Huida.

La tríada del horror.

Advertencia: homofobia y bullying.

Su propia voz quedó resonando en su mente luego de la pregunta que había formulado "¿Vincent es un lobo?", no era posible que tanto hubiera estado ocurriendo frente a ella sin que pudiera notarlo; porque sabía que él confiaba plenamente en ella.

«¿Vinc un lobo?, es imposible, jamás me hubiera ocultado estar viviendo algo así; Nat tampoco me ocultaría algo tan grande como que es un vampiro», pensó; ambas ideas la sobrecogieron de repente. Siempre habían cuidado los unos de los otros; en eso consistía su amistad, después de todo, la necesidad de protección mutua. Los tres lo habían jurado miles de veces.

Además, si Natdanae era un vampiro, por qué podía salir a la luz; algo debía estar funcionando mal en su mente; nunca pareció preocupada por el ajo que ponían en la pizza; es más, solía echarle más acompañándolo con ají; no parecía preocupada por las cruces. Nunca pareció preocupada por nada.

Recordó el primer día del jardín de niños, cuando la conoció. Ella, una niña albina, era el blanco fácil de las bromas crueles. Un grupo de infantes había empezado a tirarle témperas de colores en cuanto se había sentado al borde de una mesa circular, porque estaba "despintada"; había intentado denfenderse, pero ellos eran más... riéndose y llamándola "rara" mientras ella procuraba no quebrarse porque era lo que su hermano mayor le había enseñado "si te ven llorar, será peor; llámame, yo te cuidaré", le había repetido muchas veces, pero ahora se encontraba ahí completamente sola, con lágrimas cayendo de sus ojos color gris fantasmal, sin poder contenerlas por más tiempo; pues habían arruinado su vestido favorito. Ese que vistió con entusiasmo aquella mañana, alegre por comenzar a ir al colegio, en un lugar nuevo.

Los insultó, ya cubierta por completo de pintura hasta la raíz del cabello, porque algunas niñas se habían acercado a jalárselo y estaba apunto de ser golpeada en la cara, cuando Natdanae apareció; empujándolos lejos y gritando a voz en pecho que la dejaran en paz. "¡No la toquen, estúpidos!", había dicho con determinación para luego quitarles de la mano los pequeños frascos a algunos de los niños "¡Basta!" gritó al ver que no se detenían; finalmente se paró frente a ella diciendo "Si quieren pelear, tendrán que pasar por encima de mí", los niños se acercaron pero ella tiró a unos cuantos al piso con fuerza, otros simplemente se quedaban paralizados ante su presencia. Sus ojos destellando con una fuerza inusual para alguien tan joven, habían impactado a su versión pequeña, que recobró fuerzas para empezar a pegar golpes a diestra y siniestra; si ella la había defendido, no dejaría que también la atacaran. Esa fue la primera vez que fueron castigadas en la escuela, pero fue también el comienzo de una amistad profunda y sincera, había encontrado en Natdanae una aliada inquebrantable, una amiga que la apoyaba en cada idea, por más disparatada que fuera.

Incluso cuando años más tarde, en la primaria, se lanzó a atacar con una tijera la cara de uno de los preadolescentes que golpeaba brutalmente a un pobre y delgado muchacho, que llorando pedía ayuda en uno de los pasillos vacíos del último piso; esta se había sumado a amenazarlos con un arma "falsa" sacada de la casa Zigrath. Fue así como conocieron a un pequeño Vincent, que tímido e inseguro, les agradeció por salvarlo con lágrimas en los ojos y un hilo de sangre corriendo por su cara; en medio de la pelea, le abrieron una herida que recién notaban, en la ceja. Pese a sus intentos de dialogar con el director, expulsaron a Nat por llevar un arma al colegio; Aurora recibió una suspensión y antes de que pudieran llamar a los padres de Vincent, Elliot - el hermano mayor de Aru - tuvo que salir de un entrenamiento de natación para recogerlos y evitar que se metieran en más problemas con sus padres, curó la herida de Vinc y después les preparó el almuerzo; aunque encontraba al nuevo niño un poco extraño, pues no podía comer nada de lo que él cocinaba. Era alérgico a casi todo.