Capítulo 3.

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¿Desgracia, ó salvación?

El día en que esa predicción se cumpliría había llegado, Adriel se encontraba en el paraíso aún, pero sabía a la perfección que estaba a pocas horas de que la muerte de su protegida sucediera, pero no podía aceptar que esa sería una realidad. En esos dos meses que estuvo en el jardín Cemire meditando, también pensó en la posibilidad de romper dos reglas para que el destino de Elizabeth cambiará, tenía a ciencia cierta que no eran castigos graves a causa de esa acción,  después de todo, a pesar de ser reglas importantes,  la fundamental era la primera, habían cosas que no lo iban a detener.

Sabía que sus hermanos sospechaban respecto a su estadía en el paraíso, en vez de ver a su protegida, pero no era necesario si la conexión que tenía con ella le hacía saber cuando estaba en peligro, por supuesto nunca lo estuvo así que era un peso menos.

Adriel se levantó del pasto y se estiró antes de volver a la tierra, justo donde sucederá todo. Veía como la pequeña Elizabeth de tan solo 5 años venía junto a su madre a la estación del tren, las cuales se veían felices por alguna razón y a pesar de ello, a Adriel le daba felicidad que antes que todo eso ocurriera pudiera sonreír con dulzura e inocencia. Era una cruel realidad, pero desde que la humanidad fué corrompida por Lucifer en los jardines del Edén, todos estaban destinados a sufrir por no obedecer.

Con cada segundo que pasaba, Adriel esperaba con nerviosismo el momento indicado donde sucedería eso, pero con el pasar del tiempo no había un peligro que acechara a sus alrededores. Elizabeth y su madre parecían esperar a alguien, pero en ningún momento la niña se separó de ella, eso hasta que alguien del otro lado de la estación empezó a llamar a la niña sutilmente, ¿por qué de esta forma? Era extraño, una forma muy tonta de engaño, pero él se percató de algo en ese alguien... No era humano.

A pesar de estar lejos y que la estación estuviese vacía,  ese alguien no debería estar ahí. Con cada segundo que le prestaba atención a aquella figura que estaba consciente del angel presente, le hacía sonreír el hecho que la niña estaba por saltar a las líneas del tren y cuando se escuchaba el tren cerca una risa inocente de por medio, Adriel corrió hacía ella, olvidando por completo su invisibilidad solo para tomarla en brazos antes que cayera en las líneas y el tren llegase a hacerle daño.

—Por Dios... Eso estuvo cerca... — soltó un largo suspiro, aún con Elizabeth en brazos, mirando hacía la dirección donde se encontraba aquella figura, pero ya no estaba.

La niña parpadeó un par de veces y luego lo miró con asombro en su infante rostro y se acercó aún más para tocarle sus alas que no estaban ocultas,  haciéndolo estremecer.

—Son suaves... — rió suavemente—. ¿Eres un ángel? Yo sabía que existías, te veo siempre en mis sueños.

Las palabras inocentes de la niña ante la figura masculina frente a ella que la cargaba no parecía darle miedo alguno, por otro lado, Adriel estaba algo nervioso y bajó a Elizabeth de sus brazos rápidamente cuando escuchó la voz de la madre llegar con algo de temor al verlo frente a su hija.

—¿¡Tú quién eres!? — la voz temerosa y entrecortada logró sacar a Adriel de su trance, este se dió la vuelta y miró a la mujer con sutileza antes de sonreírle.

—Salvé a su hija, pero me sorprende que usted siendo su madre no haya estado pendiente de ella.  —Apareció detrás de ella y puso su mano en su cabeza para poder borrar sus recuerdos y cuando finalizó simplemente desapareció del lugar, dejando a la mujer confundida y a la niña fascinada.

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⏰ Last updated: Mar 30 ⏰

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Castigo divinoWhere stories live. Discover now