𝟏. 𝑰𝒄𝒆𝒄𝒓𝒆𝒂𝒎 𝒅𝒊𝒆𝒕.

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—Bueno, porque me encantaría que no me despidieran en mi primera semana —dijo, añadiendo el caramelo al helado—. Pero estoy de acuerdo contigo, estos uniformes son...

Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de la puerta a sus espaldas. Steve la había abierto de par en par, con las cejas arrugadas y una mueca de molestia.

—Me había parecido escuchar el horrible timbre de tu voz, Red.

—Vaya, ¿tan obsesionado estás conmigo que te sabes mi voz de memoria?—dijo, con un puchero en los labios.

Sus palabras le provocaron un sentimiento ácido en el estómago, y salió de la despensa para encarar a la chica.

—Yo no soy el que viene aquí todas las semanas. Me parece que la única con una obsesión eres tu.

—Sé que te gusto, Harrington, pero no te ilusiones. Si vengo es porque tenéis los mejores helados del centro comercial —dijo—. Y por Robin.

A la recién nombrada le temblaron un poco los dedos al escuchar su nombre, pero reunió el valor suficiente para dedicarle una sonrisa mientras que le entregaba el cucurucho con tres bolas de pistacho. Las dos chicas estaban lejos de ser amigas, de hecho a penas compartían palabras en el instituto, pero Raven siempre se había comportado amablemente con la rubia. Le saludaba por las mañanas, le sonreía en la cafetería y a veces le ayudaba a cargar los materiales de la banda cuando ella no podía sola. Robin no quería admitirlo en voz alta, pero puede que tuviera un pequeño crush en la morena rebelde.

—Por favor, no empecéis de nuevo —dijo—. Si queréis pelearos mejor que sea en la despensa, la última vez los clientes se fueron asustados.

—Culpa a la loca que se puso a gritar. Yo siempre mantengo la compostura.

—Sí, mucha compostura. ¿No eras tu el que salió llorando hace poco cuando te recordé que Nancy no te quería?

El chico la señaló con un dedo amenazante—. Ahí cruzaste la línea. No se juega con los problemas del amor.

La chica rodó los ojos y se apoyó en el mostrador, quedando más cerca de su rostro. Steve no se movió ni un centímetro, mirándola con desafío.

—Pensaba que el rey del instituto no tenía ningún problema para ligar. Supongo que tu imagen está basada en simples mentiras.

—Ex-rey del instituto —aclaró Robin. El chico la miró con incredulidad.

—¿Y tú de que parte estás?

—Adivina.

Raven se rió, guiñandole un ojo a la rubia, la cual volvió a su libro con una sonrisa satisfecha.

—Tengo una extensa lista de mujeres que querrían pasar una noche conmigo ¿vale?—dijo Steve, volviendo al tema—. ¿Qué me dices de ti? Nunca te he visto con un chico. Si quieres puedo ayudarte. Mi primer consejo sería que quites esa cara de mierda que sueles llevar. No te favorece.

—Sí nunca me ves con uno es porque no me hace falta alardear como haces tu. No soy tan patética, Harrington. No necesito aprobación social.

—Yo tampoco.

—¿Y entonces porque vas por ahí enseñando a tus novias como si fueran un trofeo?

—Buen punto. ¿Por qué, Steve?—cuestionó Robin.

—¿Tú no estabas leyendo?—le dijo el, con las manos en las caderas.

—Puedo hacer dos cosas a la vez.

El chasqueó con la lengua—. No las trato como trofeos. Si son mi pareja, lo más normal es que presuma de ellas. No es mi culpa que ningún chico te quiera lo suficiente como para hacer eso contigo.

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⏰ Last updated: 2 days ago ⏰

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Cupid's Joke 🏹 Steve HarringtonWhere stories live. Discover now