Edmund

6.1K 401 126
                                    

Estaba acostada en la tienda que nos habían puesto los centauros para Lucy, Susan y para mí. Habían cobijas en el piso y almohadas para descansar. Estaba nerviosa. Peter, Susan y Lucy se encontraban afuera esperando la llegada de su hermano, unidos. Yo, me vine a refugiar a la tienda, mis manos temblaban y mi cuerpo estaba ansioso, mi cabeza dolía de darle tantas vueltas al asunto. ¿Y si Edmund había sido asesinado? No podía ver a mis nuevos amigos devastados, no podía recibir otra mala noticia. No era cercana a Edmund, pero era cercana a sus hermanos, son mis amigos. En los días que habían transcurrido habían compartido momentos y experiencias únicas. Ya les había contado sobre su tío y sus padres, sin decir que ellos habían compartido sus similitudes y diferencias con ella. Ella jamás había tenido amigos. Se consideraba una chica solitaria y tímida, y ellos la hacían extrovertida y valiente. 

Trago grueso y pienso en mis padres. En cómo no me pude despedir de ellos. En cómo me dieron las noticias. ¿Los Pevensi podrán soportar al noticia?

No pienses así Jessica, me obligué a decir.

Edmund está vivo.

¿Y si no?

-¡Edmund!

Abro mis ojos y mis pensamientos pausan. Me paro de mi lugar y miro la salida. Lucy.

Camino y detengo mi mano en la tela que formaba un triángulo. ¿Eran gritos de alegría o de terror?

Cierro los ojos y deseo poder regresar unos segundos para identificar el tono de voz.

Trago grueso y me asomo lentamente, mis ojos se entrecierran por la luz del sol. Cuando se fueron acostumbrando busca a las tres figuras que estaban afuera sentados horas antes.

Al verlos parados una sonrisa torcida apareció en mi cara. Edmund estaba con ellos. Mi pecho subía y bajaba de la emoción. Estaba vivo.

Dudé en salir de la tienda. Era algo más familiar. Al tardar en decidirme ya era demasiado tarde. Mis ojos habían chocado con los de Lucy.

-¡Jessica! ¡Edmund está aquí!

Yo camino hacia ellos y le regalo una sonrisa tímida a Edmund, quien igualmente estaba nervioso.

Abro mi boca para decir algo pero la cierro al no saber qué decir.

¡ESTAS VIVIO!, no.

Hey, ¿Cómo estás?, tampoco.

Ya era demasiado tarde para un abrazo. Estiro mi espalda incómoda y noto varios moretones y rasgadas en su rostro. Tenía sangre seca.

-Tenemos que ir a curarte eso - digo señalando su rostro.

-Sí - responde nervioso y finalmente me mira, quien había evitado mirarme.

Sonreí un poco al hacer contacto visual y él se le contagió mi sonrisa.

Lucy empezó a reírse felizmente y volvió abrazar a su hermano.

-Vaya, eso fue incómodo - me susurra Peter en el oído - y divertido.

Lo fulmino con la mirada. Y alzo los hombros.

Él me señala con los ojos a Edmund para que dijera algo más.

-Es bueno volverte a ver - digo.

Edmund me mira quien estaba riendo con Lucy y asiente - Igual.

-¿Por qué no vas a dormir un rato? - le dice su hermano - la segunda tienda.

Edmund asiente mirándolo y suelta a Lucy. Me regala una última mirada y camina hacia su despectiva carpa.

Me quedo viendo cómo caminaba cansado, mirando cada uno de sus movimientos. Cuando se metió y desapareció de la vista regresé a los Pevensi. Al girarme todos me estaban viendo.

Las Crónicas de Narnia; El León, la bruja y el ropero [1/4] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora