• Desconocido •

Magsimula sa umpisa
                                        

-Es perfecta... -susurró, maravillado.

Shadow se acercó por detrás y lo rodeó con los brazos, apoyando la barbilla en su hombro.

-Es tu hogar, Sonic. Nuestro hogar.

Sonic se giró para mirarlo, sintiendo una felicidad que hacía mucho no experimentaba.

-Gracias, Shadow. No sé cómo habría llegado hasta aquí sin ti.

Shadow sonrió con ternura, inclinándose para darle un suave beso en los labios.

-Siempre estaré aquí para ti, Sonic. Ahora entremos. Quiero que veas todo.

Dentro de la Casa

El interior era acogedor y sencillo, decorado con tonos cálidos que reflejaban la personalidad de ambos. En el salón había un cómodo sofá, una pequeña mesa de café y un rincón donde Sonic podía sentarse a leer o estudiar. La cocina era moderna pero funcional, y las habitaciones eran luminosas y espaciosas.

Sonic exploró cada rincón con una sonrisa constante, imaginando cómo sería su nueva vida allí con Shadow.

-¿Te gusta? -preguntó Shadow, cruzándose de brazos mientras lo observaba.

-Me encanta. -respondió Sonic, girándose para mirarlo-. Es todo lo que siempre quise... y más.

Shadow caminó hacia él y lo abrazó, estrechándolo contra su pecho.

-Este es solo el comienzo, Sonic. Vamos a construir algo increíble juntos.

Sonic asintió, dejando que las palabras de Shadow se grabaran en su corazón.

-Sí. Juntos.

La noche avanzaba, y Sonic y Shadow estaban sentados juntos en el cómodo sofá de su nueva casa. La tenue luz de una lámpara iluminaba la sala, creando una atmósfera tranquila y llena de complicidad. Sonic, apoyado en el pecho de Shadow, jugaba distraídamente con los dedos de su pareja, mientras una idea comenzaba a tomar forma en su mente.

—Shadow… —comenzó Sonic con una voz suave, casi como si dudara en hablar—. ¿Alguna vez te has imaginado cómo sería nuestra vida en el futuro?

Shadow, que estaba acariciando suavemente los mechones de Sonic, levantó una ceja, intrigado.

—¿A qué te refieres?

Sonic levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos, con una sonrisa juguetona en los labios pero un brillo sincero en la mirada.

—Me refiero a todo. Tener hijos, casarnos, envejecer juntos… ¿Te lo has imaginado?

Shadow quedó momentáneamente en silencio, sorprendido por la pregunta. El erizo negro no era alguien que soliera pensar demasiado en el futuro, pero ahora que Sonic lo planteaba, la idea le resultaba sorprendentemente atractiva.

—¿Hijos? —repitió Shadow con una sonrisa ladeada, intentando disimular su sorpresa—. ¿Casarnos? ¿Y luego estar como unos abuelos gruñones?

Sonic soltó una risita, pero luego asintió con seriedad.

—Sí, Shadow. Hacer todo eso. Tener una familia. Imagínalo: un pequeño erizo corriendo por aquí, metiéndose en problemas, quizás con tu actitud seria o mi energía imparable.

Shadow lo observó con atención, viendo la emoción genuina en el rostro de Sonic. Esa era una faceta que no había visto tan claramente antes: Sonic no solo estaba pensando en el presente, sino también en un futuro compartido.

—¿Y qué hay del matrimonio? —preguntó Shadow, apoyando su frente contra la de Sonic—. ¿Eso también lo has estado imaginando?

Sonic se ruborizó, pero no apartó la mirada.

—Claro que sí. Estoy esperando ese anillo, Shadow.

Shadow sonrió, acariciando suavemente la mejilla de Sonic.

—No sabía que ya estabas tan preparado para todo eso.

—¿Y tú? —replicó Sonic con un tono desafiante, pero cargado de ternura—. ¿No es algo que quieras también?

Shadow respiró hondo, dejando que la sinceridad guiara su respuesta.

—La verdad… siempre quise tener algo como esto. Un hogar, una familia. Pero no estaba seguro de que alguien como yo pudiera lograrlo.

Sonic tomó las manos de Shadow con fuerza, entrelazando sus dedos.

—Pues aquí estoy yo. Vamos a construir ese futuro juntos.

Shadow lo miró fijamente, con una intensidad que hizo que Sonic sintiera mariposas en el estómago.

—Entonces, sí —dijo Shadow con una sonrisa—. Quiero todo eso. Tener hijos, casarnos, envejecer juntos.

Sonic no pudo evitar sonreír ampliamente, abrazando a Shadow con fuerza.

—¡Eso es todo lo que necesitaba escuchar!

Shadow, sin soltarlo, añadió en un tono más juguetón:

—Aunque, si vamos a ser abuelos algún día, espero que sigamos viéndonos igual de bien que ahora.

Ambos rieron, dejando que la calidez del momento llenara el espacio.

La risa de Sonic resonaba en la sala, mezclándose con la de Shadow mientras bromeaban sobre cómo sería su vida juntos. Era un momento perfecto: la calidez del hogar, el brillo en sus ojos, y la promesa de un futuro compartido.

Sin embargo, mientras Sonic seguía riendo, algo extraño comenzó a invadir su mente. Una voz distante, apagada al principio, se hizo presente.

—Sonic… por favor, despierta…

La risa de Sonic se detuvo un instante, su expresión cambió levemente, aunque intentó ignorarlo. "Solo mi imaginación", pensó. Se enfocó nuevamente en Shadow, quien lo miraba con curiosidad.

—¿Estás bien? —preguntó Shadow, inclinándose hacia él.

Sonic asintió rápidamente, forzando una sonrisa.

—Sí, sí. Es solo que… nada, olvídalo.

Volvió a reír, tratando de volver a la normalidad. Pero la voz regresó, esta vez más fuerte.

—¡Sonic! ¡Despierta, por favor! ¡Te necesito!

El erizo azul se tensó, sus ojos se movieron rápidamente hacia la ventana como si buscara algo. Shadow lo notó de inmediato.

—Sonic, ¿qué sucede? —preguntó Shadow con seriedad, colocando una mano en el hombro de su pareja.

—No es nada, Shadow… creo que solo estoy cansado —respondió Sonic, desviando la mirada.

Shadow frunció el ceño, claramente preocupado.

—Si algo te está molestando, puedes decírmelo. No tienes que guardártelo.

Sonic lo miró con una mezcla de ternura y nerviosismo. No quería preocupar a Shadow, y mucho menos arruinar el momento que estaban compartiendo.

—Es solo… algo extraño. Como si alguien estuviera llamándome. Pero estoy bien, de verdad.

Shadow no parecía convencido, pero decidió no presionar más. En cambio, apretó suavemente la mano de Sonic, intentando transmitirle calma.

—Si eso vuelve a suceder, me lo dices, ¿de acuerdo?

Sonic asintió, aunque una pequeña inquietud seguía creciendo en su pecho. La voz había sonado tan real, tan desesperada. Pero estaba aquí, con Shadow, y no quería permitir que algo desconocido arruinara ese momento.

Ambos volvieron a relajarse, hablando de su futuro y compartiendo ideas sobre cómo sería su nueva vida juntos. Pero, en el fondo, Sonic no podía sacudirse la sensación de que esa voz tenía algo importante que decirle.

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