—Es un poco grosero mirar la polla de tu amigo. Solo para que lo sepas.

Beomgyu se sonrojó y miró hacia arriba.

Yeonjun tenía una mirada irónica en el rostro, sus cejas se alzaron ligeramente.

Beomgyu cruzó los brazos sobre su pecho desnudo.

—Estaba allí. Cualquiera miraría.

—Parece que te gusta mirar —dijo Yeonjun secamente, mirando a la entrepierna de Beomgyu.

Beomgyu frunció el ceño. Realmente estaba medio duro, ¡pero no fue su culpa! En estos días, cualquier cosa con forma de consolador parecía excitarlo, y al parecer la polla de Yeonjun no era una excepción.

—Lo siento, hombre —murmuró, extremadamente avergonzado, y comenzó a vestirse—. No volverá a suceder. Sé que no está bien mirar.

Yeonjun no dijo nada, así que Beomgyu asumió que el incidente ya había sido olvidado.

* * *

Excepto que no podía dejar de pensar sobre ello. Sobre la polla de Yeonjun.

Beomgyu estaba más que avergonzado ahora, se estaba volviendo loco. Una cosa era permitirse tener algo en su culo, pero otra muy distinta era empezar a imaginar una verdadera polla dentro de él. Una verdadera polla, no era un consolador. En realidad, estaba unida a otro tipo. No debería estar pensando en ello, imaginando cómo se sentiría.

Pero simplemente no podía dejar de pensar en eso. La textura sería más suave, por lo que la penetración inicial probablemente no sería tan incómoda. No tendría que hacer nada del trabajo duro: no tendría que mover el consolador y podría simplemente tumbarse allí y disfrutar de la sensación de ser embestido contra el colchón. Porque eso era lo que realmente quería, si Beomgyu fuera honesto consigo mismo: ser embestido. Follado.

¿Importaba si la cosa en su culo estaba unida a otro chico? Por supuesto que lo hacía. Beomgyu no era gay. Pero Yeonjun... Seguramente Yeonjun no contaba. Yeonjun no era solo un chico. Yeonjun era su mejor amigo. Yeonjun sabía que todo lo que Beomgyu quería era tener algo duro golpeando contra él. Yeonjun sabía que Beomgyu no era gay. Entonces no sería totalmente gay.

Complacido de que todo finalmente tuviera perfecto sentido en su cabeza, Beomgyu sacó su teléfono y llamó a Yeonjun.

—Quiero que me jodas —dijo cuando Yeonjun respondió.

Había silencio en la línea.

Beomgyu frunció el ceño y miró la pantalla de su teléfono para asegurarse de que la llamada no se hubiera desconectado. No.

Finalmente, Yeonjun se aclaró la garganta.

—¿Estás borracho?

—¡No! —dijo Beomgyu, atragantándose—. Mira, lo pensé un poco...

—Oh Dios —murmuró Yeonjun.

—Deja de burlarte de mí. Lo digo en serio. Tiene perfecto sentido, hombre. Eres un hombre gay. Tu polla. Mi culo. Tú te vienes, yo me vengo, todos son felices, nada se pone raro.

Yeonjun dejó escapar una risa estrangulada.

—¿Se te ocurrió siquiera que yo podría no querer follarte, imbécil?

Beomgyu parpadeó desconcertado.

—¿Por qué no querrías follarme? Soy caliente. Tú eres gay.

Yeonjun resopló.

—El hecho de que sea gay no significa que quiera follar a todos los hombres guapos. Te lo dije: no eres mi tipo.

Beomgyu frunció el ceño, comenzando a ofenderse. No es que quisiera que su mejor amigo lo codiciara secretamente, pero fue algo ofensivo que no lo hiciera.

—Soy el tipo de todos. Si fuera gay, lo haría totalmente.

Una risa sonó desde el otro extremo de la línea.

—Llevas el narcisismo a un nivel completamente nuevo—Pero entonces la voz de Yeonjun se puso seria—. No es una buena idea, Gyu. Créeme.

—¿Por qué? —Beomgyu casi se quejó. Su muñeca realmente le dolía por todo el ejercicio que estaba haciendo últimamente. El consolador de ventosa también había estado viendo mucha acción, pero a veces solo quería recostarse y divertirse en lugar de trabajar para su orgasmo. Él era una persona perezosa; entonces demándenlo.

—Volvería las cosas extrañas.

—No, no lo haría —dijo Beomgyu—. Me darás tu polla para venirme, también obtendrás un orgasmo. Es un ganar-ganar.

Yeonjun se rió entre dientes.

—En realidad no es excitante saber que quieres usar mi polla como un consolador glorificado.

Beomgyu frunció el ceño. Cuando Yeonjun lo puso de esa forma, sonaba algo raro.

—Bien —dijo con mal humor—. Olvídalo. Adiós.

Colgó y miró su teléfono.

Solo contó hasta seis antes de que sonara.

Beomgyu sonrió. Yeonjun era tan predecible, de verdad. A pesar de toda la mierda que Yeonjun le tiraba, se doblaba como un sillón barato cuando Beomgyu necesitaba su ayuda.

—Eres un idiota —dijo Yeonjun con exasperación cuando Beomgyu respondió—. Algún día no te funcionará.

Beomgyu sonrió.

—Me amas.

—No sé por qué —dijo Yeonjun con una risa—. Bien. Lo haremos. Pero solo una vez. Y solo si prometes no tener un enloquecimiento gay.

—¿Por qué tendría un enloquecimiento gay? Eres tú. No será gay. Sabes que no soy gay.

—Sí, Gyu, lo sé —dijo Yeonjun, y sonó como si estuviera rodando los ojos.

Beomgyu hizo un puchero. ¡Yeonjun nunca lo tomaba en serio!

—Entonces, ¿cuándo vas a venir?

Hubo silencio por un corto tiempo.

—¿Quieres hacerlo ahora? —dijo Yeonjun por fin.

—Seguro. ¿Por qué no?

Just a Pervert Gyu (Yeongyu)Where stories live. Discover now