Adán: ¿Hijo De Dios, O Del Demonio? © Primer Libro [Terminado]

¿y Zara?

Capítulo 25

La voz proveniente de la rejilla sonó interesada, aunque conservando cierta cautela. La curiosidad parecía estar teñida de un leve escepticismo, como si la respuesta pudiera ser más compleja de lo que parecía.

—¿Y en qué trabajabas? —preguntó, probablemente buscando entender mi situación y motivos.

Respiré profundamente antes de responder, tratando de mantener la calma a pesar de la tensión palpable en el aire.

—Era policía —dije con voz firme, aunque un deje de nostalgia se filtró en mis palabras.

Hubo un breve silencio antes de que la voz continuara, esta vez con un tono raro, difícil de descifrar a través de la rejilla.

—Oh, ¿no eres de este trabajo...? —la pregunta fue acompañada de un suspiro, como si la persona en el otro lado estuviera procesando la información—. Todos los que viven aquí son trabajadores de aquí.

La afirmación me dejó perplejo. ¿Qué tipo de lugar era este donde todos los habitantes estaban vinculados al mismo trabajo? Las piezas del rompecabezas empezaron a encajar lentamente en mi mente, pero aún quedaban muchas incógnitas.

—¿Por eso todos hablan ruso...? —pregunté, intentando aclarar las conexiones entre el lugar, el idioma y la aparente exclusividad laboral.

Hubo un momento de silencio mientras la voz consideraba mi pregunta.

—Sí, el ruso es el idioma principal aquí. Es parte de nuestro entorno laboral y cultural —respondió finalmente, aunque su tono revelaba que había más detrás de esa respuesta.

Mis pensamientos se agitaron mientras intentaba procesar toda la información. ¿Cómo había llegado a parar en un lugar tan peculiar y aparentemente controlado? ¿Qué relación tenía esto con mi situación actual y con Zara, a quien había prometido proteger?

—Entiendo... —musité, aunque en realidad, seguía confundido—. ¿Podrías decirme más sobre este lugar? Me ayudaría a entender mejor la situación en la que me encuentro.

La voz desde la rejilla pareció considerar mi solicitud por un momento antes de continuar.

—Este lugar es más complicado de lo que parece a simple vista. Estamos involucrados en diversas actividades que requieren un alto nivel de discreción. Y las personas que residen aquí son parte de ese entorno. No es un lugar común, pero tampoco es inaccesible para aquellos que cooperan.

Cada palabra pronunciada aumentaba mi intriga y mi necesidad de respuestas. ¿Qué tipo de actividades requerían tanta discreción? ¿Y por qué había sido arrastrado a este mundo de secretos y misterios? La urgencia por salvar a Zara se volvía cada vez más palpable a medida que la conversación avanzaba.

—Entiendo... —repetí, aunque mis pensamientos estaban en otro lugar—. ¿Hay alguna manera de salir de aquí? Necesito salvar a alguien importante para mí y no puedo permitirme estar retenido por mucho.

—no creo— respondió

Luego de la respuesta negativa, salí del cuarto junto a la persona que había emergido de la rejilla. Nos pusimos en marcha por los pasillos, y aunque mis preguntas seguían acumulándose, por el momento, mantuvimos el diálogo en pausa.

—¿Y qué has hecho aquí? —pregunté, esperando obtener más información sobre el lugar y las actividades que se desarrollaban dentro de sus muros.

La respuesta fue breve y aparentemente evasiva: "Nada".

Continuamos nuestro recorrido por los laberínticos pasillos, cada uno parecía ser un reflejo del otro, una red de caminos que se cruzaban y divergían de formas desconcertantes. El entorno era extrañamente silencioso, a pesar de la presencia de tantas personas que se desplazaban en todas direcciones. La mayoría hablaba en ruso, lo que me recordó la peculiaridad lingüística de este lugar.