—Bueno, no es que Leiton fuera muy inteligente. Lo conocí muy poco. Era habilidoso como soldado, pero muy distraído —opinó Exen, encogiéndose de hombros—. Pero ahora que lo pienso sí suena muy estúpido. ¿Por qué Gregori escogería personas tan poco capacitadas para servirle? Didi no pensaba antes de dar un paso delante del otro, ¿me entiendes? No era muy estratégica. Era impulsiva y en entrenamientos no era muy buena.

—Por esa razón Nina sospechó de ella cuando la vio en la fosa intentando hacerse pasar por estudiante. Sabía que ella pertenecía al equipo de combate.

—Y a Leiton el gas lo atrapó por andar rondando fuera de la fosa, un movimiento muy poco inteligente —añadió Exen. Le entregué las cartas. Él las dobló y las juntó sobre sus piernas—. Me intriga mucho saber cómo se comunicaba con Gregori, pero deberíamos darle estas cartas a Levi.

Estuve de acuerdo, pero los engranajes de mi cabeza habían comenzado a trabajar desde que leí la primera carta, y era tan extraño todo. ¿Qué liquido era tan potente como para evadir los poderes de Pantera? ¿Por qué Leiton revelaba tanto sobre sí mismo? ¿Por qué Didi guardaba las cartas?

—Por favor, dime que también piensas que algo no encaja —le dije a Exen.

—Es obvio que algo no encaja. Ya oíste que Levi cree lo mismo, pero tenemos que entregar las cartas para que ellos también hagan sus investigaciones. Aunque trabajamos por separado, ellos por un lado y tú y yo por el otro, lo hacemos por la misma causa, ¿no es así?

Asentí.

—Gregori ni siquiera debe saber que perdió a sus infiltrados, ahora sí que debe estar echando chispas —agregó Exen en tono de burla.

Contemplé la pila de papeles que reposaban sobre su regazo. Había tanto que no encajaba. El asunto del infiltrado se volvía más complicado, y con eso más peligroso. Era momento de tomarlo más en serio, y también era momento de hacerse otro tipo de preguntas.

Y justo había un par que me tenían la cabeza loca desde hace unos días: ¿cómo era que El Imperio, cerebro de una catástrofe, había fallado? ¿Cómo un líder tan audaz como decían que era Gregori, había permitido que las flores se salieran de su control?

De forma inmediata me percaté de algo tan importante que me abrumó, y de nuevo una mala sensación me recorrió el cuerpo.

—Tenemos que seguir averiguando las cosas por nuestra propia cuenta —le dije a Exen—. Por ahora vamos a mostrarle estas cartas a Levi, pero, ¿sabes qué significa que Leiton haya tenido contacto con El Imperio? Significa que Gregori sabe que ustedes irán por los científicos.

•••

No nos permitían entrar a ver al comandante.

Una mujer que servía como soldado nos impedía el paso. Llevábamos ya diez minutos tratando de hacerle entender que era un asunto urgente lo que teníamos que hablar con Levi, pero ella se negaba rotundamente a permitirnos avanzar, posicionándose en medio de la entrada al pasillo. Y era su robustez y su mala cara lo que nos mantenía tratando de convencerla de hacerse un lado.

—Ya se los dije, el comandante está en una reunión muy importante y no quiere a nadie rondando por aquí.

—Pero si hace un rato vine a verlo y entré sin problemas —dije.

—Eso fue hace un rato —zanjó la mujer.

Exen se mostró impaciente y disgustado.

—¡Pero si somos de la OPE! ¡Podemos entrar a todas las reuniones! —exclamó.

La mujer negó, firme en su postura.

—Esta reunión es exclusiva para la Unidad Principal de Especialistas. Pueden volver más tarde y el comandante estará disponible para ustedes.

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