Martin se echó a reír - creo que no funciona bien, no noto nada diferente.
- Habrá que seguir entonces, a ver, si pudieras cambiar algo en cómo te educaron, ¿qué sería?. Tengo clarísimo que nada, mis padres siempre han hecho todo lo que han podido por mi, y si alguna vez se han equivocado siempre ha sido con la mejor intención. No podría estar mas contento con la familia que me ha tocado.
- Eso es otra cosa que tenemos en común, ¿verdad? yo tampoco cambiaría nada de cómo me educaron. Ni de cómo te educaron a ti, la verdad, aunque seguro que habría aprobado que te dieran algún que otro cachete en el culo mas de pequeño porque eras un poco insoportable - y le sacó la lengua
- Juanjo puso los ojos en blanco y suspiró ignorando la pulla de Martin - La siguiente, tómate cuatro minutos para contar a tu compañero la historia de tu vida con todo el detalle posible. Imposible, te la sabes de memoria y yo la tuya aunque me hayas ocultado partes, Britney - dijo devolviéndole la pulla, que Martin también ignoró.
- ¿Crees de verdad que lo sabemos todo el uno del otro?
- Creo que si, Martin, yo al menos nunca te he ocultado nada, al menos no conscientemente, desde que nos conocimos. Siempre has sido mi mejor amigo, nunca he sentido que hubiera algo que no pudiera compartir contigo. Seguro que hay alguna tontería que no sabes, o pequeños detalles, pero me conoces mejor que yo a mi mismo. ¿ No crees igual?
Martin pensó seriamente. Es verdad que siempre habían estado para todo el uno y el otro. Pensó en cómo se sentaban en el patio del colegio a contarse cómo les había ido la mañana, a quejarse de tal y cuál profe que les había mandado muchísimos deberes, como cuando se hicieron mas mayores se encerraban en la habitación de Juanjo a hablar de la persona que les gustaba, compartieron historias de sus desastrosas primeras relaciones sexuales, se consolaron cuando a alguno de ellos le rompían el corazón. Cómo Juanjo le animó cuando se olvidó del texto en una función de teatro y decidió que quería dejarlo, cómo le apoyó y le convenció a seguir adelante, cómo le abrazó y le limpió las lágrimas el año que se rompió una pierna y no pudo ir con él de campamento. Recordó también su primera borrachera juntos, cuando decidió que el alcohol no era para él, y cómo cuando salían Juanjo siempre pedía por él porque sabía que le daba vergüenza pedir batidos y refrescos mientras los otros tomaban copas. Y todo eso lo hacía porque le conocía como nadie, porque Martin nunca se guardaba nada para él, cuando de Juanjo se trataba era un libro abierto. Martin levantó la mirada hacia Juanjo quien leyó en su cara lo que estaba pensando.
- Ven, anda.
Martin se acercó y se abrazó fuertemente a Juanjo, que le atrapó en sus brazos con la misma intensidad, los corazones desbordados de cariño hacia el otro y palpitando a mil por hora. En la semioscuridad del salón se dijeron sin palabras lo mucho que cada uno significaba para el otro.
- Nos queda una pregunta de este bloque - susurró Juanjo no queriendo romper el abrazo aún.
Martin no contestó, pero le abrazó aun mas fuerte un par de minutos mas mientras Juanjo le acariciaba el pelo.
- ¿Estás bien, Martin?
- Si, perdona, ya estoy - Martin se enderezó separándose un poco y limpiándose una lágrima disimuladamente - ¿Cuál es la pregunta?
- Si mañana te pudieras levantar disfrutando de una habilidad o cualidad nueva, ¿cuál sería?. Yo creo que querría tener un poco mas de seguridad en mi mismo. Siempre pienso que no soy lo suficientemente bueno, por eso me pongo siempre tan nervioso en las noches que me dejan cantar en el pub.
- Lo haces genial siempre, Juanjo, tienes una voz increíble y escoges las canciones super bien. Tienes que confiar en ti mismo, te lo he dicho un millón de veces. De qué si no te crees que voy a verte, con lo visto que te tengo ya - bromeó Martin.
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36 Preguntas
FanfictionJuanjo y Martin, amigos desde hace años, deciden comprobar la veracidad de un test que promete que se enamorarán después de hacerse 36 preguntas
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