when we drive in your car, i'm your baby.

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"Estoy huyendo, creo." Ella rió entre dientes.

Su mirada se desvió hacía el cigarrillo entre sus dedos. Era raro ver a un atleta de alto rendimiento dejarse llevar por el tabaco, aún si estaba retirado ya pero supuso que era ese tipo de cosas que ocultaba, o que decidió retomar después de estar años dedicándose al tenis. No lo culpaba, si ella pudiera regresar a los viejos hábitos quizá recaería en comer chocolates por la madrugada, o disfrutar de una hamburguesa de queso sin tener a su madre diciéndole que ganaría peso por ello. Si lo pensaba detenidamente, no podía decir que extrañaba la vida de antes porqué nunca existió un antes para ella como suponía que había existido para Art. Ella creció en ese ambiente, en las dietas y las luces deslumbrantes, en el exceso de disciplina y obsesión por poder ser como las mujeres a las que aspiraba. Para ella, no había una niñez en la que respaldarse, en la que pudiera mirar atrás y decir, esto era lo que yo era y lo añoro. En realidad, extrañaba una vida que no era la suya.

Art se quedó en silencio cuándo la vio divagar en sus pensamientos. Mirada un poco perdida y que no dejaba ver más que nostalgia. Sin embargo, le causó un poco de gracia que el motivo de la disociación se había quedado posado en su cigarro a medio fumar. Levantó una ceja y habló, su tono volviéndose un poco más suave. "¿Fumas?"

La pregunta la tomó por sorpresa.

Estaba acostumbrada al alcohol, y a otras sustancias que prefería evitar traer a su cabeza porqué eran motivo de que se sintiera aún más avergonzada. Tampoco quería encajar en el estereotipo de la chica hollywoodense que prefería evadir su realidad intentando ahogar su cabeza en una línea blanca en el baño de un club, o que sale de sus instalaciones con el brazo de un chico enrollado sobre sus hombres. A lo Lindsay Lohan.
Consideraba que ella era diferente aunque en el fondo, sabía que terminaba siendo igual que todas esas chicas que se rompieron con facilidad porque, la verdad es que era frágil. No importaba la fachada que daba ante las cámaras, la versión fuerte que describía en entrevistas y reportajes sobre su gran trabajo. Era frágil.

"No."

Ingenuidad. Fue la primera palabra que apareció en la cabeza de Art en cuanto vio su facción pero se abstuvo de decirlo.

Se llevó el cigarrillo a sus labios, inhalado un poco del humo para llevarlo hacía sus pulmones. Cada vez que fumaba después de su retiro, se preguntaba qué diría Tashi al verlo; si lo compararía con Patrick y su asqueroso hábito de seguir llevando una cajetilla de Camels a todos lados, o si diría que debería dejarlo porqué no quería que al pasar por Lily para su fin de semana juntos, ella percibiera el asqueroso olor a tabaco. No podía evitar traer a su ex-esposa a la cabeza. El divorcio había sido difícil, pero era de esperarse porque Art no iba a seguir viviendo de esa manera. Jugando y hundiéndose en la miseria de que no volvería a ser el mismo tenista de antes, pensando en sí ella lo dejaría primero después de ver que cada vez su saque se oxidaba, o cuándo lo escuchaba murmurar antes de ir a dormir lo mucho que extrañaba pasar tiempo con su hija porque ya el tenis no se lo permitía. Tomar una decisión así de precipitada después de ganar el US Open no estaba en sus planes después de todo. Era cierto que los viejos días lucían lindos ante su mirada azulada, que la vida era mejor cuando el tenis era una forma de arrancar el estrés con el que su cuerpo se encontraba al llegar a casa o cuando era la única manera con la que podía conectar con Patrick. A veces, pensaba que había sido lo mejor. Otras veces, pensó que su cansancio era una excusa más para enterrar su inutilidad en un deporte que era una forma de mantener a Tashi a su lado.

Las reglas habían cambiado ahora.

Estaba viviendo en un buen departamento en Beverly Hills. Pasaba sus días entrenando a niños pequeños del condominio, o a veces, tomando el sol en la piscina mientras se enfocaba en leer libros que habían quedado apilados en la casa que compartía con su ex-esposa. Al parecer, las cosas sabían diferente pero aún así algo faltaba, pero no sabía qué con exactitud. Cuando llamaba a Patrick después de beber más de una cerveza, su amigo decía que lo mejor era conseguirse a alguien. Una pareja fija tal vez, o algo casual para variar la rutina. Art refunfuñaba y decía cosas como estar muy viejo para esas andadas, que ya tenía una hija y sería tonto presentarle a una novia o que Tashi podría sentir que la estaba remplazando con facilidad. El tenista se reía de él y soltaba el comentario que a ella no le podría importar ni un poco, que aún cuando su divorcio había sido precipitado, Tashi estaba follando con él a menudo después de algunos entrenamientos juntos. En otras circunstancias ante comentarios como ese, explotaría y le diría que es una mierda de amigo, que lo menos cruel que podría desearle es que ardiera en el infierno pero habían tenido un acuerdo. Tashi podía estar con él si Art tenía un tiempo a solas con Patrick de vez en cuándo, pero sabía que a lo largo, ella terminaría quedándose con él de todas formas y no le molestaba. Otros pensarían que daría en su ego, después de todo fue su amigo el que ganó aquel partido en New Rochelle. Pero las cosas eran diferentes ahora, ya no estaba compitiendo por nadie.

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⏰ Last updated: Jan 20 ⏰

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DIET PEPSI͏ ͏ ͏ ͏ ─ ͏ ͏ ͏ ͏ART DONALDSON.Where stories live. Discover now