Ririka Miyamoto es una gyaru brillante, coqueta y letal. Su Quirk dulce y pegajoso refleja su personalidad, entre más glamorosa y segura esté, más poderosa se vuelve.
Al ingresar a la U.A., no solo enfrentará enemigos, sino también un intenso trián...
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002 | FIRST DAY
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ERAN LAS CINCO DE LA MAÑANA y el sol todavía no había salido. Ririka, quien ya se encontraba levantada, empezó a maquillarse con presión. Frente al espejo iluminado de su tocador, delineó sus ojos en un ala exagerada, pestañas postizas largas como alas de mariposa, y un brillo rosado en los labios que hacía juego con los piercings brillantes que decoraban su boca.
No era un simple maquillaje, era su armadura. Cada cristal, cada detalle, tenía que gritar “soy yo”
El uniforme de la U.A. esperaba sobre su cama, pero no cualquiera lo usaría como ella. La blusa blanca quedó anudada al frente, marcando su cintura, la falda, doblada unas cuantas veces hasta quedar más corta y coqueta, en el lazo del pecho colgaban pines decorativos con personajes que amaba, dándole un toque rebelde. Pulseras rosas y de pinchos tintineaban en su muñeca mientras se ajustaba el scrunchie felpudo a juego con su celular color chicle.
Una mirada fugaz paso por el espejo, su cabello caía en ondas perfectas, adornado con moños, dijes y clips llamativos. Nadie en la U.A. iba a pasar por alto su entrada. Con un chasquido de labios y una sonrisa confiada, murmuró para sí misma.
—Que se preparen… porque Ririka Miyamoto no nació para pasar desapercibida.
Tomó su bolso brillante, salió de la habitación, comenzando a caminar con pasos seguros, dejando tras de sí un aroma dulce que parecía desafiar la poca iluminación de la madrugada.
Tomo las llaves de su auto y pudo escuchar como su teléfono empezaba a vibrar, era monoma, habían quedado que Ririka pasaría por el a su casa para ir juntos a la preparatoria.
—Ya vienes?–pregunto al otro lado de la line.
—Si, voy saliendo de mi casa, ya voy para allá, no me hagas tocar el claxon porfavor–dijo para escuchar el bufido de su amigo.
—De acuerdo, nos vemos en un momento–corto.
El transcurso a casa de Monoma fue corto, pusieron un poco de música, más especifico, la canción de tokyo drift que sale en rapidos y furiosos.
—Listo para ser héroes CopyPaste?–pregunto rirka colocandose unas gafas de sol rosadas.
—Siempre caramelito–respondio, para subir el volumen del estéreo.
Al llegar a la escuela estacionó el auto, y pudo apreciar el gran edificio frente a ella, era enorme, alto, imponente, tan gris como el concreto bajo sus pies. Mientras la mayoría caminaba encorvados, nervioso, o con cara de no haber dormido en días, ella estaba completamente impecable, con su energía al cien por ciento, como si estuviera caminando sobre una pasarela de modelaje. Los murmullos al verla tan llamativa empezaron a hacerse notar, al momento de que Ririka puso un pie en el interior del edificio.