Camila
—Hueona, no puedo creer que ese loco te haya invitado a salir después de tenerte toda confundida.—la Catalina dejó de mirar la pizarra y me miró a mí, estaba concentrada en el puesto de al lado mientras dibujaba corazoncitos en la última hoja de mi cuaderno.
Hice una mueca y la observé con atención. Tenía el ceño fruncido, sus ojos bien abiertos y los brazos cruzados, como siempre hace cuando se enoja.
—No abrai tanto los ojos que se te pueden salir.—se incorporó la Dani en la conversación, que venía llegando del kiosco con cinco hamburguesas escondidas en su casaca.
La Cata le dió un golpecito en el hombro a la Dani y luego volvió a posar su mirada en mí.
—No te voy a prohibir que hablí con él o algo así, pero si el culiao te dice o hace algo, no vengai a reclamarme a mí porque ya te avisé de las hueás.—me dijo la Cata, yo asentí con una cara triste.
La Catalina igual tenía un poquito de razón, siempre me estaban diciendo que el Mateo aquí y que el Mateo acá, pero siento que no era la mejor forma de decirme las cosas. Yo tengo la creencia de que por más daño que una persona le haga a tu amiga, tienes que seguir intentando aconsejarla si es que ella no quiere o le cuesta alejarse de esa personita. Prefiero retarla mil veces a hacer que lidie sola con sus problemas.
—Próxima clase quiero todos los trabajos listos, no hay más plazo.—la profe de Artes empezó a decir las mismas hueás de siempre y salió de la sala corriendo apenas tocaron el timbre para recreo.
Pa' que po', si igual después va a aceptar a fin de año todos los trabajos que le deben.
—¿Artes pa' que hueá sirve?—comenzó a alegar la Daniela mientras guardaba sus materiales en la mochila y metía las hamburguesas en una bolsita.
—Supongo que para desestresarse, aunque igual no sirve mucho porque la vieja culiá solo sabe pedir materiales y ni explica las cagás de trabajos que hay que hacer. Y pa' cagarla más todavía, te reclama si no le gusta tu tarea. No se conforma con nada.—caminé hacia la puerta y esperé a las chiquillas ahí parada.
—Camila Flores, ¿de cuándo que vo' hablai de esa manera tan ordinaria?—la Dani disimuló que tenía ganas de reírse.
—Perdón, nunca más.—le pasé mi dedito meñique para hacerle una pinky promise.
—Ya, si igual no es taan malo. Por el momento, es aceptable.—se sumó la Cata.
Las tres nos tomamos del brazo y empezamos a bajar las escaleras para ir al comedor. La Isa y el Luis deberían estar esperándonos ahí como siempre ya que la Isa a esa hora se iba a hacer no sé qué y el Luis era de otro curso.
Entré por una de las puertas del comedor que estaba vacía y ví a alguien muy conocido en una de las mesas que estaban casi al final, él tenía su mirada fija en mí.
Las chiquillas hablaban y hablaban detrás mío, aunque yo estaba concentrada en esa persona ubicada lejos de mí, que luego se levantó de la silla para saludarme con la mano y yo fuí corriendo a dónde estaba él.
—¡Picolás!—sonreí y le dí un abrazo, uno de esos que son muy apretados y no te dejan respirar pero que están llenos de amor.
—¡Buena petarda! ¿Cómo estai? No te veía hace caleta.—el Nico me sonrió, dejando ver las margaritas que tenía en las mejillas.
El Nicolás era de un curso más grande que yo, nos conocíamos de hace tiempo pero luego se fue a vivir a otra parte y no hablábamos tanto ni tampoco nos veíamos. Supe que había llegado al liceo pero nunca me lo había topado. Cuándo lo conocí la profe de gimnasia me estaba retando por conversadora y desde ese día quedé como petarda, porque según él yo era igual de ruidosa que un petardo.
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Tutorial pa' conquistar(te)
Romance⋆ ࣪. ꒰ა CHILENSIS ໒꒱ ࣪.⋆ La Cami nunca esperó que el mino que le caía mal le pidiera ayuda para conquistar a su mejor amiga, pero tampoco contaba con que no sería fácil hacerlo si no quería poner en riesgo sus sentimientos. ⎯ㅤㅤִㅤㅤ୨⠀♡⠀୧ㅤㅤִ⠀⠀⎯⎯ ﹙♡...
