12° Fue una tortura... perderte.

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— ¿Qué paso? ¿Por qué me llamaste tan temprano?

—Líos de falda, ya sabes, ese tipo de cosas que le dan sabor a la vida. Necesito que me dejes en lo de Ani y Liz ¿Tienes algún problema con saltarte las clases hoy? Necesito a mis amigas, cine, helado y una noche en un buen bar con karaoke.

— ¡No puede ser! Ese el plan en caso de alerta Roja.

—En estos precisos momentos estoy atravesando la primera, por tanto la peor, alerta Roja de mi vida.

—Mierda... Mierda, mierda... ¿Estás bien? ¿Quieres una almohada?

— ¿Tienes una en el auto? —Pregunté y ella asintió enérgicamente.

—En el asiento de atrás, en caso de emergencia —aclaró.

Me giré para agarrarla, luego la abracé, subí las rodillas a mi pecho... y me largué a llorar.

* * *

—Tranquila, nena, tómate esto y empieza a cantar —dijo la insensible Liz cuando me senté en uno de sus cómodos pufs (son esas bolsas gigantes rellenas con esas pelotitas espumosas blancas, son como cojines gigantes donde te puedes sentar) de color naranja flúor.

Tome el agua con... ¿azúcar? Eso era tan "receta de la abuela".

—Lo... que... pasa —hipé cada palabra, jamás me había sentido tan nena. Puede que, porque nunca habías sentido lo que sentiste por ese chico, cariño— es que Seba... trató de ayudarme... con un chico —logré decir ya más calmada.

—Oh... —dijeron todas al unisonó.

Es de conocimiento popular que Seba no es un buen Cupido, por eso nadie nunca pide su consejo o ayuda en el ámbito amoroso, pero él se metió en la mía sin preguntar. Maldito idiota con excesiva voluntad... o demasiado entrometido.

—Pero gracias a él... me di cuenta de que... Teo es un mujeriego... no, eso es mentira, en realidad... siempre sospeche que lo era pero no quería asumirlo... ahora ya no quedan dudas, lo vi con mis propio ojos —más llanto afloró de mi garganta y más que pena era por una rabia ciega que luchaba por asfixiarme.

—Oh, cariño ¿Estás segura de eso? ¿No será alguna confusión?

—Tenía la boca toda manchada de labial, había una chica usando su camisa y saliendo de su habitación. Creo que una imagen, en este caso dos, dicen más que mil palabras.

—Yo creo que deberíamos poner en plan de acción lo que se hace en estos casos —dijo la tierna y siempre amorosa Ani-la-chica-guapa-de-pelo-rojo.

—Ani, te queda genial el rojo, ese color es súper cool —empecé a divagar.

—Oh, no ¿acaba de decir súper cool? Entramos en la fase crítica, rápido, el helado —Cisa está cada día más grande y guapa... uf, crecen tan rápido.

—Montse, cariño ¿Qué película quieres ver? —seguramente Liz creía que iba a decir alguna pendejada masoquista como El diario de Noah o PD: I Love You... pero no, por mucho que ame a Gerald Butler, ese hermoso hombre escoses, me mantendría digna hasta... donde dure mi dignidad.

—Alguna maratón.

—Tengo Harry Potter en Blue Ray, las ocho —seguramente Ani era la única persona que me entendía, que mejor que pasar las penas viendo la vida del pequeño y adorable mago huérfano. Era exacto lo que necesita— y solo por si te interesa... también tengo Shrek y la Era del hielo, sé que te encantan las películas animadas.

Me acabo de enamorar, si no fuera la total media naranja de una de mis mejores amigas definitivamente me casaría con esta mujer.

—Creo que te amo, Ana Sofía Estebes —dije sin pensarlo dos veces.

MALA CHICA BUENADär berättelser lever. Upptäck nu