Solamente Tú | HyunLix

스물하나

Era uno de esos días, de esas semanas, de esos momentos en los que todo parecía un peso imposible de cargar. Solo quería tirarse en su cama, hundirse en las sábanas y rendirse. No llorar, no pensar, solo desaparecer por un rato. Quería dormir hasta que el tiempo, de alguna manera mágica, convirtiera sus problemas en cenizas, reduciéndolos a nada. Pero la realidad no era tan amable. A sus veinte años, la vida parecía más un rompecabezas con piezas perdidas que un camino claro. Las preocupaciones crecían como sombras alargadas, los pensamientos chocaban entre sí en una guerra sin tregua, y los dolores, lejos de desvanecerse, se acumulaban como una carga que nadie más podía ver, pero que él sentía en cada paso.

El Omega, estaba lo suficientemente sumergido en la tormenta de sus pensamientos, siendo arrastrado por la marea alta de preocupaciones que lo inundaban tan pronto su rutina le daba un respiro, que no se percató de la sombra que se alzó sobre él hasta que un vaso de café helado fue dejado frente a sus manos. 

Parpadeó, algo aturdido, y levantó la mirada, buscando al intruso. Allí estaba Taehyung, con su rostro sereno y esa expresión despreocupada que siempre parecía llevar.

— Tu cara grita que necesitas algo más fuerte que café. —Dijo el Beta, encogiéndose de hombros con un gesto casual—. Pero aquí solo venden Coca-Cola y café.

Había algo en su tono ligero y en ese gesto aparentemente simple que lograba, por un momento, perforar la burbuja de caos en la que estaba atrapado.

— El café está bien, gracias. —Admitió Félix con voz apagada, apenas un murmullo. Levantó el vaso y le dio un sorbo a la bebida helada, que Taehyung personalmente habia comprado para él.

Taehyung tomó asiento frente a él, acomodando su propia bebida sobre la mesa con un golpe suave. Lo miró durante unos segundos, con esa calma que parecía tan natural en él, como si no tuviera prisa por decir nada. Felix, en cambio, bajó la vista, fijándola en el vaso de café entre sus manos, porque sostener la mirada del Beta en ese momento se sintió como un desafío que no estaba listo para enfrentar.

— ¿Semana difícil? —Preguntó Taehyung al fin, rompiendo el silencio con un tono desenfadado, pero no insensible.

Félix soltó un suspiro. La pregunta era tan sencilla que no sabía ni por dónde empezar.

— Algo así. —Respondió en su lugar, encogiéndose de hombros. 

No quería entrar en detalles, pues explicar todo lo que sentía era igual de inútil que intentar contener una tormenta con las manos. ¿Cómo pones en palabras el peso que arrastras, cuando sabes que tu orgullo es tan grande como tu cobardía? ¿Cómo confiesas que sigues jodidamente enamorado del hombre que, para tu desgracia, es y será siempre el amor de tu vida?

Félix apretó los labios, intentando tragarse el nudo que se formaba en su garganta. ¿Cómo explicas que ese mismo hombre, el que alguna vez compartió tus sueños y tus madrugadas, está a punto de casarse con alguien más, y tú no tienes el valor —ni la fuerza— para impedirlo? ¿Cómo confiesas que te estás muriendo de amor, cuando todo el mundo insiste en que "de amor nadie muere"?

Bajó la mirada al café helado, buscando respuestas en el remolino de hielo y líquido oscuro. Pero ahí no había soluciones, solo el eco de su silencio y el frío que no lograba apagar el ardor en su pecho.

— "Algo así" hasta el sol de hoy, no es respuesta. —Replicó el castaño con tranquilidad, mientras se inclinaba hacia adelante. Apoyó los codos sobre la mesa y, con un movimiento pausado, descansó el mentón en la palma abierta de su mano.

Felix dejó escapar un resoplido, entre frustración y resignación, sin atreverse a mirar directamente a Taehyung.

— "Algo así" es mejor que un "no sé". —Contestó, su voz teñida de cansancio, como si ese pequeño intercambio le estaría costando más de lo que debería.