[47: UNA VIDA JUNTOS]

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UNA VIDA JUNTOS

«De amor no se vive. Aunque suene cuestionable el amor no es suficiente para elegir vivir una vida con alguien. Hay más cosas que son tan importantes como eso, y el qué esperan en el futuro es una de esas cosas. Una pareja que uno quiere vivir una vida viajando y otro asentarse en un lugar, una que uno quiere hijos y otra no, etcétera, van a obligar a uno de los dos a desistir de la vida que quería. Y eso es triste, a veces uno tiene que ver más allá del amor.

Por eso no hay nada más feliz que encontrar a aquella persona que uno ama y que está totalmente alineado a uno para poder tomar un camino juntos.»

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Aemond había ido a los aposentos de Alicent, y luego de que le diera permiso entró a verla.

—Madre, te ves muy bien—halagó con voz cálida mientras la veía—. Ha pasado demasiado tiempo desde que no veo tu cabello suelto o al menos parcialmente.

La reina solía usar todo su cabello atado en un rodete, y aunque había variaciones eran básicamente el mismo peinado.

—Gracias, hijo. Pensé que quizás era bueno un cambio después de tanto tiempo.

O quizás tenía que ver con el hecho de que, hace dos noches, Daemon le dijo que tenía un cabello suave y hermoso, que era una lástima que nunca se pudiera apreciar.

—Una gran elección —afirmó mientras le extendía el brazo, ella lo tomó.

Mientras Aemond era el acompañante de su madre, Aegon iba con Gael. Estaba realmente emocionado, era la primera vez que saldrían juntos en un evento (aún si era pequeño y privado) desde que se habían comprometido, por lo cual podía llevarla del brazo, podía estar pegado junto a ella y nada malo podría pasar, estaba totalmente autorizado a todo eso.

Jaehaerys le sacaba la lengua a su padre mientras la criada le arreglaba las mangas de su ropa.

—¿Por qué está enojado contigo? —preguntó Gael a su lado.

—Quería ir a volar con los dragones más temprano. No nos daría el tiempo de ir y volver para la boda, así que no lo hicimos y desde ese segundo está así.

—Oh, así que era eso. —Gael soltó una risita—. Es tan caprichoso como tú.

—Creo que es más caprichoso que yo —admitió.

—Mmm, eso es difícil —se burló ella, soltó una risita y se enganchó al brazo de su prometido.

—Quizás porque lo cuida una niña totalmente caprichosa también —agregó igual de burlón.

—Qué pésimos ejemplos somos.

—Es lo que hay.

Ambos se rieron, él le acarició la mejilla antes de besarla.

—Mami, mira —interrumpió Jae a propósito.

—Te ves encantador —respondió mirando como él giraba para que lo vea entero—. Sólo no vayas a marearte. —Y tuvo que detenerlo porque ya iba en su tercera vuelta.

Jaehaera se acercó a ellos con una pequeña sonrisa.

—Te ves preciosa —comentó Aegon con una amplia sonrisa.

—Gracias, papá —musitó antes de tomar la manita de su hermano para comenzar a caminar ya que únicamente los estaban esperando a ellos.

Ellos estaban delante mientras los más grandes caminaban unos pasos detrás de ellos.

Sangre TargaryenWhere stories live. Discover now