Te conocí sin buscarte,
no sabía quién habría en esa clase,
pero parece que conectamos al instante.
Tras aquel día, no dejamos de hablar,
nos contábamos de todo sin parar,
formamos muy rápido nuestra amistad,
jamás pensé que acabaría tan mal.
Nos encontramos en [mi/nuestro] peor momento,
estaba débil y sufría por dentro,
necesitaba a alguien con quien sentirme libre.
Contigo conocí a ese alguien,
me hacías sentir menos triste.
Aquel verano pasó mejor contigo,
no solo me hacías compañía,
también me mostrabas empatía.
No decidí que me atravesara la flecha de Cupido.
Tras aquel verano, todo fue a peor:
jugaste conmigo,
me conseguiste transformar en peón,
y cuando te aburriste,
de mí te deshiciste.
Conseguiste hacerlo varias veces,
me tenías comiendo de tu mano,
y eso que me alimentabas con heces.
Pero siempre volvía a caer:
una primera,
segunda,
tercera,
y enésima vez.
¿Cuándo me equivoqué?...
No.
Es posible que haya cometido errores,
errores que no te afectaron,
pero que usabas como excusa para hacerme sentir culpable.
Nunca me trataste como a los demás:
cuando tú avanzaste, me dejaste atrás;
cuando yo avancé, te hice un hueco más.
Se te olvida que tú también estabas débil al comenzar.
Esta vez, lo digo alto y claro:
NO VOY A CAER NUNCA MÁS.
Me harté de ti,
de tus mentiras,
de tus manipulaciones y engaños mentales,
de cada día que sufrí hasta tarde,
de volver a caer como un gato tentado por un ratón,
y no darme cuenta de que el ratón era yo.
No volveré,
no,
lo siento,
no caeré de nuevo,
no quiero ver cómo yo inserto las monedas,
mientras tú te pasas el juego.
Hoy, al fin, me despido de ti;
de tus mentiras,
del dolor de aquellos días,
de cada vez que te decía que lo sentía,
del cariño que te tenía,
de pasar el tiempo contigo de forma entretenida,
de cada día en que lo último que hacía antes de irme a dormir era desearte buenas noches,
de todo lo bueno que te decía
de todas las risas,
y de todos los lamentos.
Ahora, solo me queda darte las gracias;
gracias por ayudarme con mis problemas,
gracias por preocuparte por mí,
gracias por mostrarme luz en un mundo de oscuridad,
gracias por enseñarme un significado distinto de la palabra "amar",
gracias por estos dos años de amistad,
y gracias por enseñarme a qué no hacer.
Los errores que cometí contigo, no los volveré a cometer.
KAMU SEDANG MEMBACA
Preguntas
PuisiRecopilatorio de poemas con preguntas tan frecuentes como personales.
