Una Melodía Mortal

Capítulo 45 🎻

Raven

Si mantengo los ojos cerrados, tal vez puedo convencerme a mí misma de que esta horrible pesadilla no es real y que se trata de un producto de mi distorsionada imaginación. Me niego a que suceda así. No quiero que el peso de la decepción destroce mi corazón y arruine la experiencia que he esperado desde que era una niña. No quiero que mi compañero me suelte la mano. No quiero enfrentar sola esta adversidad y recoger los pedazos por mi cuenta. No quiero que su ausencia acabe conmigo.

Las imágenes de mi visión pasan por mi mente como una vieja película en blanco y negro. Me pregunto si desaparecerán en algún momento y dejarán de atormentarme. Sacudo la cabeza, aunque todo lo que veo son mis huesos rompiéndose, la sangre tan espesa como mis lágrimas. No importa cuánto lo busque. Él no está aquí. Se ha ido. Estoy sola. Vacía. Destruida.

—Abre los ojos, Raven—Demanda su voz, pero suena lejano.

Los aullidos se vuelven más fuertes.

El pánico me arranca la respiración y siento los pulmones oprimidos. No puedo soportar su rechazo. No puedo. Hay una caricia suave en mi rostro, luego sus manos están en mi pelo y lleva mi cabeza a su pecho en un acto de consuelo. Si está diciendo algo, no logro entenderlo. Lo único que escucho es mi sangre corriendo y mi corazón latiendo en mis oídos. Tengo nudo en la garganta, las palabras atascadas, muriéndose por salir.

No te vayas.

No me dejes sola.

Borra mis pesadillas y haz realidad mis sueños.

Quédate conmigo.

—Mírame —insiste y añade—: Por favor...

Y cuando miro sus ojos, desaparece el miedo que he sentido por culpa de mis inseguridades. He visto todas sus partes desde que nos conocimos, pero jamás se ha mostrado tan destruido ni frágil. Tal vez este es el verdadero significado del amor: Un sentimiento tan feroz que te deja de rodillas y sacude tu propia existencia.

—Necesito que entiendas mi idioma—dice de rodillas, con las manos en mi cintura—. Escúchame, Raven.

La magia que nos une late más fuerte. Es el lazo rodeándonos en infinitos hilos. La cueva se ilumina de rojo y luciérnagas vibrantes. Como un cielo de estrellas. El mundo entero deja de girar mientras miro a este hombre y pienso que estar enamorada es una absoluta locura. Antes me aterrorizaba entregarle mi corazón y confiarle mi alma, pero una cosa es segura: no cambiaría nada de lo que hemos vivido. Él me enseñó que hay belleza en la oscuridad y que no importa si una parte está rota porque podemos reponernos juntos.

—¿Lo sientes? —pregunta.

Asiento con lágrimas en los ojos.

—Sí.

Pasamos minutos conectados, rememorando los eventos que nos ha traído hasta aquí. A través de mis visiones le muestro a una chica de cabello rojo entrando por primera vez al castillo y un vampiro sentado en el trono. Recuerdo nuestras discusiones, los besos, cada caricia y sonrisa. La forma en que sus manos tocan mi cuerpo y se alimenta de mi sangre porque soy su mayor fuente de vida. La única razón por la que su corazón late y sus venas bombean. El lazo brilla con más intensidad y su voz suena en mi cabeza como una melodía suave y emotiva. La mejor canción jamás creada. La nota perfecta.

No me iré de aquí porque te amo. Prefiero morir antes que soltar tu mano.

Sus ojos brillan de asombro al pronunciar esas palabras y un nuevo tipo de fuego, uno que nunca he visto en su mirada arde con intensidad. Mis labios se inclinan en una pequeña sonrisa y quiero gritarle que el sentimiento es mutuo, pero mi cuerpo se derrumba en sus brazos y el dolor adormece mis sentidos.