Capítulo 1

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Me encontraba en la biblioteca buscando un libro para poder leer en esta hora libre que tenía en el instituto. Estaba en la sección de romance, lo cual es muy raro en mí, pero hoy tenía ganas de enamorarme al menos de un personaje ficticio.

De seguro te estarás preguntando ¿por qué dije aquello? Bueno yo te daré una explicación. Me cuesta enamorarme. Ok aquello no es tan así, la cosa es que NUNCA me he enamorado. Sí, ya sé que suena raro, pero no lo he hecho. 

A mis 17 años me estoy preguntando exactamente lo mismo que tú: ¿Qué mierda me pasa que no me enamoro? Aunque me formule esa pregunta algunas veces en mi cabeza, creo que tengo una explicación, y esa es que no me he enamorado porque no ha llegado la persona indicada. Es por eso y no porque sea un bicho raro que no tiene sentimientos por el sexo masculino. Aunque sé que suena cliché (porque en verdad así es) es la pura verdad. 

Voy hacia una mesa y me siento tranquilamente en una de las sillas que se encuentran hacia el pasillo para poder enfocarme en la lectura. Comienzo a leer y cada vez me meto más en la historia, voy pasando pagina tras pagina, cuando de repente siento que alguien se da contra mi brazo y cae un libro en mi cabeza, dándome un buen golpe. Levanto la mirada muy enojada y me encuentro con un chico de ojos color café pidiéndome disculpas con ellos. Lo veo tomar el libro y escucho como dice levemente «perdón» y se marcha sin decir más. 

Ese chico me ha dejado perpleja, no fue capaz de preguntar si estaba bien. Igual lo dejare pasar porque parecía ser un chico muy tímido, capaz le costó demasiado decir esas palabras. 

Termino de leer el libro, cuando escucho sonar el timbre que indica que ya ha acabado mi tiempo de paz. Ahora a encontrarme con esas chicas llamadas «amigas» que no hacen más que darme dolores de cabeza con sus voces chillonas. Además de que tendré que escucharlas hablar de cosas sin sentido, parece que ellas no tuvieran cerebro. 

Me levanto de la silla y coloco el libro en su lugar, marchándome con muy pocas ganas al salón donde tendré clase y  donde tendré que fingir ser una persona que realmente no soy. Lo único bueno de hacer esto es que mantuve mi excelencia como alumna en todas las clases sin importar ser ahora una de las «populares». El hecho de que ahora sea popular no va a influir en mi futuro.

Mientras caminaba por el pasillo me encuentro con Melanie, la líder de mi grupo de «amigas». Me saluda efusivamente. Ok, eso es demasiado extraño en ella porque yo no soy de su agrado. Solo me acepto en su grupo porque mi familia tiene algo de dinero y esta locamente enamorada de mi hermano. Y sí, tengo un hermano sexy, popular y mujeriego. A pesar de las muy malas características que posee, como hermano es el mejor. Siempre fuimos muy unidos, yo lo considero también un amigo.

—Te estaba buscando Lara.

Pestañeo varías veces para salir de mis pensamientos e intentando recordar que fue lo que me dijo Melanie. ¡Ah ya me acorde!

—¿A mí?—Ya lo sé, no fue una respuesta muy inteligente que digamos, pero estaba sorprendida.

—Sí, es que quería preguntarte algo. ¿Sabes con quien irá tu hermano a la fiesta del sábado? 

Debería de habérmelo imaginado, ella solo me busca para preguntarme por él. 

—La verdad no tengo idea. Deberías de ir a preguntarle.

Cuando termine de darle mi respuesta, ya estaba caminando muy apresuradamente hacia mi hermano quien estaba a unos cuantos metros de donde me encontraba. Jaja pobre de él, tener que lidiar con Melanie no será fácil. 

Aunque él cuando habla con las chicas que se le acercan ni siquiera las escucha, esta tan ocupado mirando sus cuerpos, que lo único que les responde al final de sus parloteos es un «si», «no» o algunas veces con un «tal vez». Y lo peor de todo es que ellas cuando obtienen un sí o un tal vez de respuesta se marchan felices. Sí, son muy tontas. 

Llegué a mi salón y estaban todos mis compañeros hablando entre ellos mientras esperan al profesor. Me dirijo hacia mi asiento, que por desgracia está al lado de todo mi grupo de amigas. Las saludo a todas, y me siento en mi lugar. Saco todos los útiles y me dispongo a leer los apuntes de la clase pasada. Pero las voces chillonas de mis compañeras no permitían que pudiera concentrarme, mientras hacía el esfuerzo de aislar mi mente de todo sonido molesto escucho que me llaman.

—Lara.

Me doy la vuelta y me encuentro con Daniel, uno de los chicos populares. 

—¿Qué quieres?—Le respondo seca—Hoy no estoy de humor para aguantar tus indirectas muy directas Daniel.

Daniel NUNCA se había fijado en mí, no sabía de mi existencia ni nada por el estilo. Pero cuando me integraron con los populares él de repente se dio cuenta que existía y desde entonces no para de decirme indirectas muy directas sobre lo bien que nos veríamos siendo pareja y muchas estupideces más. 

—Sólo quería decirte que hoy te ves muy bonita. 

Lo golpearía, enserio que lo haría. 

—A la entrada me dijiste exactamente lo mismo Daniel— Dije entre dientes—. ¿No se te ocurre otra cosa para decir antes que repetir como loro tus propias palabras?

—Es que quiero que sepas lo que pienso de ti.

Justo cuando terminó de decir esas palabras entró el profesor. Pero eso no significó que él se mantuviera callado, sino que continuo hablando pero esta vez al lado de mi oído diciendo:

—Y quiero que sepas lo que siento por ti. 

Cualquier chica se derretiría con aquellas palabras del chico más codiciado por el sexo femenino en este lugar, pero en mi no hacían ningún efecto. Bueno, miento. Sí hacen un efecto en mi, y es que me dan mucha (demasiada) gracia. Siempre que dice algo así me carcajeo en su cara. Si se que parece desubicado de mi parte. Pero tienen que ver cómo trata a las chicas, solo las usa, y luego las desecha.

Yo solo me limite a darle una mirada intimidante. Y en el trayecto de mi mirada de vuelta hacia el profesor me encontré con alguien observándome fijamente. No le di importancia, y me concentré en la clase. 

Cuando toco el timbre que indicaba el final de la clase, volvió a mi mente la persona con la mirada fija en mí. Eso fue muy extraño.

Perfectas imperfecciones  (EN PAUSA)Where stories live. Discover now