Los últimos dos ganadores del juego viven con la búsqueda de las personas encargadas de los juegos de matanza. ¿Qué pasaría si ambos terminan involucrados sin intención con el líder de estos juegos?
(Every breath you take - The Police)
Young-il seguía inclinado hacia mí, sus ojos atrapando los míos en un silencio que se sentía como un abismo del que no podía escapar. Su presencia lo llenaba todo, cada fibra de mi cuerpo estaba tensa, consciente de la cercanía de él, del calor que irradiaba y de la sensación eléctrica que recorría mi piel.
—No sé de qué estás hablando —mentí, mi voz apenas un susurro que incluso yo dudaba haber dicho.
—¿No? —preguntó, su tono cargado de incredulidad y algo más, algo oscuro y tentador. Levantó una mano y, para mi horror, la dejó caer suavemente en la pared junto a mi cabeza. Ahora estaba completamente atrapada entre él y el frío muro.
Intenté respirar, intenté hablar, pero las palabras no llegaban. Era como si el mundo entero se hubiera reducido al espacio diminuto entre nosotros. Young-il estaba tan cerca que podía ver cada detalle de su rostro: las pequeñas sombras que sus pestañas proyectaban, la curva de su sonrisa que parecía casi peligrosa, y esos ojos oscuros que no dejaban de observarme como si pudiera leer cada pensamiento que luchaba por esconder.
—Estás temblando —murmuró, su voz apenas un susurro que envió un escalofrío por mi espalda.
Negué con la cabeza rápidamente, pero no sirvió de nada. Él alzó una ceja, desafiándome con esa expresión arrogante que siempre me desarmaba, y luego, para mi sorpresa, alzó una mano. Con delicadeza, dejó que sus dedos rozaran mi mejilla, un contacto tan suave y a la vez tan intenso que mi piel pareció arder bajo su toque.
—¿Por qué haces esto? —logré decir finalmente, mi voz un susurro quebrado.
Young-il no respondió de inmediato. En cambio, inclinó la cabeza, acercándose aún más. Ahora podía sentir su respiración contra mi piel, cálida y lenta, enviando olas de calor por todo mi cuerpo.
—Porque no puedo evitarlo —respondió finalmente, su voz cargada de una sinceridad que me desarmó por completo.
Y entonces ocurrió.
Fue tan rápido, tan inesperado, que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar. Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, Young-il cerró la distancia entre nosotros y sus labios encontraron los míos.
El primer contacto fue suave, como si me estuviera dando la oportunidad de apartarme, de decir que no. Pero yo no lo hice. No podía. Todo mi cuerpo parecía haberse congelado, incapaz de moverse, mientras el suyo parecía quemar con una intensidad que no había sentido nunca antes.
Y entonces, como si una represa se rompiera dentro de mí, me dejé llevar. Mis manos, que hasta ahora habían estado rígidas a mis costados, subieron lentamente hasta su pecho. Sentí los músculos tensos bajo mis dedos, la calidez de su piel incluso a través de la tela de su ropa.
El beso se profundizó, volviéndose más intenso, más urgente. Su otra mano se movió para rodear mi cintura, acercándome aún más a él. Era como si ambos estuviéramos perdidos en ese momento, como si el resto del mundo no existiera.
Mi corazón latía con fuerza, cada golpe resonando en mis oídos mientras sus labios exploraban los míos con una mezcla de pasión y ternura que me desarmaba por completo. Sentí su respiración agitada contra mi piel, y el sabor de su boca era una mezcla embriagadora que no podía describir pero que sabía que nunca olvidaría.
Finalmente, cuando el aire se volvió una necesidad, nos separamos apenas unos centímetros, nuestras respiraciones entrelazándose mientras nos mirábamos. Su frente rozó la mía, y sus ojos estaban cargados de emociones que parecían reflejar las mías: deseo, confusión, y algo más profundo que no podía nombrar.
—Esto no debería haber pasado —murmuré, pero incluso mientras lo decía, sabía que no lo creía.
Él sonrió, una sonrisa suave y cargada de arrogancia.
—Quizá no debería, pero pasó. Y no me arrepiento.
No supe qué responder. Mi mente estaba demasiado nublada, demasiado abrumada por lo que acababa de ocurrir. Solo podía mirarlo, perderme en esos ojos oscuros y tratar de recordar cómo respirar.
El sonido de voces acercándose por el pasillo rompió el momento como una piedra lanzada a un lago tranquilo. Ambos giramos la cabeza hacia la puerta, y mi corazón se aceleró al darme cuenta de que todavía estábamos atrapados allí, juntos.
Young-il se apartó ligeramente, aunque su mano permaneció en mi cintura, como si no quisiera dejarme ir del todo.
—Parece que tendremos compañía —dijo con una sonrisa torcida.
—Tenemos que salir de aquí... —murmuré, aunque mi voz todavía temblaba ligeramente.
Pero mientras me movía para intentar abrir la puerta otra vez, su mano me detuvo.
—No tan rápido —dijo, su tono bajo y lleno de significado—. Esto no ha terminado.
Y aunque no quería admitirlo, sabía que tenía razón.
──── ‧ ‹ ♥︎ › ‧ ───
Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
WUUUUUUUUU se puso potente el asuntoooo
Ya sé las voy a dejar con la intriga, pero el próximo capítulo va a estar... uuf. Divino.