➶➶ introduccion ➷➷

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El viento ululaba como un susurro entre los escombros del campo de batalla ,El cual era un basto océano de cenizas y sangre. Los cuerpos de los caídos yacían esparcidos,las  banderas ondeaban con el viento el cual estaba lleno de polvora, olor a sangre y gritos de victimas que habian sido brutal e injustamente asesinadas.

El sol se hundía en el horizonte ventrexiano aquel cielo que alguna vez fue de un azul vibrante, ahora estaba teñido de escarlata, mientras Jane luchaba por su vida y respiraba con dificultad, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Su espada, antes firme en sus manos, se le resbaló de los dedos ensangrentados. La guerra se había llevado todo: su hogar, su familia, su prometido y lo mas importante,su propia vida.

Un filo helado perforó su espalda. No hubo advertencia, solo un dolor agudo que le robó el aliento. Un susurro en su oído, un enemigo sin rostro que disfrutaba del momento. Y luego... la oscuridad.

Aquella joven que alguna vez dio felicidad a incontable cantidada de seres vivientes  yacía en el suelo, su cabello negro manchado de sangre y tierra. Sus ojos, apagados pero aún reflejando la valentía que la llevó a proteger a su gente, miraban hacia el vacío. Había caído, no por miedo, sino por amor.

Los ventrexianos habían perdido la guerra. Sus enemigos, despiadados invasores de un sistema lejano, habían masacrado sin piedad y Jane fue la última en caer.

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Jane flotaba en el vacío, atrapada entre la nada y la inmensidad. No sentía dolor, ni miedo... solo una extraña paz. Pero algo la llamaba. Una energía cálida envolvió su cuerpo, reconstruyéndola y moldeándola. Sus heridas desaparecieron, su piel recobró el calor, su cabello antes negro se tornaba de un rojo como la sangre que derramó, un recordatorio de su sacrificio

—Tus poderes son un reflejo de tu corazón puro, Jane. Usa este don para traer esperanza —

Con un movimiento de su mano aquella voz ordenó a los hilos del universo envolver a Jane. El cuerpo de la ventrexiana se formó nuevamente, aunque ya no era el mismo. Sus ojos, antes oscuros, brillaron con un verde intenso, reflejando la vida que ahora podía otorgar. Una energía cálida la rodeó, y su cuerpo resplandeció con un aura de poder divino.

Cuando Jane abrió los ojos, estaba en un lugar desconocido. Un cielo infinito de estrellas la rodeaba, y frente a ella, dos figuras imponentes: Magnus y Falaris.

—¿Dónde estoy? —preguntó con voz temblorosa y asustada, un mechon de cabello se atraveso en su mirada dejandola totalmente desconsertada- eh?-

—Bienvenida, Jane —dijo una voz profunda y poderosa. Era Magnus, un dios de energía oscura, su presencia imponente como una tormenta contenida—.

A su lado, una diosa de cabellos ondulados y azulados sonriendo con ternura. Falaris, la diosa de luz y la paz. Su esencia era calma, pero sus ojos transmitían la sabiduría de eones.

—Los dioses no solemos intervenir en asuntos mortales —continuó Magnus—. Pero en ti vimos algo... especial.

Jane parpadeó, confundida. Tocó su pecho, sintiendo la vida latir nuevamente en su interior.

—Yo... debería estar muerta —murmuró.

—Lo estuviste —asintió Falaris—. Pero el destino tiene otros planes para ti.

☆SEE YOU AGAIN☆Où les histoires vivent. Découvrez maintenant