Capítulo 2

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Me despierto sobresaltada por unos golpes en mi puerta, me levanto dando un gruñido mientras me estiro, voy hasta la puerta y la abro encontrándome con Antonio.

- Buenos días muchachita, ¿ qué tal has dormido?.

- Muy bien Antonio, pero , ¿ qué haces aquí a estas horas?.- Mi voz suena molesta y no me preocupo en disimularla. Él me sonríe y niega levemente con la cabeza.

- ¿ Te has olvidado que hoy comienzas a trabajar ? .- Abro los ojos asustada y sin decir una palabra mas corro hacia mi habitación a cambiarme, por el camino me choco con la mayoría de los muebles pero no paro por el dolor, si llego tarde estoy perdida.

Me quito la ropa tirándola por cualquier lugar y me meto en la ducha, pego un grito cuando siento el agua fría chocar con mi cuerpo y maldigo. Cuando termino de ducharme me tapo con la primera toalla que veo y corro hacia mi armario. Me visto con lo primero que cojo que resulta ser un pantalón vaquero desgarrado, una camiseta de asillas rosa palo y unos calcetines de Bob Esponja regalo de mi mejor amiga, me pongo mis converse del chino y me hago la coleta mientras bajo la escalera.

- Ya estoy lista Antonio, ¿ te importaría llevarme?.- Lo miro haciendo un puchero y el ríe.

- Ha eso he venido rubia.- Le sonrío y cojo mi bolso antes de salir de casa.

Nos montamos en su coche que esta frente a mi casa, cuando Antonio pon fin consigue poner una música en la radio que le guste arrancamos a mi nuevo trabajo.

- Tu madre me llamo anoche al menos cinco veces para que me acordara que viniera a buscarte, ¿ sueles quedarte dormida?.- Antonio sonríe sin mirarme y yo frunzo el ceño.

- Algunas veces, pero hoy iré a comprar un despertador y ya no hará falta que me vengas a buscar, pero te agradezco mucho lo de hoy.- Él me mira y me sonríe.

- No es nada, es un placer cuidar a otra Vega.- Sonrío al recordar cuando mi madre me contó que Antonio la salvo mas de una vez en la universidad.

Estamos en silencio el resto del camino. Antonio aparca frente un gran edificio que parece mas bien un hotel de lujo.

- Aquí es Victoria.- Le sonrío y salgo del coche.- Luego te vendré a buscar.

- No hace falta Antonio, prefiero ir caminando para poder conocer un poco mas la ciudad.

- Esta bien, pero ten cuidado, ¿ sabrás llegar a tu casa?.- Asiento y me despido de el con la mano antes de entrar en el edificio.

Me abro paso entre las grandes puertas de cristal y me adentro en un gran vestíbulo, miro hacia las muchas personas que caminan por aquí y me decido por ir a la recepción.

- Disculpa.- Le hablo a una chica morena de ojos muy azules y ella se acerca a mi con una sonrisa simpática.- ¿Me puedes decir donde esta la cafetería?

- Claro, novena planta.- Su voz suena firme pero simpática y al momento se que no voy a encajar muy bien aquí, todos parecen ir de lo mas elegante y yo llevo calcetines de Bob Esponja.

- ¿ Derecha o izquierda?.- La chica que por el cartelito que lleva en su pecho se que se llama Megan me mira con confusión.- Quiero decir si la cafetería esta a la izquierda de la novena planta o a la derecha.- Ella se ríe un poco y niega levemente con la cabeza.

- No cariño, la cafetería es toda la novena planta.- Abro los ojos con sorpresa y ella me sonríe.- Los ascensores estas allí.- Me señala a la izquierda y diviso unos ascensores. Le agradezco con una sonría y voy hacia ellos.

Cuando llego pulso el botón y espero junto a un hombre que llega después de mi. Lo miro y me sonrojo, es un hombre de unos treinta años vestido con un traje gris y una camisa blanca, y a parte es muy atractivo, aunque aquí no destaca mucho, ya que todos son muy guapos y parecen sacados todos de una revista.

Llega el ascensor, salen dos mujeres igual de guapas que todos y yo sonrío.

- ¿ Entra señorita?.- El hombre me señala el ascensor, yo asiento y entro, él entra después de mi y se me queda mirando.- ¿ A que piso va?.

- Al noveno.- Le sonrío con simpática y me coloco en una esquina.

- ¿ Eres nueva?.- Él me habla mirándome directamente a los ojos y yo asiento apartando la mirada, nunca me ha gustado mirar a nadie a los ojos, siempre he creído que los ojos transmiten muchas cosas y no me gusta que nadie me mire a los míos, parece como si me pudieran leer la mente.- ¿ Aquí en la agencia o en la ciudad?.

- En los dos lugares.- Él asiente y vuelve la mirada a las puertas del ascensor.

- Me llamo Jake.

- Victoria.- El me mira y sonríe.

- Bonito nombre, muy bonito. Encantado Victoria.- Hace hincapié en mi nombre y yo sonrío.

El ascensor para en la novena planta y yo salgo del ascensor después de darle una sonría a Jake.

- Victoria, cualquier cosa que necesites estoy en la planta veintidós. Y bienvenida.- Me da una gran sonrisa y yo se la devuelvo. Las puertas del ascensor se cierran y yo me doy la vuelta encontrándome con una cafetería simple pero hermosa. 

Las paredes son color marfil al igual que las sillas, las mesas son negras igual que la barra.

Camino hacia la barra donde se encuentra una chica pelirroja.

- Perdona.- Ella me mira y hace un gesto con la cara de asco, al momento me cae mal.- ¿ Sabes donde esta el encargado?.- Ella me señala una puerta detrás de la barra y yo me dirijo a ella sin darle las gracias.

Entro en la pequeña sala y me encuentro con una chica de pelo castaño y ojos verdes sentada en un sofá y un hombre de nuestra misma edad, rubio de ojos casi negros sentado en otro. Los dos me miran con curiosidad y yo les sonrío levemente.

- Perdonad, soy la nueva camarera y estoy buscando al encargado. La chica me sonríe como si hubiera visto a una diosa y el chico se levanta y me da la mano, ahora que me doy cuenta es bajito, muy bajito a decir verdad.

- Yo soy Hector, el encargado, y ella es Lauren.

- Encantada, soy Victoria.- Le estrecho la mano a la vez que les sonrío.

- Ooo pon fin una chica que no parece un perro rabioso.- Lauren se levanta y me abraza, le devuelvo el abrazo riéndome.

La chica pelirroja de antes entre y nos mira mal, Lauren le saca el dedo corazón y yo me río.

- ¿ De que te ríes nueva?.- La pelirroja me mira con asco. Elevo una se mis cejas y mantengo mi sonrisa.

- Eso a ti no te interesa, y te recomiendo que bajes esos nervios conmigo, quiero llevarme bien con todos pero no permito que nadie me hable así.- Ella me mira con sorpresa pero enseguida resopla y se da la vuelta, Lauren y Hector me miran con la misma sorpresa que el gato estreñido y yo me encojo de hombros.- Lo siento de verdad, yo no suelo ser así y te prometo que no tratare así a ningún cliente.

- No pasa nada nueva, solo es que nadie nunca le había hablado así a Nina, suelen tenerle mucho respeto.- Hector me habla sin quitar su cara de sorpresa y yo me encojo de hombros.

Después de un rato hablando y conocernos un poco mejor Hector me pide que me cambie para el primer turno, me da un uniforme que cociste en un vestido negro que me llega hasta la rodilla y mangas a tres cuartos, me miro en el espejo y me decido por recogerme el pelo en una coleta, el vestido me queda genial y no quiero estropear el abierto de la espalda.

Cuando salgo ya preparada les sonrío a Hector y a Lauren.

- Comienza la locura hermosa canaria.- Lauren me da un abrazo y suspiro. Aya vamos.

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora