Razón por la cual Beomgyu estaba considerando la posibilidad de compartir su problema con Yeonjun.

Lamiéndose los labios, Beomgyu se quedó mirando a su mejor amigo con incertidumbre.

Yeonjun le devolvió la mirada, sus ojos grises expectantes.

—¿Recuerdas la pajarita rubia con la que salí hace unos días? —dijo Beomgyu.

Yeonjun tomó un sorbo de su cerveza, pero había algo de curiosidad en sus ojos ahora. Yeonjun sabía que Beomgyu no se enganchaba con sus ligues ocasionales. Beomgyu ligaba un montón; era fácil, divertido y sin complicaciones, lo cual era básicamente su lema de vida.

—¿La que estuvo manoseándote la polla en la pista de baile? —dijo Yeonjun.

—Sí —dijo Beomgyu, inclinándose hacia atrás en su asiento con una sonrisa.

Yeonjun resopló.

—Sácate esa estúpida sonrisa. Pareces un idiota. Uno más grande de lo normal.

—Las chicas que se van a casa conmigo todas las noches, claramente no están de acuerdo contigo, y lo siento, su opinión es la que cuenta.

Yeonjun se rio.

—Es jodidamente adorable que realmente pienses que follan contigo a causa de esa sonrisa idiota. Agradece a tus padres por tus genes. Ese es el único motivo por el que logras follar. Aunque, personalmente, no veo el encanto.

Beomgyu rodó los ojos. En privado, él siempre pensó que Yeonjun exageraba un poco todo ese asunto de... no encontrarlo atractivo. Era un poco insultante, de verdad. No era algún tipo de gilipollas homofóbico. Yeonjun debería saberlo ya. No iba a salir gritando si Yeonjun admitía que Beomgyu era caliente, objetivamente hablando.

Como que, Beomgyu era perfectamente consciente de ser un poco vanidoso, pero era por una razón, ¿de acuerdo? No era su culpa que a las mujeres les gustara tanto. Era un tipo bien parecido, en forma objetiva. Tenía un bonito cabello rubio oscuro y ojos azules. Las chicas enloquecían con sus ojos... lo cual, a decir verdad, Beomgyu no entendía, pero lo que sea.

—Mis padres no me dieron estos bebés —dijo Beomgyu, acariciando su abdomen.

Yeonjun—el culo— se rio.

—¡Por favor! No me digas que llamas "bebés" a tus abdominales. Por favor.

—Oh, vete a la mierda —dijo Beomgyu, pateándolo por debajo de la mesa—. Desearías que tu cuerpo fuera tan sexy como el mío —Bueno, para ser totalmente honesto, Yeonjun estaba tan en forma como él. En realidad, eran casi exactamente de la misma altura y de contextura similar.

Yeonjun podría o no tener mejores brazos, pero Beomgyu no iba a admitir eso en voz alta. Nunca.

—Cierto —Yeonjun descartó rodando los ojos—. Entonces, ¿qué pasó con esa chica rubia? ¿No pudiste hacer que se corriera o algo?

—Vete a la mierda. Deberías saber que la hice gritar — Beomgyu bajó la mirada hacia su cerveza—. Fue sólo que... ella hizo algo... fue extraño y un poco asqueroso, pero no puedo dejar de pensar en ello ahora —lanzó una mirada hacia Yeonjun y lo encontró con el ceño fruncido.

—¿Algo? — dijo Yeonjun.

Beomgyu sintió que su cara se ponía caliente.

—Como... ella puso un dedo en... en mí.

Silencio.

—¿No te gustó?

—No... sí... yo —Beomgyu gimió, incapaz de mirarlo a los ojos—... Me gustó, hombre. Ese es el problema. Nunca llegué tan duro. No puedo dejar de pensar en ello ahora, y está jodiéndome la mente. ¡No soy gay! ¡Sabes que no lo soy!

—Gyu.

Beomgyu se obligó a mirarlo.

Yeonjun tenía una expresión de incredulidad en el rostro.

—Te das cuenta de que los tipos homosexuales no son las únicas personas que pueden sentir placer por la estimulación anal, ¿verdad? En realidad, a algunos tipos homosexuales ni les gusta. Un dedo en el culo no te hace insatisfactorio de algún modo, hombre. Mucho menos intenso —miró a Yeonjun implorante—. Eres gay... Lo entiendes, ¿verdad? gay, imbécil.

Beomgyu exhaló. Yeonjun tenía razón. Yeonjun lo sabía mejor. Yeonjun era en realidad homosexual. A diferencia de Beomgyu.

—Pero —dijo, mordiéndose el labio—. El problema es que me tiene mal... la cosa dedo. Ni siquiera puedo pajearme sin sentir que algo falta. Me follé una chica super caliente ayer y se sintió... no sé.

Yeonjun lo miró con extrañeza.

—No realmente, en realidad. No soy —Se pasó los dedos por su negro pelo con una sonrisa irónica—... No es lo mío, Gyu.

Beomgyu parpadeó.

—Pero eres gay —Se sentía casi traicionado. Se suponía que Yeonjun era la persona que lo entendería.

Yeonjun le dio una mirada algo taimada.

—Como dije, no a todos los homosexuales les gusta — Se encogió de hombros—. No hace mucho por mí. No vale la pena la molestia. Creo que mi próstata no es tan sensible. Pero parece que la tuya sí, así que felicidades. Disfrútala.

Beomgyu lo miró con incredulidad. ¿Disfrutar?

—¿Estás bromeando, hombre? ¿Ese es tu consejo?

Yeonjun se rio entre dientes.

—¿Qué tipo de consejo quieres? Comprar algún buen lubricante y prueba con tus dedos.

—Mantén la voz baja, maldición —dijo Beomgyu, con el ceño fruncido dentro de su cerveza. Hasta sus orejas se sentían calientes—. Soy un hombre heterosexual. Los hombres heterosexuales no hacen eso.

Yeonjun exhaló con fuerza.

—Dios, eres un idiota. ¿Dime por qué somos amigos de nuevo? Tengo amigos mucho más relajados.

Beomgyu se golpeó la rodilla contra la de Yeonjun.

—No mientas —dijo, sonriendo—. Soy tu mejor camarada. Todos tus amigos del colegio de abogados de lujo son aburridos y horribles. Y soy totalmente el mejor copiloto que un gay pueda desear.

Yeonjun resopló.

—No recuerdo que nunca fueras mi copiloto. No necesito un copiloto al que arrastrar de todas formas.

—¿Por qué crees que levantas algo cuando salimos juntos? Los homosexuales te ven con un tío caliente como yo y piensan que no eres el perdedor que realmente eres.

—Sí —dijo Yeonjun secamente—. debe ser eso.

—Oh, no me jodas.

Cayeron en un silencio agradable. Beomgyu echó un vistazo hacia la barra, pero no parecía que Justin necesitara ayuda. Justin era nuevo, pero no era la hora pico. Él debía estar bien.

—Lo digo en serio, amigo —dijo Yeonjun, haciendo que Beomgyu volviera a mirar hacia él—. Consigue un buen lubricante y pruébalo. Si se siente tan bien como dices, te debes a ti mismo el probarlo. Si se trató de un golpe de suerte, no hay daño. Si no fuera así, bien por ti. Ponerte un dedo en el culo no te hará gay —Yeonjun resopló y levantó las cejas— ¿Salvo que estés inseguro sobre tu heterosexualidad?

Beomgyu entrecerró los ojos.

—Que te den. No estoy inseguro —Era cien por ciento hetero. Yeonjun lo sabía mejor que nadie.

Recostado en su asiento, Yeonjun lo miró por sobre el borde de su vaso de cerveza.

—Entonces hazlo. ¿Qué tienes que perder?

Más tarde esa noche, Beomgyu se quedó mirando el techo de su habitación, jadeando como si acabara de correr un maratón, su polla gastada, sus dedos todavía enterrados en su culo, su cuerpo aun hormigueando luego del orgasmo más intenso de su vida.

No podía esperar a volver a hacerlo.

Y otra vez, y otra vez, y otra vez.

—Mierda —susurró.

Era todo culpa de Yeonjun.

Just a Pervert Gyu (Yeongyu)Where stories live. Discover now