^^Inocente x Desconocido ^^ [ Sonadow ] T2

• Desconocido •

De repente, una figura se movió entre el grupo, avanzando lentamente hacia él. Era un erizo de color negro, elegante, sosteniendo un ramo de girasoles. Sonic lo miró con curiosidad, sintiendo una mezcla de familiaridad y desconcierto.

-Sonic, amor mío... -dijo Shadow con voz profunda, extendiéndole las flores.

Sonic lo observó detenidamente, su mente luchando por encajar piezas de un rompecabezas incompleto.
-¿Hola? ¿Te conozco? -preguntó con cautela.

Tails intervino rápidamente.
-Sí, Sonic, es él...

Sonic bajó la mirada hacia los girasoles y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
-Los girasoles son mis flores favoritas. Gracias. Pero... -miró a Shadow nuevamente- tú eres uno de los que salen en las fotos de mi teléfono, ¿verdad?

Shadow asintió, avanzando un paso más. Con delicadeza, tomó la mano de Sonic y la besó suavemente.
-Soy tu novio, Sonic. He estado esperándote todo este tiempo.

El corazón de Sonic se aceleró, pero no por emoción, sino por la incomodidad de no recordar. Apartó la mirada, sintiéndose culpable.
-Lo siento... No te recuerdo. Te veo como un desconocido. Pero... -levantó la mirada, mostrando determinación- haré lo posible por recuperar mi memoria.

Shadow le dedicó una sonrisa comprensiva, soltando su mano con suavidad.
-No importa cuánto tiempo tome. Yo estaré aquí, esperándote.

El resto de la noche continuó llena de risas y conversaciones. Aunque Sonic todavía no comprendía por completo su conexión con Shadow, había algo en la forma en que lo miraba que le daba una extraña sensación de paz... como si, de alguna manera, su corazón lo reconociera antes que su mente.

Mientras todos reían y disfrutaban de la noche, la madre de Sonic lo observaba desde lejos, notando la alegría en su rostro. A pesar de su amnesia, Sonic parecía estar comenzando a encontrar algo de paz entre sus amigos. Shadow se acercó a ella, sosteniendo aún el ramo de girasoles, con una mezcla de tristeza y esperanza en su mirada.

—Aún no me recuerda... —murmuró, con un suspiro que reflejaba su dolor—. Es difícil no sentirme triste por eso.

La madre de Sonic lo miró con comprensión y le colocó una mano en el hombro.
—Tranquilo, Shadow. Todo lleva tiempo. Sonic comenzará terapia pronto para trabajar en sus recuerdos. Podrías acompañarlo, si quieres.

Los ojos de Shadow se iluminaron ligeramente ante la idea.
—¿De verdad? Me gustaría mucho ayudarlo en ese proceso —respondió con una determinación renovada.

Mientras tanto, Sonic, desde el fondo del salón, veía a su madre conversando con el desconocido que le había entregado las flores. Algo en esa figura le provocaba una sensación extraña, como si hubiera un vínculo que no lograba comprender. Pero no podía negar que el apodo surgió naturalmente en su mente: El desconocido.

Observándolo de reojo, Sonic pensó para sí mismo: ¿Quién será realmente este extraño que parece importarme tanto? Aunque no lo sabía, en el fondo de su corazón, una chispa de familiaridad comenzaba a encenderse.

La noche fue maravillosa. Una tras otra, las personas fueron despidiéndose con sonrisas y abrazos, dejando a Sonic en su hogar con la calma de un día lleno de emociones. Subió a su habitación, respirando profundamente, y sus ojos se posaron en los girasoles que había dejado sobre su escritorio. Algo en ellos lo hacía sentir diferente. Mientras los colocaba en un jarrón con agua, notó un pequeño sonrojo invadiendo su rostro.