48. Forever Winter.

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—Ya no es gracioso, Winter. No digas esas cosas. No vas a morir. Vamos a llegar a viejitas juntas, y pasaremos el fin de semana en un jardín, viviendo felices.

Winter me mira, me mira de una manera extraña.

—No hay nada que desee más que eso —Sus labios se curvan y salto de mi cama para sentarme al lado de ella.

—Bien, porque es lo que va a pasar. Además, me tienes que invitar a tu boda con Rámses.

Ella se carcajea y me da un pequeño empujón.

—Invítame mejor a la tuya con Bastián.

—Lo haré, y te guardaré el ramo para que luego tú te cases —Le guiñó un ojo, divertida—. Y también serás la tía de mis hijos en caso de tenerlos, ¿lo recuerdas, verdad?

—Puaf —resopla—. Claro, seré la tía más genial y le compraré todo lo que quieran.

—¿También seré la tía de los tuyos? —inquiero en voz baja.

—Claro que lo serás, tonta. La tía que le hará postres ricos.

Ambas nos miramos una a la otra y nos reímos.

—Entonces, ¿sí te casarás con Rámses? —Muevo mis cejas de arriba hacia abajo.

—No lo sé, primero debemos tener al menos una cita.

—Créeme, esa cita será genial —afirmo y ella suspira.

—Estoy muy emocionada. Uno de mis sueños es tener una cita, también volver a ver a toda mi familia una vez haya superado todo esto.

—Lo harás, Winter. Vas a cumplir cada uno de tus sueños, ya verás.

Winter sonríe, creyéndome.

—Ya cumplí uno.

—¿Cuál?

—Tenerte como mejor amiga —Su mano cubre la mía, y como de costumbre pongo mi cabeza en su hombro.

—Gracias por aparecer en mi vida, Winter.

—Gracias a ti, April.

—Ambas vamos a recuperarnos, vamos a salir de aquí, y vamos a cumplir todos nuestros sueños.

Si tan solo hubiese sabido lo que pasaría después.

***

Acomodo mi vestido negro, y me pongo unos zapatos cómodos, con un abrigo grueso. Mis ojos se centran en la cama vacía de Winter y quiero volver a tumbarme a llorar, pero sacudo la cabeza y salgo de la habitación, bajando las escaleras para encontrarme con los demás.

Las paredes parecen oscuras, los sofás de colores que escogió Winter parecen grises, y se que todos los sentimos, así como todos estamos en un silencio pesado mientras nos dirigimos hacia el cementerio.

Ali no deja de llorar por más que lo intenta, y Zeus la abraza. Rámses los mira, y los esquiva con los ojos llenos de dolor. Sé lo que debe pensar. Sé que es lo mismo que yo pienso. Así deberían estar Winter y él.

Un "pequeño" favorWhere stories live. Discover now