Tuvo una compañía, en un hospital psiquiátrico, el joven castaño, se llamaba Germán se presentaba con el apodo de "Unicornio" ya qué siempre le contaba a Rodrigo qué veía un unicornio qué hablaba con él durante todos los días. En el día, después qué caía la noche, el chico contaba la conversación qué tuvo con el "Unicornio" alegremente.

Era totalmente tierno.

Rodrigo comenzaba a visitar al chico frecuentemente, a sí sea qué estuviera dormido o no, notaba qué la salud mental del chico se iba desvaneciendo lentamente, los doctores no sabían qué hacer con él, una noche de noviembre, específicamente el día de muertos.

El ojiverde aprovechaba el día de muertos para recoger flores en las tumbas del mundo infernal, tumbas de almas qué lograban descansar en paz, eran varias flores preciosas, sus favoritas eran las rosas azules.

Decía qué tenían un gran brillo y cuándo las agarraba, sentía qué estaba tomando una estrella del cielo entre sus manos. Eso lo hacía sentir sumamente feliz, podría ser lo más cerca qué podía estar de algo naturalmente brillante.

Rodrigo fue hacía el hospital psiquiátrico a las 12 am en punto, cómo aconstumbra a ir. Con una rosa azul entre sus dedos, está brillaba inmensamente, cómo si de una estrella se tratase, el chico quién esperaba pacientemente a Rodrigo en una esquina de la habitación, sonrió alegremente al verlo.

Éste chico le puso de apodo "El destello verde" por sus brillantes ojos qué brillaban en la oscuridad, el chico se excusaba qué le puso ese apodo ya qué su nombre le parecía muy aburrido para alguien tan divertido cómo el.

-Holaaa, ¿Cómo andas? Preguntó Rodrigo acercándose a Germán

-¿Destello verde? ¡Eres tú! ¡Me alegra verte! Gritó Germán mientras sacudia sus manos en señal de emoción -Estoy perfectamente bien, cada día mejor ¿y tú?

-Me contenta saberlo, te traje un obsequio Anunció Rodrigo estirando su mano enfrente de la vista del chico -¿Querés saber qué es?

-¡¿Un obsequio?! ¡¿Para mí?! ¡Claro qué quiero verlo! ¡Muestrame qué es! Respondió el chico sonriendo alegremente, Rodrigo asintió

Rodrigo tomó la mano del chico y la posó sobre la suya propia para después suspirar encima de éstas, el aliento le causó escalofríos al joven haciéndolo temblar, el chico se quejó con un quejido.

Una pequeña luz brillante se hizo ver por un espacio qué quedaba entre sus manos al no poder juntarlas completamente, el joven abrió los ojos sorprendido.

El ojiverde separó sus manos dejando ver una hermosa rosa de color azul marino, cuál brillaba inmensamente, iluminando la habitación, el joven no podía creer lo qué veía.

-Es una rosa infernal, ustedes los humanos suelen regalarse flores en estás fechas, entonces cómo nadie me la regaló una a mí, yo quiero regalartela a vos ¿Te gusta? Preguntó Rodrigo, el chico asintió

-E-Está rosa es hermosa, ¿Así son las rosas en el infierno? Cuestionó Germán sin casi poder decir algo por lo asombrado qué estaba -Es bellísima, siento cómo si iluminara mi alma

-Si piensas qué mis ojos son brillantes, las flores en el infierno lo son más, siento qué tuve complejo de flor infernal Comentó Rodrigo soltando una risita tierna

-El brillo de la rosa es natural pero no es nada comparado al brillo qué tienen tus ojos, tienes unos ojos preciosos y cualquiera qué los vea se dará cuenta de eso Manifestó Germán -Te amo mucho Rodrigo, muchísimas gracias por tu compañía.

𝐈𝐍𝐒𝐎𝐌𝐍𝐄-𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ