Los autos estaban listos para comenzar la carrera. Habían sido cuidadosamente revisados. Los pilotos se encontraban ansiosos pues esa era una carrera importante: se jugaría la final del campeonato mundial. El piloto del auto rojo se llamaba Charles...
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La noche aún es joven cuando decides dar un pequeño paseo por el paddock. Todo el equipo está tenso y no necesariamente por ti. No, Max podría conseguir su primer campeonato esta noche. Tiene la misma cantidad de puntos que Hamilton, por lo que esta carrera es realmente decisiva. Si termina por delante, gana. Si Hamilton lo hace, gana. Tan fácil como eso.
Le haces un gesto a tu entrenadora cuando se ofrece a acompañarte. Amas a Amy, te has hecho muy amigo de ella, pero ahora necesitas un momento a solas. Sales tercero y te ocuparás principalmente de mantener a los Ferrari y a los McLaren detrás de ti, para aumentar con suerte las posibilidades de Max de ganar.
Sales de tu garaje, con la esperanza de pasear sin rumbo por el paddock durante un rato antes de que llegue el momento de subir a tu coche. Cuando pasas por el callejón que separa los garajes, una mano sale disparada y te agarra de la muñeca.
Congelado, abres la boca para preguntar qué coño está pensando la otra persona cuando de repente reconoces su polo Red Bull. Max. Te relajas y dejas que te manosee hasta que le aprietas contra ti. Sus brazos te rodean la cintura y su cara choca contra tu cuello. No puedes contener una risita y le pasas una mano por el pelo.
«¿Estás bien?», acabas preguntándole. Él suspira. «Es que me da miedo. Me da miedo fracasar».
Le abrazas aún más fuerte y le das un beso en la cabeza. «No vas a fracasar. Ganes o no, has demostrado que eres un piloto que da mucho miedo tener detrás en la pista y si no es este año, que sea el que viene.»
Max permanece en silencio. Vuelve a levantar una de sus manos y le roza el pelo. Finalmente, sientes el zumbido de tu teléfono en el bolsillo, seguramente Amy diciéndote que vuelvas. Antes de separaros, utilizas tu mano en el pelo de Max para levantar su cara y poder darle un beso en los labios.
«Creo en ti», susurras cuando te separas, compartiendo una respiración contenida en el pequeño espacio entre los dos. Una suave sonrisa se dibuja en el rostro de Max mientras te da un último beso en la frente. «Gracias»
(...)
El coche ruge debajo de ti cuando se apagan las luces y aprietas el acelerador. Durante las dos primeras vueltas consigues mantener a Lando y Carlos detrás de ti hasta que llega el momento de entrar en boxes. De acuerdo con la estrategia del equipo, sales y te colocas en primera posición mientras Hamilton entra en boxes.
Cuando sale ya han pasado veinte vueltas, pero a diferencia de lo que esperabas, no ves a Max detrás de ti. «Max tiene una diferencia de 7 segundos con Hamilton. Ya sabes cuál es tu trabajo» , responde tu ingeniero a tus preguntas tácitas cuando Hamilton aparece en tus retrovisores.
Sonríes un poco cuando entras en la curva 11. Ya sabes cuál es tu trabajo. Durante las tres vueltas siguientes consigues mantener a Hamilton detrás de ti mientras tu ingeniero te informa de la distancia cada vez mayor que os separa de Max. A mitad de la vuelta 23, por desgracia, ya no puedes mantenerlo detrás, pero Max ya está justo detrás de ti.
Cuando le dejas pasar, lo único que piensas es «a por Maxie».
Tu propia carrera termina de forma bastante decepcionante, cuando Latifi hace un trompo fuera de control en la vuelta 54 y te lleva con él contra los muros. Sale un coche de seguridad y, para tu sorpresa, Max se dirige a boxes. Ahora estás de vuelta en el pitwall, sentado junto a Christian. El pitcrew vuelve a ser increíblemente rápido y Max se aleja en un santiamén. Sin embargo, acaba detrás de otros 5 coches que en realidad van detrás de él.
Aparte de ti, Christian guarda un silencio inusual mientras ve a Max desviarse por la pista, muy por detrás de donde debería estar. En ese momento abandonas el pitwall, un poco decepcionado por el final de la carrera. Vuelves a tu lado del garaje y planeas coger tus cosas y volver a tu sala de pilotos cuando Amy te agarra del brazo.
«Tienes que ver esto», te grita al oído mientras te lleva a la gran pantalla donde los mecánicos están viendo la carrera. Te quedas con la boca abierta cuando ves a Max conducir casi al lado de Hamilton, dos curvas antes de la recta final. La bandera verde ondea y Hamilton arranca, Max le sigue de cerca.
Los ves luchar en la pantalla, Hamilton hace todo lo que puede para mantener a Max detrás. Miras con la respiración contenida cómo Max se lanza por el interior y consigue arrebatarle el liderato a Hamilton. Las dos curvas siguientes se suceden en un abrir y cerrar de ojos y luego corres hacia las vallas para animar a Max, que pasa primero por la línea de meta.
Primero. Es el campeón del mundo. Se te llenan los ojos de lágrimas mientras corres hacia el pitwall, donde Christian ya está hablando con Max por radio, diciéndole lo orgulloso que está. Cuando te ve, se quita inmediatamente los auriculares y te los entrega. Es obvio que el jefe de equipo conoce la relación entre sus dos pilotos y nunca has estado más agradecido por ello.
«¡Max, bestia absoluta! ¡Lo lograste! ¡Lo has conseguido, joder! Estoy tan orgullosa de ti!", gritas por la radio. Max se ríe y tú observas encantado cómo aparca su coche en el primer puesto del parc femmé. Grita algo por la radio, pero tú te deshaces de los auriculares y corres hacia la pista.
Su padre y otros ya están allí, abrazándole y subiéndole a hombros. Cuando vuelve al suelo, te ve. No puedes contener las lágrimas cuando se acerca a ti y te abraza con fuerza. Lloras en su hombro mientras él probablemente hace lo mismo, detrás de su casco.
Se levanta, se desabrocha frenéticamente el casco y se lo quita con su baclava antes de ponerte las manos en las mejillas y darte un beso ardiente. Las emociones y las lágrimas fluyen libremente entre los dos.
Esa misma noche, Max insiste en que subas al podio con él. Te mira con mucho amor mientras se celebra la ceremonia. Cuando los demás os rocían con champán, él te da otro beso, apretando tu cuerpo contra el suyo. Es la mejor noche de tu vida.
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