"De Padre a Hijo"

Daimaru

Temari veía muy atenta por la rendija, que había en la puerta del armario, como el único hombre de coleta de esa habitación empezaba a desvestirse para ponerse su pijama mientras que Daimaru estaba en una de las esquinas muy asustado sin mover un músculo.
Ella veía como quedaba al descubierto la espalda de su "maestro" y moviendo la vista hacia la parte baja del cuerpo vio que sólo quedó en boxers lo vio alzar su pijama de unos de los cajones de su cómoda que estaba cerca de su cama, observó que después de quedarse unos segundos inmóvil tiró la misma pijama junto con su ropa usada ese día en el único sillón de la habitación, vio como soltaba su coleta para entrar rápidamente entre las frazadas.
Temari no pudo contener una sonrisa silenciosa.

Daimaru
- ¡Temari está loca!, me siento como un delincuente... ¡No! Siento como si ya no hubiera aire, oxígeno. Necesito respirar. ¡No veo nada, esta todo oscuro... ¿Temari porque teníamos que escondernos aqui?!- Me encontraba sentado dentro del armario intentando de no hacer ni un solo sonido ni movimiento, solamente escuchaba como alguien movía cajones o caminaba -Ni siquiera escucho la respiración de Temari. Parece como si estuviera solo, solo en este armario- Empecé a desesperarme- Sí no salgo pronto... Uf tengo náuseas.

...

- Si no salgo ahora...-Despues de esperar mucho tiempo, al fin pude escuchar a Temari hablar.

- Listo. Ahora si, duerme- Me asustó y me puso nervioso porque Temari hablo con su tono de voz normal, ni siquiera me susurro

- Temari no tan fuerte, el viejo del Nara podría despertar - Le susurre lo más bajo que pude para no ser descubiertos, pero muy cerca de ella para que pudiera escucharme bien - Estar así tan cerca de ella me causa más tranquilidad.

- Ya pasó mucho tiempo y ni se mueve de esa posición- Dijo habiendo una puerta del armario que estaba frente suyo- Su respiración es regular e incluso hablando con mi tono normal ni se mueve, está durmiendo profundamente, ya no seas un miedoso y ve- Me dijo con su mismo tono alto.

- ¡ya no quiero estar aquí!

- Anda, ¿que esperas? Ya sabes que hacer- Me habló y al mismo tiempo abría la puerta que estaba alfrente mio.

-sinceramente ya no quiero ayudar en esto- No creo que sea buena idea... Además tú idea es mala, ¿no sería mejor sedarlo con algún químico otro día? esto es muy peligroso- Le dije todavía susurrando sin aún salir del armario.

- ¿Sedarlo? Eso estaba mejor ¿porque no diste tus ideas desde un principio?- Me reprochó.

- Cuando estoy estresado y nervioso se me ocurren buenas ideas, lo sé. Pero ésto solo lo decía para que salgamos de aquí inmediatamente y no volver nunca más - Temari...

- Pero ahora ya es muy tarde, tendrás que hacer lo que planeamos, ve- Me lo dijo en orden.

- ¿Lo que planeamos?, tu eres la única que planeó todo esto- Le dije en reproche, pero ella ni caso me hizo-mujer me tienes en tus manos, no tengo voluntad para desobedecerte, aunque diga que no, siempre hago lo que quieres-... - Yo solo salí sin decir nada a hacer mi parte -por lo menos ahora si puedo respirar mejor. Aunque no vea nada.

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Daimaru sigilosamente empezó a gatear por el piso de la habitación con mucha lentitud pudo llegar a un lado cama. Estaba muy agachado y asustado, no sabía cómo empezar. De a poco, a cada segundo empezó a levantar la cabeza con mucho silencio, antes de observar por encima de la cama rezo por no toparse con la cara de su "maestro" porque estába seguro que gritaría. De echo empezó a creer que estaba jugando un videojuego de terror, porque era lo que sentía cuando lo jugaba y justamente ahora, porque con la oscuridad de la noche y con la luz que desprendía la luna alumbraba una pequeña parte de la habitación que se atravesaba por la ventana, lo hacía ver más tétrico a los ojos del muchacho que estaba sobre sus rodillas, sentía mucho terror.