Las Leyendas Que Combatimos Juntos.

Capítulo 1

El calor del día hace que todos suden así que tienen que comprar cosas refrescantes los vendedores andaban vendiendo cosas y cosas para las personas acaloradas, la gente se reunió para contar mitos y leyendas, otras decidieron ir a pasear al río Magdalena y los enamorados bailaban y reían.

Y yo vistiéndome para ir a la iglesia, tengo 15 años mi nombre es Carla y está es mi historia.

Un pequeño adelanto: alguien se enamorada profundamente.

Ya saben por donde va la cosa eh. Ahora sin más empecemos el primer capítulo.

***

La leyenda y mitos de Colombia siempre me han encantado y siempre me dio curiosidad por saber más, investigaba día y noche sobre ello. Barranquilla ciudad del verano. Siempre reinaba la paz, una que otra pelea de aquí y allá, casi no llovía, pero un día comenzó a llover, el clima nublado y frío de ese día hizo que se me erizará la piel, trate de ver televisión pero la señal se fue. Abrí mi ventana la que daba a la casa del al lado, donde vivía mi amiga, nos quedamos hablando por ahí hasta que paro de llover.

Esa misma noche, todos se reunieron para contar los mitos y leyendas sobre nuestro país, Colombia, habían unos que otros que nos daban terror, otros solo los contaban para asustar a los niños, y yo. Estaba allí para alimentar mi curiosidad sobre los mitos y leyendas.

Todos empezaron a contar sus historias, la que más me interesaba era una, el sombreron, si, ese hombre alto que viste de negro, en mi barrio varias personas dicen haberlo visto, la verdad, soy de creer en eso, crecí escuchando todo tipo de historia y leyendas de Colombia. Más nunca había visto algo semejante, el sombreron asechaba mi barrio, varias mujeres desaparecieron por el, según cuentan las señoras chismosas que dicen haberlo visto.

-...Se dice que este misterioso personaje acecha a las mujeres que le llaman la atención, especialmente aquellas que son coquetas o vanidosas. Utiliza su música y su habilidad para hipnotizar a las mujeres, dejando una marca de sus encantos con tiza blanca en el suelo cerca de sus casas-Dijo el señor, se tomó un descanso para después seguir con la historia-Se cuenta que el Sombrerón lleva consigo un silbato mágico que utiliza para enamorar a las mujeres, y que además tiene la habilidad de aparecer y desaparecer misteriosamente. Las historias sobre el Sombrerón suelen servir como advertencia a las mujeres para que eviten caer en la tentación de la vanidad y el coqueteo excesivo.

Ese dicho personaje era el mismo que decían ver en mi barrio, hasta ahora no lo han vuelto a ver, pero si se escuchan sonidos con un tipo de silbato extraño, me dió un escalofrío al pensar, que, tal vez puede ser real y el sombreron. Existía.

-!otra¡ ¡Otra!- empezaron a gritar los niños.

Y el señor bebió agua para luego seguir con otro relato, no me quedé, tenía mucha curiosidad sobre el sombrerón, en dichas partes de Colombia y otras ciudades de este país, hay personas que dicen haberlo visto, otras que lo han escuchado, y otras que casi casi son sus víctimas, me daba curiosidad, y esa noche iba a verificar si el sombrerón era real...

★★★★

Lo cierto es que pensaba quedarme toda la noche despierta, y espiar las calles de mi barrio hasta que pareciera ese dicho personaje, todo estaba tranquilo y ningun tipo de ruido más que los cantos de los grillos había, todo estaba pacífico, unos cuantos carros pasaban en vez en cuendo en toda la noche, la gente ya dormía, la luna llena más grande que nunca brillaba con toda la intensidad, y algo entre las sombras se ocultaba, el sombrerón, el, había decidido salir esa madrugada sin saber que alguien los acechaba, Carla, temiendo lo peor, vio una sombra. Que hizo que los pelos se le pusieran de punta.

El sombrerón, alertado de que alguien lo estaba viendo desapareció, y Carla, alcanzando a ver sus sombrero gigante y su silueta soltó un grito ahogado, que si alguien la hubiera oído pensaría que estaba atorada. Salió corriendo hasta su habitación, cerró las ventanas y se acostó en su cama tapándose de pies a cabeza, ella, con un terror horrible y alucinante se acostó llena de asombro tratando de conciliar el sueño, se durmió por fin, todavía miedosa de ver al sombrerón, el existía... Y pronto se enteraría de que fue un grave error haberlo esperado.