𝑪𝒆𝒓𝒄𝒂𝒏𝒊𝒂 𝑰𝒏𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆 // 𝑭𝒓𝒆𝒆𝒏𝒃𝒆𝒄𝒌𝒚

Preguntas y algo más

F: (intentando sonar tranquila) ¿Ah, sí? ¿Y puedo saber quién?

Becky me observó con esos ojos suyos llenos de travesura. Se quedó en silencio unos segundos, como si ensayara una broma interna. Y luego habló.

B: (jugando) Es alguien... que se ríe como si no quisiera hacerlo muy fuerte, pero igual se le escapa...

Yo sentí cómo el calor subía por mi cuello.

B: (riendo) Y que cuando se pone nerviosa... se le arrugan los hombros.

Fingí arreglar mi postura de inmediato.

F: (bromeando) Esa persona debe ser encantadora.

B: (jugando con la servilleta) Lo es. Aunque aún no se da cuenta... de cuánto me gusta su compañía.

Fui a decir algo, algo tímido, algo tonto, algo que no sonara como: "Por favor dime que estás hablando de mí", cuando...

DING-DONG.

El timbre.

Las dos dimos un respingo.

F: (parpadeando) ¡El helado!

Becky se llevó una mano al pecho, riendo nerviosa.

Me levanté como un rayo.

F: (mientras camino a la puerta) Tal vez sea una señal... de que alguien se está derritiendo.

B: (riendo desde el sofá) ¿¡El helado o yo!?

F: (mirándola sobre el hombro) ¿Y si son las dos?

B: Sabes que, mejor hay que ver una película.

S: Ehh si claro, voy a escoger una.

B: Te juro que si esta peli termina siendo un drama raro con final triste, me voy a vengar -dijo mientras se acomodaba aún más cerca de mí en el sofá, su hombro rozando el mío con una naturalidad que me tenía al borde del colapso interno.

S: hace meses me la recomendó Nam -respondí mientras buscaba la película en la app-. Me dijo que era "arte visual y emoción pura". No la he visto, pero... confío en su gusto.

B: Espero que sea buena.

S: Ella es experta en películas seguro si que lo es.

Presioné "Reproducir" y, por alguna razón, el ambiente se volvió más íntimo de inmediato. Las luces del departamento eran suaves, la lluvia golpeaba levemente las ventanas, y el helado ya se había quedado olvidado en el centro de la mesa.

La película comenzó con esa calma silenciosa de los filmes europeos. Todo iba bien: dos chicas jóvenes, conversaciones sinceras, miradas largas. Sentí a Becky relajarse un poco más, su respiración tranquila contra mi brazo.

La interacción estre esos dos personajes era increíble. Dos mujeres que se aman con el alma pero tienen miedo al que dirán los demás, todo iba realmente bien.

Hasta que llegó esa escena.

Una escena que ninguna de las dos esperaba.

Primero fue una mirada entre las protagonistas. Luego un beso. No un beso rápido o juguetón, sino uno cargado, prolongado. Las dos se entregaban a él, como si el mundo a su alrededor hubiera dejado de existir. El momento fue tan intenso que la cámara siguió el beso hasta sus manos, tocando sutilmente la piel, los dedos entrelazados. Un gemido suave escapó de una de ellas cuando la otra le comenzó a tocar de una forma más indecente, un sonido que me hizo tensar todo mi cuerpo.

La película continuó, pero la tensión aumentó. Los movimientos se hicieron más atrevidos, y de repente, uno de los personajes, ahora completamente desnudo, tiró hacia atrás su cabeza, liberando un suspiro que se convirtió en un gemido profundo, casi incontrolable. Fue tan natural, tan... íntimo, que sentí la sangre subiendo por mi rostro.