Amor Cautivo

Capítulo 13: El hechizo de Vanessa

—Espero que hayáis aprendido la lección. Ahora quiero que os levantéis y que os larguéis de mi cuarto. Que os sirva de advertencia: no se os ocurra volver a insultarnos, ni a amenazarnos, nada de levantar calumnias a nuestra espalda, ni a intentar colaros en nuestra habitación porque la próxima vez, no seremos tan clementes. Y no sólo eso, sino que notificaremos de este comportamiento a la junta disciplinaria de la Universidad. Con lo que habéis confesado esta noche y la copia de la llave maestra que teníais tengo pruebas más que suficientes para poneros muy difícil vuestra permanencia en esta Universidad ¿Está claro? Nada de jueguecitos — dijo William apretando los puños con un brillo amenazador en sus ojos.

El joven hablaba con autoridad. Su mirada dura y penetrante no dejaba lugar a dudas de que cumpliría sus amenazas. Los dos atribulados compinches se miraron a los ojos. Comprendían lo que significaba...tendrían que retractarse si querían sobrevivir, si querían mantener su plaza en la Universidad y lo mejor era hacerle caso.

Aquel William Layard tenía recursos y lo mejor era dejar a los bichos raros en paz. Ambos— Gordo Joe y Arthur— tenían demasiado que perder. El miedo de lo que dirían sus padres si aquel altercado llegaba a oídos de la junta de la Universidad, el miedo a que los expulsaran a ambos pudo más que su maltrecho ego.

William y Georges habían logrado que Gordo Joe les confesara que buscaban demostrar que Víctor en realidad era una chica. Y que estaba convencido de ello. Pero Layard había hablado claro. De no retractarse, lo pagarían. Y Georges se encargaría, ciertamente de ello.
Los dos jóvenes aceptaron a regañadientes las condiciones. De este modo, humillados y golpeados se escaparon entre improperios y gemidos de dolor hacia sus cubiles, como las sabandijas que eran.

Sin embargo, William nunca se fío de su palabra y de este modo le propuso a Vanessa trasladar definitivamente sus pertenencias a casa suya. Porque en la Universidad ya nunca iba a estar a salvo. Y aquellos dos no iban a dejar pasar la humillación sufrida tras su derrota. Estaba seguro de ello.

Así pues, iniciaron una convivencia que se alargaría durante los años de Universidad siguientes. William, fue aprendiendo a ser autónomo. No tenía ningún inconveniente en compartir las tareas de mantenimiento del hogar. Ambos cocinaban por turnos y también se turnaban para hacer la limpieza diaria de la casa que se volvía general una vez al mes.

Mientras Georges, con ternura, iba siendo testigo de las evoluciones del muchacho. Cómo poco a poco, recuperaba su alegría y vitalidad de antaño, de antes de que muriera Rosemary, antes de la muerte de su padre y de que la tía Elroy junto con los ancianos hubieran decidido su futuro. William se estaba convirtiendo en un adulto de principios, íntegro, valiente, fuerte y leal tal y como había sido su padre en vida.

Y ciertamente, él lo celebraba.

A veces, no obstante, sorprendía los inquietantes ojos de la muchacha siguiéndolo con la mirada. Cosa que le hacía sentir muy nervioso. No estaba ciego, durante las duras sesiones de entrenamiento a los que Georges los sometía las tardes de días alternos, el hombre había sentido cómo lo miraba. Y siendo sincero consigo mismo, apreciaba profundamente su atención. Pero no consideraba adecuado para un hombre como él intimar con una muchacha como ella.

Georges había investigado y el padre de la muchacha era miembro de la cámara de los lores, en Inglaterra. Y creyó que lo más prudente era mantener las distancias. Tenía que admitir Vanessa era muy bella, ágil y demostraba tener talento para las artes marciales. Su aguda inteligencia lo desconcertaba e intuía en ella un agudo sexto sentido para la investigación. Sin embargo, casi le doblaba la edad.

Y pensó que quizá estaba deslumbrado por la belleza de su juventud. Sintió cómo un tierno sentimiento empezaba a nacer en su interior y pensó que la última vez que se había sentido así había sido cuando habló con Rosemary aquella primera vez, en el jardín de las rosas. Antes de que naciera Anthony.