Mariposas nocturnas

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La cercanía de la noche mantenía su oscura presencia sobre todo lo que yacía debajo del cielo. Loki estaba inerte sobre la fría arena mientras Thor lloraba su perdida. Jane no sabía cómo ayudarlo o consolarlo, se quedó a su lado hasta que el rubio reacciono. Debía detener una guerra y quedarse allí con el corazón roto no era una opción. El haría pagar a ese elfo oscuro que en solo horas le había arrebatado a su madre y a su hermano.

—¿Pero qué sucederá con el cuerpo de Loki? —Pregunto la novia de Thor.

—Enviare a alguien por él. Ahora debemos irnos. —Respondió.

No pronunciaron nada más, simplemente se alejaron del cuerpo, Thor estaba enojado y realmente no era de los que buscaban lógica a la situación.

Loki estaba sobre aquel suelo y cuando tenía minutos de estar solo abrió con dolor sus ojos. La herida era dolorosa, pero no había tocado su corazón, un punto a su favor. Siendo un gigante de hielo podía soportar las heridas más mortales siempre y cuando no afectara algún órgano vital como su grandioso cerebro o su roto y destruido corazón.

—Esto no es un sueño —Susurro mirando el cielo sin estrellas de Svartálfaheim— Es mi realidad...

Las lágrimas corrían por su rostro, en solo minutos su vida había sido destruida, había perdido a su madre, en ese instante no había odio en su cuerpo, no había rencor en sus venas, no había vida en su ser.

OoO

Dos niños de diferente tamaño y físico corrían por el dorado palacio de Asgard, parecían tener entre los 10 y 14 años, ambos reían y compartían su inocencia. Una mariposa azul revoloteaba los alrededores guiándolos al jardín donde Thor logro golpear con una piedra a la pobre criatura, esta cayó al suelo con lentitud y Loki preocupado corrió hacia ella pero al mirarla en el suelo luchando por su vida le causo dolor y tristeza, quiso tocarla pero por primera vez algo en el fluyo, era como un deseo de conservarla, de mantenerla intacta, un deseo que congelo a tal hermoso ser.

—Loki, ¿¡Cómo hiciste eso!? —Thor estaba sorprendido, nunca antes había visto un poder así, al menos no conocía la magia, ese era un tema el cual no le gustaba.

—Yo... —El niño estaba asustado mientras mantenía la mariposa en sus manos, sus pequeño rostro mantenía la humedad de sus lágrimas— No lo sé hermano.

-Vuélvelo a hacer —El rubio y mayor de ellos se mostraba entusiasmado con aquel descubrimiento.

—No... No quiero Thor —Loki abrazo la mariposa a su pecho con nuevas lágrimas en su rostro.

—Que tonto eres... —Le reprochaba el mayor, siempre le pareció que su hermano era muy sensible y delicado, un guerrero no debía ser así— ¿Por qué lloras?

—¡Que no ves! –Le muestra la mariposa para que observe como estaba conservada en su cubo de hielo- Quise curarla y solo la dañe más. ¡Soy un monstruo! –Le grito cerrando los ojos.

No era la primera vez que le sucedía algo así, siempre quería ayudar pero su magia parecía ser maligna, cada noche soñaba con eso, soñaba que con sus manos destruía mundos y personas, que con sus manos lastimaba a quien más amaba.

—Loki... —Ambos niños se sobresaltaron al oír la voz de su madre que acababa de llegar, traía puesto un vestido verde claro combinado con una armadura plateada, ella era hermosa, lo más hermoso que Loki tenía.

—¡Madre! —Respondieron ambos niños al unísono.

—No ha sido tu culpa —Le dijo la mujer con una mirada compresiva, una que solo una madre verdadera podía darle. Solo ella lo aceptaba, solo ella lo amaba.

Aún recuerda lo que le dijo ese día.

—En la magia... A veces... Hay cosas buenas y... —Tomo la mariposa de las manos pequeñas de su hijo— ...cosas malas —Una luz dorada emano de sus manos y el hielo se derritió dándole nuevamente vida a la pequeña criatura— Tú eliges quien eres...

OoO

Loki seguía con su mirada perdida en el cielo, estaba triste y conservaba la mano en el pecho donde la herida le recordaba que seguía con vida, que aun podía escoger qué camino tomar.

—¿Quién soy yo? —Se preguntaba mientras cerraba sus ojos dejando caer unas últimas lágrimas— ¿Podría seguir llamándome tu hijo?

OoO

La mariposa movió de nuevo sus alas y las manos de Frigga se extendieron al cielo dejándola volar nuevamente, Thor mostraba una gran sonrisa y Loki... El observaba con admiración lo grandiosa y poderosa que era su madre... Ella le había dado vida de nuevo a aquella mariposa.

—Y tú no eres un monstruo. Loki tu eres mi hijo. Recuérdalo siempre...

OoO

—Te extraño... —Una mariposa aparece de la nada encima de Loki, haciéndolo contemplar lo hermosa que era, lo grandiosa que significaba la vida— ¿Podrías curarme el corazón madre?

Y así aquella criatura desapareció dejándole el cielo vacío de nuevo a Loki.

Y así aquella criatura desapareció dejándole el cielo vacío de nuevo a Loki

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