Mi Soldado

78.4K 1.5K 55
                                    

Itziar suspiro por quintollesima vez cuando sus padres comenzaron con su ya habitual sermón. Ella simplemente se desplomo en el sofá y cabeceo de vez en cuando.

No podía creer que aun siguieran con ello dado que ya sabían que ella aria lo que más le placiera, pero un padre nunca se rinde de modo que estaban nuevamente en la casilla de salida con sermones y broncas, chantajes y promesas que luego harían la vista gorda olvidándose de todo lo dicho o prometido y solo acordándose de las broncas.

No, Itziar había aprendido  a no hacer tratos con sus padres cuando estaban en plan "protejamos al pollito" como estaban ahora.

Y todo venia ¿Por qué? Porque quería hacer un viaje con sus amigos a Miami sin padres, dado que todos ya eran mayores de edad y legalmente podían ir a donde quisieran les pareció una fantástica idea para un viaje de fin de curso.

Lástima que a sus padres, y no solo a ellos, sino a todos los padres, no les gustara la idea.

Pero a su a sus padres no les hizo nada de gracia eso del viaje a Miami sin supervisión paterna. Ambos se cerraron en banda en cuando se lo dijo, pero ella volvió a sus "Si papi, claro papi, por supuesto papi" haciendo oídos sordos a todo lo que sus padres le dijeran. De hecho ya tenía las maletas hechas y los billetes comprados. Su viaje era inminente por mucho que sus padres dijeran.

Al parecer se dieron cuenta que no prestaba atención, porque se callaron y la miraron fijamente, su padre con sus brazos cruzados sobre su pecho, y su madre con el ceño fruncido. Nada bueno auguraba cuando se ponían así.

--¿Has escuchado algo de lo que te hemos dicho, Itziar?—obvio que no, pero no podía contestarles mal si quería irse de buen rollo al viaje. O al menos no ser castigada de por vida.

--Lo siento, papa. Me distraje. —se disculpo sentándose bien en el sofá y mirándolo atentamente para que viera que quería saber que decía, aunque se evadiera en algún punto de la conversación.

Que sucedería, pensó Itziar para sí misma.

--Pues presta atención a lo que te voy a decir. —aviso su padre.

Itziar conocía ese tono, era el de "jodela y te ato a la cama" y no le hacía ni pizquita de gracia cuando su padre se ponía así.

—Sabes que tu madre y yo no queremos que vayas porque es peligroso para una jovencita ir sola a un estado desconocido y lejano como lo es Miami, pero dado que vas con tus amigos, aceptamos a regañadientes. —

Itziar iba a comenzar a saltar de alegría. Hasta que su padre abrió la boca de nuevo y la fastidio.

—Como no queréis que vayan adultos, como padres o profesores. Todos los padres de tus amigos y yo hemos tenido la idea de enviar a alguien que os mantenga de una pieza.

Su padre le dio una amplia sonrisa.

Aquella sonrisa de suficiencia no le gusto a Itziar, su padre tramaba algo y sabia que no le iba a gusta un pelo todo aquello. Se sentó, tiesa como un palo y espero.

—Alexander ira con ustedes, él y dos compañeros mas. Sus hermanos.

¿Alexander? ¿Quién era ese tipo?

Itziar solo rezo por qué ese tal Alexander no fuese un viejo carcamal infiltrado en su grupo de adolescentes sedientos de fiesta, por que de ser así... Oh... se le podían ocurrir muchas formas de evadir al pobre hombre.

Por algo sus amigos acudían a ella para planes de escape.

--¿Quién es Alexander, papa?—pregunto cautelosa.

--Es un amigo mío.

No era suficiente.

--¿Un amigo tuyo?—Itziar se puso en pie echa una furia.

Mi Soldado ( YA A LA VENTA!!! )Where stories live. Discover now