Part 1

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La veía entre la multitud de la gente. Caminaba entre ellos delicadamente, como si no llegara a tocar el suelo. La música retumbaba entre las paredes de la gran casa, mientras la gente alzaba sus brazos con los vasos de alcohol en las manos.

Llevé, de nuevo, la botella de cerveza sobre mis labios. Tenía un sabor dulzón. Di un largo trago, para después dejarla sobre la barra e irme a por mi nueva presa. Apenas podía divisarla bien, por culpa de la multitud de gente bailando en la pista de baile. Ella tenía su mirada puesta en mí. Llevaba un sexy vestido rojo, un poco más arriba de sus largas y contorneadas piernas. Tenía el pelo oscuro y negro como el carbón. Lo que más me llamó la atención de ella fue la dorada máscara que llevaba. Eso le daba un toque más misterioso.

La seguí caminando lentamente, mientras metía mis manos en los bolsillos del pantalón. Ella parecía querer llevarme a algún sitio. No sabía cuáles eran sus intenciones. Simplemente me dejé llevar. Estaba como hipnotizado. Muchas de las personas que estaban allí me saludaron al verme pasar, pero los ignoré. No los escuchaba, tan solo la seguía. Ella, de vez en cuando, se daba la vuelta para comprobar que la seguía y una sonrisa pícara se formaba en su rostro. Ascendió por las escaleras de la casa pasando, lentamente, su mano por la dorada barandilla. Era jodidamente sexy. La boca se me hacia agua, y me estaba comenzando a excitar nada más verla menear su trasero al subir las escaleras. Vi como se alejaba por el pasillo superior, y ahora era yo quien tenía que mover ficha.

Esperé unos minutos, y después comencé a subir las escaleras. En el pasillo habían algunas que otras parejas enrollándose, pero nada más. Caminé agudizando mi vista y oído por si la volvía a ver, y así fue. Se encontraba de espaldas a mí, al final del gran pasillo mientras hablaba animadamente con un chico.

Ladeé la cabeza y una sonrisa se formó en mi rostro. El chico, al verme, se alejó de ella rápidamente. Sabía lo que pasaba si se metía con algunas de las chicas de Styles. Ella continuó mirando al frente.

-Hola chica misteriosa-le dije en un susurro, mientras aspiraba el olor de su cabello. Comencé a excitarme todavía más. Ella se tensó al oír mi voz.- ¿Qué hace una chica, como tú, aquí sola con los lobos que hay en esta casa?-comencé a descender mis dedos por su tibio brazo.

Ella se dio la vuelta, y alzó su cabeza lentamente. Sus ojos se encontraron con los míos. Tenía unos profundos y desgarradores ojos grises y unos labios rojos como la propia sangre. Era lo único capaz de ver en su rostro. La máscara me lo impedía.
-He venido para divertirme-me susurró al oído, ya que aunque estuviéramos en el segundo piso la música todavía se podía escuchar. Se me erizó toda la piel, al sentir su aliento en mi oreja. Cuando terminó de decir esas palabras, me miró con una gran sonrisa, dejándome ver una hilera perfecta de dientes blancos.

-Todavía podemos pasarlo mejor, ¿no crees? Te noto un poco aburrida, cariño-le dije, mientras la acorralaba contra la pared y le apartaba algún que otro mechón de cabello desordenado que le caía por su blanco rostro. Ella se mordió el labio instintivamente, mientras ponía sus manos sobre mi pecho. Cada vez estaba más excitado, como si no hubiera tenido sexo en un par de semanas. Podía sentir como, en mi entrepierna, algo comenzaba a despertar.
-No soy partidaria de los chicos como tu-me contestó de forma desafiante.
-¿Y cómo son los chicos como yo?-la reté, mientras miraba a sus deseados labios y después a su hipnotizadora mirada.

-Chicos que nada más-hizo una pausa, y desvió su mirada a mi entrepierna dejando bien claro la excitación que tenía.- buscan sexo-la última palabra la dijo en un susurro, casi imperceptible.
Ladeé la cabeza, mientras una sonrisa se formaba en mi rostro.

-Cariño estás muy equivocada-dije, mientras acariciaba su suave mejilla.

La Chica Misteriosa - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora