DIET PEPSI͏ ͏ ͏ ͏ ─ ͏ ͏ ͏ ͏ART DONALDSON.

when we drive in your car, i'm your baby.

Ni por un número, ni por cariño. Sólo era él y su amarga soltería.

El rubio volvió a hablar, intentando reprimir una pequeña sonrisa. "Así que eres la chica ejemplar, ¿no es así?"

Le sorprendió que rió, y a ella misma también le tomó por sorpresa.

"¿Ejemplar? Yo no diría eso."

Los delgados dedos de la chica acariciaron su piel desnuda, intentando calmar un poco la bola de nervios que empezaba a crecer en ella. Era extraño pero un par de palabras con él le bastaban para no pensar en su madre, en los contratos, en las próximas películas por filmar. Era como si estar en esa pequeña burbuja con este hombre era suficiente para ahogar lo que le martillaba la cabeza antes de descansar.

Art hizo una pequeña mueca, asintiendo con la cabeza aún si las palabras le martillaban un poco en su subconsciente. Igual resultaba estúpido sobrepensar sobre algo tan mínimo y que al final del día, resultaría insignificante.

"¿Quieres probar?"

Debería decir que no. No era bueno que se indujera así mismo un hábito como el tabaco, aún si otras cosas habían estado en su organismo.
Pensaba que sus prioridades estaban desordenadas en cierto punto, porqué un cigarro era simplemente eso: un cigarro. Pero cuándo de drogas se hablaban, eso era motivo de escándalo y aún así terminaba haciéndolo, cómo si fuera algo regular en su vida. Una manera cruda de evadir la voz de su madre, la de su representante, la de las personas que le rodeaban y le hacían sentir cómo si nada de esto hubiese sido un camino que ella decidió tomar. Aunque, en el fondo, sabía que la realidad no estaba tan distorsionada como esos pensamientos que a menudo tenía mientras miraba las fotos en línea de alguna alfombra roja, o las de los vlogs que describían su vida como producto de un madre hambrienta de poder y una hija que no era más que una marioneta, dejándose usar porque no tenía alguna otra opción. Creía que sí había otra opción, quizá el hacerse más exitosa la libraría un poco y viviría como esas mujeres.

No estaba de más hacerse ideas en la cabeza de algo así. No costaba mucho soñar en una realidad alterna.

"Está bien."

El rubio sonrió en respuesta mientras le tendía el delgado cigarrillo.

La chica no tardó mucho en tenerlo entre los labios, dando una pequeña calada, sintiendo como el humo era capaz de llegar hasta sus pulmones. Se sentía amargo en su boca pero lograba combinarse con el ligero sabor a menta fina, y extrañamente le agradaba. Había estado rodeada del humo del tabaco desde que tenía memoria. Su padre fumaba demasiado antes de morir, su madre adquirió el hábito después de la fría noticia y aunque jamás había tenido la curiosidad a pesar de rodearse con personas de su edad que lo hacían entre tragos de alcohol, no había tenido la curiosidad. Pero, no negaría que el olor le resultaba familiar, inclusive un poco adictivo.

Tenía cierta manía de reconocer que si la fragancia de una persona estaba mezclada con un ligero olor a tabaco, había cierto porcentaje de ella que le parecía atractivo. Era algo estúpido de pensar, como si romantizara la vida de un fumador pero supuso que era por la normalidad a estar expuesta a ello.

El hombre frente a ella soltó una pequeña risa cuándo la chica hizo un afán de ahogarse con el humo, devolviéndole el cigarro casi de inmediato.

"Pensándolo bien... creo que estuvo mal de mi parte dártelo a probar." Rió entre dientes, llevándoselo a sus labios para dar una larga calada mientras el humo se arremolinaba entre ellos. "Perdón por ser una mala influencia, se supone que debería ser más consciente al ser el mayor aquí."

La pelinegra no pudo evitar pensar que lucía más atractivo de esa manera. No mentiría, Art Donaldson era un hombre increíblemente atractivo. Desde las largas pestañas sobre sus ojos azulados hasta la manera en la que se movía — sus ademanes, su sonrisa que parecía ser ligeramente coqueta. Era un hombre de ensueño. Había escuchado a unas chicas cercanas a ella hablar sobre él, el cómo era desafortunado que su esposa decidiera firmar un divorcio con un hombre como él, que personas así no se hallaban con facilidad. No sabía mucho sobre él en realidad, tan sólo unas cuantas cosas sobre su carrera tenística y que ahora era un hombre divorciado pero nunca se vio en la necesidad de hacer una búsqueda sobre él, sobre cómo era su vida personal fuera de la fachada de atleta personal. Diría que ahora se sentía intrigada. No sabía del todo el porqué le estaba dirigiendo la palabra, porqué decidió salirse de un lugar dónde gente cómo él y de su edad deciden hablar sobre cosas de la vida adulta.