te he dejado llegar a tu departamento, pero solo quería saber si nos veríamos otra vez de esta manera.

— HyunJin, me encantaría volver a salir contigo, solo pongámonos de acuerdo. —Lo interrumpió, divertido por su hablar.

— Perfecto. Buenas noches, JeongInie. —Sonrió, despidiéndose con un gesto de mano.

— Buenas noches, HyunJinie.

El azabache no podía esperar para volver a salir con el pelinegro, ansiaba que esa salida llegara más pronto de lo esperado. 


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