- "Chimuelo ¿Qué sucede, amigo?" - susurro mientras se estrujaba sus ojos soñoliento.

El dragón ronroneo y acaricio la cabeza de su niño esperando a que de nuevo se durmiera, con suerte se jinete quedo dormido nuevamente, pero eso no duro demasiado. Otro chasquido inquieto al dragón, instantemente se levanto del suelo así despertando por completo a Hipo. El Furia Nocturna dio un silencioso gruñido con los ojos puestos en la maleza; había algo allí. Hipo inquietado se levanto y avecino a la boca de la cueva. La luna estaba por lo alto, su poca luz dio un poco de claridad a los ojos del vikingo; nada parecía fuera de lo normal.

- "Tal vez solo es el viento" - comento para tranquilizar a su dragón.

Al instante, Chimuelo empuja a su humano dentro de la cueva; un Marginado sin antorcha comenzó a pasar cerca de ellos. El hombre con ojos sospechosos enfoco su vista en la oscura cueva. Hipo intento no respirar pesado, pues temía por el eco del túnel. El Marginado sacudió la cabeza y siguió de largo. Aliviado el vikingo sonrió a su dragón.

- "Eso estuvo cerca" - murmuro Brutacio al oído y espaldas de Hipo.

Al Brutacio hacer esto, un horrible escalofrió recorrió por la espalda de Hipo que no pudo retener el grito que escapo de sus labios del susto. El vikingo tapo su propia boca, pero ya era demasiado tarde. Su grito alerto los oídos del Marginado. Sin remedio, Hipo volteo y miro fulminante a Brutacio.

- "Ups" - se disculpo.

En otro vistazo, el Marginado se avecino a la cueva. Hipo, Chimuelo y Brutacio se escondieron tras una roca del túnel; no estaban seguros de si el Marginado tenía una buena vista, pero siempre es bueno prevenir algo. Hipo se avecinó y vio que el Marginado hacía señas con la mano, otros dos Marginados ocluyeron al llamado de su compañero. Escondiéndose detrás de la piedra Hipo apretó sus dedos contra la roca.

- "Genial, esto no es bueno". - apretó los dientes frustrado.

Con pasos sigilosos los jóvenes se guiaron hacia Brutilda y el dragón de dos cabezas. Hipo coloco su mano sobre los labios de la chica quien de un susto se levanto. En pequeños detalles Hipo con señas le explico a la chica que había Marginados cerca; debían mantener silencio. Ya todos despiertos miraban como los hombres entraban a la cueva con antorchas. Hipo frunció el ceño determinado a encontrar una salida, pero tal cosa parecía imposible. Se volteo a mirar a los gemelos y a su amado dragón.

- "No podemos arriesga a que nos atrapen a todos". - susurro a los gemelos. Chimuelo alzo las orejas, nadie más que él conocía lo que su niño quería decir con eso; dicho dragón mordió la chaqueta de su humano con los ojos tristes. - "No amigo, no puede dejar que Alvin te atrape. Es a mí a quien quiere". - le acaricio la frente.

Furioso el dragón aparto la mano de su niño mirándolo entonces con enormes ojos de valor. "Si tu vas, yo voy", decían aquellos brillosos ojos verdes de reptil. Una sonrisa se dibujo en el jinete; ese era el Furia Nocturna que él conocía.

- "Está bien, seremos tu y yo". - con esto el dragón volvió a sonreír. - "Cuando tengan la oportunidad escapen y traigan a los demás jinetes". - ordeno al subir a la cilla del Furia Nocturna.

- "Pero..."

- "Solo hagan lo que les digo por una vez". - regaño.

Dejando a los gemelos sin palabras el Furia Nocturna salto fuera del escondite. Los Marginados apuntaron sus ballestas contra la bestia. La boca del dragón produjo un sonido agudo y de su boca una luz purpura reflejo sus dientes filosos. Los hombres con la experiencia antes recibida del dragón sabían que eso no era buena señal; saltado lejos y a tiempo para esquivar el ataque. Con el camino despejado Chimuelo salió corriendo fuera de la cueva; los Marginados fueron tras ellos avisando a su vez a los soldados cercanos. Brutacio y su hermana se avecinaron a la boca de la cueva, viendo el haría despejada corrieron a las llanuras.

Su ala aun dolía pero sus patas era fuertes y veloces; habían Marginados por todas partes que los nervios de Hipo y su dragón eran notable en la expresión. Por derecha e izquierda las antorchas de los enemigos eran visibles, el dragón galopaba lejos de ellas. Hipo animaba al oído de su dragón esperanzado de que podrían salir de la vista enemiga.

- "¡NO ESTÁN TAN LEJOS!" - gritaban aquellos hombres.

- "¡Vamos amigo, deprisa!". - continuaba animando el jinete.

De sorpresa, entre unos siete a cinco Marginados bloquearon el camina del frente, Chimuelo freno y se dio la vuelta con el fin de huir; otro camino bloqueado por Marginados según vio. Lo mismo pasó en la derecha y en la izquierda. Los ojos de Hipo se llenaron de horro y los de su amigo en ira; estaban rodeados.

Un Dúo Terrible - HTTYD TV SHOWWhere stories live. Discover now