Con aquel movimiento queda completamente tendido sobre mí: pecho

contra pecho, cadera sobre cadera, las piernas una encima de la otra. Aloja la cabeza en el hueco de mi cuello y los lóbulos de nuestras orejas tocándose. Todo es tan natural que parece que ha sucedido por casualidad.

Al ocupar todo mi cuerpo la totalidad de la extensión del suyo, se le escapa un gemido que a mí me sabe a besos.

Noto que mi corazón late acelerado, aunque mis manos han quedado tendidas a ambos lados, sin atreverse a tocarlo.

Toda mi conciencia está ocupada en esa zona húmeda de mía, que está impactando contra su ingle, y en el bulto duro que siento cerca de mi ombligo.

De nuevo pasan los segundos, quizá los minutos, sin que ninguno de los dos haga nada.

Beomgyu sube sus brazos hacia arriba, cubriendo nuestras cabezas, y dejándome expuesto la esplendidez de su cuerpo desnudo sobre el mío.

Me doy cuenta entonces de que no he exhalado y se me escapa un gemido. Él se retuerce ligeramente, y aquello me da cancha para cruzar mis brazos sobre su cintura.

Sentirlo cobijado en mí es una experiencia maravillosa, y más cuando noto el movimiento involuntario de su polla, tan dura como la mía, sobre mi costado, hacia donde se ha desplazado.

Acaricio su espalda, muy despacio, desde los omoplatos hasta el nacimiento de sus glúteos. Allí me detengo, lo justo para comprobar si hago lo correcto. No hay quejas por su parte así que exploro un poco más.

Mientras una de mis manos baja hasta el hueco donde están sus testículos, quedándose allí, amparada por el calor de esa zona, la otra explora la abertura.

Primero paso los dedos muy despacio, sin hacer presión, por la larga franja que divide ambas nalgas. Hay una ligera pilosidad, invisible a los ojos, que la hace deliciosa. Después doy un poco de caña, hasta separarlas, los justo para que, entre el dorso de mi mano, el calor se acrecienta y la sensación se vuelve un tanto húmeda.

Aquello me gusta, me excita aún más, tanto que aprieto mis caderas contra las suyas para que sienta cómo me estoy poniendo. Noto que traga saliva y, para que yo no lo perciba, mueve ligeramente la cabeza sobre mi hombro.

Solo con girarla me encontraría con sus labios, y no son falta de ganas las que tengo de besarlo.

Aparto aquella idea de mi cabeza. Ese paso no lo voy a dar yo. Y me concentro de nuevo en sus nalgas. Profundizo un poco más, y me encuentro con la oquedad, deliciosamente bordeada de vellos suaves y rizados.

Ahora soy yo quien traga saliva. Giro la mano para que sea mi dedo corazón quien entre en contacto con ella y la acaricie. Él vuelve a tragar saliva y yo aprieto un poco, lo justo, hasta que aquella oquedad deliciosa cede.

Con la otra mano vuelvo a su cintura, para abrazarlo una vez más, mientras trabajo allí abajo, en esa zona cálida y confortable donde pienso alojarme en cuanto...

La música se acaba y suena el gong.

Me quedo más quieto que una farola, y un tanto frustrado.

¿Se ha acabado? ¿Así? ¿Sin más?

Beomgyu se despereza y se aparta de mí despacio, pero sin concesiones.

Yo me arranco el antifaz y veo que él ya lo ha hecho.

Mientras se aleja me sonríe.

Se pone de pie mientras yo me quedo allí tirado, con la polla que me llega a los dientes y unas ganas de follar que no me caben en el cuerpo.

Él también está empalmado. La piel del glande se le ha desplazado y se muestra en todo su esplendor. Es un buen rabo, más grande de lo que me había imaginado en estado de reposo.

—Hemos acabado —me dice mientras se aparta el cabello de la cara—. Ha sido muy especial.

¿Especial? Ha suido un calentón de la hostia

Yo me siento sobre la alfombra, con las manos en el suelo y unos ojos que deben parecer brasas ardiendo.

Si hemos terminado, espero que haya una ducha, porque no me puedo ir sin hacerme una paja.

—Es importante que lo entiendas, Yeonjun, que la sesión de hoy ya se ha acabado.

Asiento, un tanto perplejo, porque no sé por qué me lo repite.

—Dime que lo has comprendido.

—Sí —apenas me salen las palabras a causa de la excitación—. Te he entendido.

Se muerde el labio inferior.

—Es que necesito que me folles. —Sus ojos tan encendidos como los míos—. Y debe quedar muy claro que esto ya no forma parte de nuestra sesión. Que esto es algo entre tú y yo.

Experimental (Yeongyu)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon