Para sohui nunca había sido fácil vivir con Joong-Gil desde que había regresado, ya que dejó en claro que no la soportaba. Incluso todo ese odio tenía una razón, lo suficientemente buena como para que nunca estuvieran lo suficientemente separados pe...
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Ahogada por el edredón que cubría su rostro, era la décima vez que sonaba su teléfono y a pesar de ignorarlo no pudo soportar más el ruido con mucho odio agarró su celular y se sentó en la cama
- ¿Hola? — Pregunta la mujer dormida al contestar la llamada tenía el pelo desordenado y los ojos cerrados, ni siquiera se molestó en mirar quién era
- ¿Donde estas? Es tarde — la voz de Joong-gil sonó al otro lado de la línea
- ¿Qué es lo qué quieres? — Preguntó con impaciencia
— Quiero que cumplas tu parte del acuerdo y trabajes para mí — Dijo victorioso del otro lado maldita sea, no pensó que tendría que pagar su lengua tan pronto
— Ya voy — Dijo y colgó el teléfono
Se arrojó en la cama una última vez antes de levantarse, después de todo, todo lo que necesitaba era que el jefe del equipo de escolta se quejara con ella temprano en la mañana
Hizo su rutina matutina, se puso uno de sus conjuntos, pasó por una cafetería, tomó su café favorito y se fue a trabajar
— Buenos días — Dijo viendo a dos segadores en la entrada de la habitación de Joong-gil
— Buenos días — Dijeron suavemente a coro esta vez Sohui no llamó a la puerta, ni siquiera se había despertado adecuadamente
— ¿Cuándo aprendiste a no tocar la puerta? — preguntó Joong-gil irónicamente
— Cuando aprendió a hacer de la vida de las personas un infierno de temprano? Si querías estar cerca de mí solo tenías que decirlo — Respondió en el mismo tono Sohui frunció el ceño al ver que el hombre mayor colocaba otra carpeta sobre la mesa, realmente había muchas
— Está bien, están todos aquí ese es tu trabajo revisarlos todos y firmar por mí, buena suerte y gracias por el café— Sonrió victorioso tomando el café de la mano de la mujer y saliendo de la habitación
— Este es mi café — dijo Sohui con un puchero en los labios
Pero no tenía sentido, ya se había ido Sohui resopló y puso los ojos en blanco bien podría hacerlo con la ayuda de la tecnología celestial, pero como castigo prefirió "perturbar" la vida de Sohui, como ella misma diría
La mujer se sentó en la silla mirando la pila de papeles frente a ella y pronto apareció un puchero en sus labios tan pronto como empezó parecía que nunca terminaría, pasaron páginas y horas y Sohui continuó revisando los papeles, las letras parecían sueltas en las palabras ahora y para empeorar las cosas, todavía tenía hambre pero quería terminar todo tan rápido, así que tomé una lonchera y regresé a la sala
— Mierda — refunfuñó Sohui al ver caer su tenedor al suelo
Al intentar atraparlo, terminó pateando uno de los cajones del escritorio del segador, provocando que se abriera Sohui parecía curiosa, no es que lo hiciera por su propia voluntad pero era el destino el que se lo estaba mostrando, o al menos así se explicaría si alguien llegara allí
