Capítulo 2: Feliz Cumpleaños Sakura

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Sakura agarraba a Ryan de la mano con fuerza mientras se dirigían a la sala de espera, donde los esperaba su madre, Emma. Ryan podía sentir que su doctora estaba nerviosa, y mientras bajaban las escaleras de caracol, quiso curiosear acerca del estado de ánimo de Sakura, totalmente nuevo para él.

-Señorita Sakura-le preguntaba con una sonrisa en los labios-¿Por qué estás tan nerviosa?

-¿Yo?-Sakura sabía que sus mejillas se habían sonrojado al escuchar las palabras del pequeño, se sentía ridícula... era tan transparente que hasta los niños podía leer cómo se sentía-No estoy nerviosa Ryan, solo contenta por el fin de semana.

-Te sudan las manos-insistía Ryan-y puedo sentir que el corazón te late más deprisa.

"Maldición, Ryan está haciendo uso de sus habilidades otra vez" pensó Sakura para sí. Ryan era muy sensible al percibir las emociones ajenas, habilidad muy molesta en situaciones como esa. "En el futuro tendrá problemas como no aprenda a callarse" pero sus reflexiones eran inútiles ahora, tenía que dar una respuesta. Y a ella se le daba muy bien el arte de evitar preguntas embarazosas.

-Mira, allí está mamá-señaló mientras llegaban a la sala de espera-¡Vamos, te está esperando!

Ryan pareció olvidarse de su pregunta y salió corriendo a lanzarse en brazos de su madre, que lo recibía con una calidez muy característica en ella. Se conmovió al ver la escena de ese abrazo, madre e hijo, y sonrió.

-Mamá, la señorita Sakura va a ir a ver a su novio, la espera en la puerta-decía Ryan con toda la inocencia del mundo. Si ya estaba alterada de por sí, la nueva declaración de Ryan a su madre hizo que se sonrojara aún más, tenía calor, y ahora sí que sentía unas gotas de sudor recorrerle la espalda. "La sinceridad de los niños" se repetía en la cabeza "Vamos, sal de aquí enseguida".

-Vaya, no sabía que tenía pareja, mi más sincera enhorabuena doctora-decía la madre sorprendida.

-No, Ryan está... se ha confundido... Solo es un amigo que... acaba de llegar a la villa y ha venido a verme-Sakura era consciente de que estaba tartamudeando demasiado, y eso contrastaba con la seguridad que siempre respaldaba su discurso. Era obvio que estaba nerviosa y avergonzada.

-En cualquier caso pasadlo bien-y Emma le guiñó un ojo en señal de confianza-pocos amigos van a recogerte a la puerta del trabajo-y Emma y Ryan salieron del hospital cogidos de la mano. Sakura suspiró algo más tranquila, aunque no quería ni imaginarse cómo sería la próxima visita del pequeño diablo a su consulta.

Tomó aire y se adecentó el pelo. Serenó los latidos de su corazón y se dirigió con paso firme a la puerta del hospital. No quería que Sasuke le llevara ventaja, como siempre. Ella ya sabía que estaba allí así que esta vez el sorprendido sería él. Tenía que mostrarse entera y seguro, como siempre cuando se trataba de él, o acabaría perdiendo el juicio. La volvía loca con tan solo dos palabras, pero alejó esos pensamientos, esta vez no sería así.

Salió y una brisa fresca azotó su rostro, haciendo ondear su pelo y transportando su aroma de cerezas hacia el árbol donde se encontraba apoyado el Uchiha. Tenía la cabeza baja, mirando al suelo, pero cuando pudo sentir la brisa impregnada de olores silvestres alzó el rostro, y por fin los dos se miraron a los ojos, después de un mes sin haberse visto.

-Así que has vuelto-dijo ella terminando de recorrer la distancia que los separaba. Sasuke se irguió y la miró con sus profundos ojos negros-Habéis tardado más de la cuenta, ¿No?-se refería a él y Naruto. Ambos formaban equipo en la ANBU y viajaban juntos en las misiones.

-No pareces sorprendida de verme-fue lo que respondió Sasuke, mirándola de arriba a abajo con nostalgia.

-Algo me decía que hoy volverías-ella quiso hacerse la interesante, sin revelar que realmente ya lo había visto. Quedaba mejor así, hoy era un día especial para ella, y su regreso hoy lo hacía aún más emocionante.

-¿Seguro que es eso?-preguntó él alzando una ceja. Por primera vez esbozó una sonrisa burlona. "Demonios" pensaba la pelirrosa, esa sonrisa la dejaba fuera de combate, era condenadamente atractiva.

-Dímelo tú-le retó, no se daría por vencida en el primer asalto.

-Ya he visto la cara de tonta que se te ha quedado cuando me has visto por la ventana-reveló Sasuke llevándose la primera victoria-era cuestión de tiempo que bajaras haciéndote la valiente. Pero de nuevo, no te ha servido.

"Otra vez, otra vez ha podido contigo, ¡Siempre puede contigo!" Sakura apretaba los dientes para no soltar la primera locura que se le pasó por la cabeza, simplemente arrugó las cejas y Sasuke fue consciente de eso.

-Estás preciosa hasta cuando te enfadas-zas, esa frase la dejó fuera de juego. No tenía suficiente con quedarse con ella, ahora le decía esas palabras. Definitivamente, estaba a su merced.

-No me hagas la pelota ahora, ¿Quieres?-se defendió cruzándose de brazos y haciéndose la enfadada-Muy gracioso, te llevas un mes fuera y lo único que me dices es que estoy guapa cuando me enfado.

-Vamos, no te pongas así-dijo comenzando a andar. Sabía que quería que le siguiera, y muy a su pesar, y tragándose su orgullo, eso fue lo que hizo.

-¿A dónde vamos?-quiso saber la pelirrosa inquieta.

-Ya lo verás cuando lleguemos-esas fueron las últimas palabras que se cruzaron en el camino. Sasuke seguía mudo, como siempre cuando caminaba, y ella se limitaba a ir a su lado, mirándolo de reojo de vez en cuando y alegrándose de que por fin estuviera allí. Sin darse cuenta, llegaron a la cima de la montaña de los Hokages, y cuando lo hicieron, era el momento exacto en que empezaba el sol a ponerse.

-Es precioso...-decía Sakura embobada con la puesta de sol. Sus rayos teñían el panorama con colores cálidos y dorados. Eran unas vistas perfectas.

Sasuke se puso a su lado y esta vez fue él quien la miraba de soslayo a ella. Estaba tan preciosa como siempre. Sus ojos esmeralda se agitaban al compás de su corazón, observando las vistas que con tanto cuidado había planeado para ese momento. Sí, no era algo casual, había calculado perfectamente la hora a la que debían de estar allí para poder ver el momento más bonito de la despedida del sol. Y parecía que había acertado.

-Tengo algo para ti-rompió el silencio Sasuke, cuando ya solo iluminaba el cielo los restos de destellos del sol dormido.

-¿Para mí?-preguntó Sakura sorprendida. Sasuke extendió la mano y sacó una cajita muy pequeña envuelta en papel rosa y un lazo plateado. Sakura se emocionó al verlo, y se llevó las manos a la boca de la sorpresa.

-Vamos cógelo-la animó él-Feliz cumpleaños Sakura.

Sakura tomó con cuidado la cajita y la abrió con manos temblorosas. Se quedó absorta al descubrir un colgante de plata en su interior,y de él pendía una medalla con forma de la flor del Sakura, el árbol que llevaba su nombre. No sabía qué decir, no tenía palabras para explicar lo que sentía.

-¿Qué pasa?-preguntó entonces Sasuke tras unos segundos prudenciales del shock-¿Es que no te gusta?

-Yo...-Sakura seguía sin palabras, tratando de contener la emoción. Había sido demasiado. Se había dado cuenta de que la flor había sido cristalizada para poder introducirla en el colgante. Su flor favorita...

Ante la ausencia de respuesta, Sasuke tomó el collar y se lo puso en el cuello. Le sentaba fenomenal, y la joven sonrió mientras trataba de reprimir unas lágrimas.

-Me encanta...-dijo al fin. Y sin previo aviso se lanzó a sus brazos y lo tomó del cuello, agarrándolo con sus fuerzas y uniendo sus cuerpos. Ahogó sus lágrimas en su regazo, para que él no pudiera verlas, pero la había hecho muy feliz. Sintió cómo el la rodeaba también y suspiró tranquila. El mejor momento del día sin duda, juntos y abrazados bajo la luz de la luna.

Polos Opuestos: The LastWhere stories live. Discover now