•~INFIELES~•

05

Después de esos días, la relación entre Atsushi y Dazai se había vuelto mucho más cercana. Salían a caminar o a centros comerciales casi a diario, disfrutando de helados y crepas. Era un tiempo lleno de risas y complicidad, donde las conversaciones se deslizaban con naturalidad, como si fueran viejos amigos que compartían secretos. Con el tiempo, Atsushi comenzó a desarrollar sentimientos hacia el mayor, lo que le generaba una gran confusión. Era extraño para él, ya que se suponía que amaba al peli negro, pero ahora solo sentía un cariño ligero y no el amor intenso de antes.

Una tarde, mientras paseaban por un parque adornado con hojas doradas por el otoño, Dazai lo miró con esa intensidad juguetona que siempre le hacía el corazón latir más rápido.

-Atsushi-kun~ -lo llamó Dazai con un tono meloso, lo que hizo que el menor se sonrojara intensamente. Al verlo sonrojarse, el mayor le dedicó una sonrisa pícara que parecía guardar un mundo de significados.

-¿Q-qué sucede, Dazai-san? -tartamudeó Atsushi, nervioso y sin saber si debía mirar a otro lado o sostener la mirada del mayor.

-Quiero invitarte a una cita esta noche. ¿Aceptas? -preguntó Dazai con un brillo travieso en sus ojos.

La propuesta sorprendió a Atsushi. Habían salido antes, pero siempre en un contexto de trabajo o como amigos; una cita era algo completamente diferente, como si fueran... pareja. El albino sacudió la cabeza rápidamente; esto estaba mal. Tenía novio. Aunque ya no sentía amor por él y solo le quedaba un cariño difuso, seguían siendo pareja. La idea de terminar con el peli negro lo llenaba de dudas y confusión sobre sus sentimientos. Se sintió atrapado entre dos mundos: uno donde su corazón palpitaba por Dazai y otro donde las expectativas sociales lo mantenían al lado de Akutagawa.

Fue sacado de sus pensamientos por la voz preocupada de Dazai.

-Atsushi-kun, ¿estás bien? -preguntó el mayor con un tono suave, como si intentara desentrañar los pensamientos del menor.

El menor asintió lentamente.

-Sí, solo... estaba pensando -respondió con una mirada nerviosa mientras se rascaba la mejilla en un gesto habitual cuando estaba incómodo.

-Está bien, pero volviendo al tema... ¿Aceptas tener una cita conmigo? -insistió Dazai con una sonrisa que parecía invitante y llena de promesas.

-B-bueno, si te soy sincero, me gustaría pasar un poco de tiempo con Akutagawa. Últimamente se ha enojado mucho conmigo por estar todo el tiempo contigo -admitió Atsushi, sintiendo cómo su corazón se encogía al pronunciar esas palabras.

Ante esta respuesta, Dazai sintió una punzada de decepción atravesar su pecho. Sin embargo, comprendió la razón del menor; no quería tener problemas con el peli negro y tampoco deseaba ser la causa de una ruptura dolorosa. Así que simplemente suspiró y trató de mantener su actitud despreocupada.

-Entiendo, no te preocupes. Será para la próxima -le dijo con una suave sonrisa que ocultaba una mezcla de tristeza y aceptación.

Atsushi asintió agradecido por la comprensión del mayor. Con ese gesto amable parecía entender todo lo que pasaba en su interior sin necesidad de palabras. Se despidieron y ambos se fueron a trabajar; ese día no pudieron almorzar juntos debido a la carga laboral y solo pudieron despedirse al final de la jornada. El corazón de Atsushi latía desbocado mientras caminaba hacia la salida; aunque había tomado una decisión lógica al rechazar la cita, no podía evitar sentirse intrigado por lo que podría haber sido esa noche junto a Dazai. Las dudas seguían acechándolo como sombras en su mente mientras se dirigía hacia Akutagawa, preguntándose si alguna vez podría aclarar sus verdaderos sentimientos.