Nuestro Chico Nerd

Capítulo 9

Me levante de mi cama, decidido a contarle a mi madre lo que habia pasado, antes de que el miedo fuera más grande.

Me dirigí hacia donde pense que podría estar en estos momentos, lo cual fue en su habitacion, primero toque la puerta, para después de haber escuchado el visto bueno y darme cuenta de que mis sospechas si fueron ciertas, entrar.

Mi madre se encontraba sentada frente a su tocador, peinando su largo cabello negro, mientras que sus ojos azulados a través del espejo, se encontraban observando mi figura parada en la puerta. Entre con los pensamientos revueltos y los nervios en la superficie, sabia que la decision que habia tomado por más buena y honesta que fuera, era algo que ella no eceptaria, nunca lo haría.

- Madre, quiero decirte algo - Mi voz se escucho más baja de lo que queria, gracias a mis nervios.

-Esta bien, querido, sientate, te escuchare- mi madre, termino de peinar su cabello y se levanto, quedando ahora, justo enfrente de mi.

Con una de sus manos delicadas y a la vez cansadas, me hizo una seña para que me sentara en una esquina de su cama, para luego ella hacer lo mismo.

Mis manos temblaban y yo solo podia rascar y rascar, aún que me estubiera haciendo daño, no sabia como iniciar, y ella percatandose de mi situacion, agarro mis manos y las sostuvo entre las de ella.

-Yo....Tome una decisión precipitada, sin antes consultartelo- No la mire, Por que si lo hacia, las palabras se quedarían atascadas entre mi garganta.

-¿ Qué desicion fue esa, hijo?- pregunto, su voz sonaba con nada más que tranquilidad y comprensión.

- Hay unas personas de mí instituto, que me hicieron elegir entre dos opciones- hable.

- La primera era aceptar ser su pareja y la segunda era......ser expulsado, con una gran posibilidad de no volver a ser aceptado en otra institución- termine.

-¿ Cual aceptaste?- pregunto, su voz ahora habia cambiado y ya no sabia si queria continuar con esto.

-La que pense que fue la mejor, madre- hable.

La habitacion se habia quedado en un silencio, el silencion que nunca habia pensado, me atormentaria más.

-¿ Por qué? Se que tal vez piensas, que por no estar mucho en la casa no me preocupo por ti, pero lo hago, eres mi sangre, eres mi hijo, dime porque, sacrificarias tu felicidad y tal vez tu vida- oh su voz, aquella voz que era tan suave como una pluma al caer, ahora se escuchaba entrecortada, tal vez por la incredulidad o por las lagrimas, aquellas que aún se encontraban acumuladas entre sus ojos.

- No podia darte más cargas de las que ya tienes, se que lo tuyo con papá se ha complicado mucho más de lo que deberia, por eso lo decidí y elegi contártelo ahora, antes de que otra persona te lo dijera en una circunstancia no favorable- hable, mi mirada se encontraba en la pared y aunque quisiera no me atrevia a apartarla de ahí.

- Mis cargas, no son tu responsabilidad son mías, el decidir no contartelas no es por no confiar, es para no incluirtelas a ti, no mereces cargar con los problemas de los demás como si fueran tuyos, aún eres joven para esto, hijo- ella sostuvo mi rostro entre sus manos y lo giro, para que ahora nuestras miradas estuvieran conectadas.

- Agradezco tu preocupacion, realmente lo hago, pero esa, no fue una buena decisión, es tu vida la que pusiste en venta a cambio de un poco de que, ¿Mi paz? No, veremos como lo vamos a resolver, pero no voy a permitir que hagas un sacrificio como ese - hablo.

- Gracias, madre, pero ya es tarde, lo hecho, hecho está, y ya nada puedo cambiar- murmure.

Tus ojos aquellos que nunca crei que me mirarían de esa forma, ahora lo hacen, tal vez estaba demasiado ciego mirando hacía otra parte, que realmente no me di cuenta, el amor que tu me tenias, pero hoy en esta habitacion solo me queda decirte.......

- Perdon, madre -.

Continuará