Capítulo 6

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Los tres puntitos nos dejaban de parpadear

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Los tres puntitos nos dejaban de parpadear.

—¿Te está escribiendo un testamento? —preguntó Alejandro.

Los puntitos desaparecieron.

—Mierda —mascullé—. Te odio.

—Y después preguntas por qué no lo soporto —murmuró Camille con la vista a mi espalda, de seguro buscando a Fara.

—Está escribiendo —dijo Alejandro y me hizo saltar en el lugar.

Pero los puntitos desaparecieron de nuevo. Aksel seguían en línea.

—Le va a dar un infarto por tu culpa. —Le pegué en el hombro a mi amigo—. No sabe ni qué responder.

—Espera, está escribiendo de nuevo. —Señaló el teléfono—. Ya no.

Maldije por lo bajo y decidí hacerle un audio a Aksel.

"Lo siento. Mi amigo se bebió su vodka y el mío, me robó el teléfono y se puso a escribirle tonterías a mis últimos contactos".

Alejandro se rio y tuve que parar el audio.

—Hijo de puta —refunfuñé y me quedé esperando la respuesta de Aksel.

Fara volvió y Camille se puso a conversar con ella. Alejandro no dejaba de mirar mi teléfono.

—Métete a lo tuyo —susurré.

—Eres una cobarde.

—¡No puedo soltarle eso así!

—Bueno, pues está respondiendo.

El mensaje de Aksel iluminó la pantalla y me aparté para que mi amigo no volviera a hacer de las suyas.

Profesor Bakker: Me asustaste. Por eso no deberías andar de fiesta los domingos.

Profesor Bakker: Dile a tu amigo que es de mal gusto robar teléfonos ajenos para hacer bromas.

Contuve la sonrisa.

Dice mi amigo que lo siente, que era una broma, pero que si quieres, no es broma.

Los tres puntitos aparecieron por unos segundos y volvieron a desaparecer. No respondió.

***

Aksel

Sandra tocó la puerta de mi oficina a pesar de que estaba abierta.

—Están todos en el auditorio.

Faltaban quince minutos. Al parecer, yo no era el más puntual de la universidad.

—¿Cómo pasaste el fin de semana? —preguntó cuando me uní a ella.

—En el taller.

—¿Cuándo me vas a llevar?

AkselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora