Finalmente, después de mucho luchar, Gabriella liberó su mano derecha, pero no soportaba el dolor de tantas cortadas. Aun así, debía liberar su mano izquierda para liberar sus pies sabiendo que le quedaba poco tiempo.

Al liberarse pensó que finalmente podría recuperarse pero no fue así. Rodó sobre la mesa antes de caer al suelo porque debía evitar ser cortada por un hacha.

—¡Vaya! Me sorprendes —dijo Mónica mientras sostenía el hacha— ¿Cómo diablos te liberaste?

Gabriella no entendía por qué Mónica estaba en una casa en llamas. Pero, no tendría la fuerza suficiente aún para lidiar con ella y un hacha.

—Bueno, de cualquier manera ustedes dos se supone que iban a morir. Así que no creo que haya problema, ¿verdad?

Gabriella ni siquiera podía apoyar su mano derecha y parece que la cantidad de humo la estaba haciendo perder la conciencia. Vanta jamás la dejaría sola, se arriesgaba a morir dentro, pero no dejaría a su dueña jamás.

Mónica se hartó del pequeño felino que intentaba distraerla y quiso terminar con la vida del felino de una buena vez por todas con su hacha. Aunque débil, Gabriella no podía permitir eso.

Mónica levantó su hacha con la intención de terminar con la vida del minino. Sin embargo, dos manos ensangrentadas detuvieron el avance del hacha.

No importaba que Gabriella estuviese débil, tenía esa mirada en la que ardía el mismísimo infierno.

—¿Tanto por un gato? —preguntó Mónica, sintiendo la debilidad de Gabriella.

No importaba cuánto lo intentara, terminó nuevamente en el suelo, ya estando demasiado cansada, incluso para ponerse de pie otra vez.

Mónica sabía que debía irse con prisa, así que debía terminar rápido con el trabajo. Sin embargo, ella disfrutaba del dolor de Gabriella, se deleitaba.

Nuevamente, levantó el hacha, pero esta vez lo hizo para acabar con la vida de Gabriella que, para ser honestos, ya se había rendido.

En un instante, Gabriella, que se sentía débil y abrumada, levantó la mirada al percibir la inesperada intervención de Abril. Con una fuerza inesperada, Abril se lanzó hacia Mónica, protegiendo a la mujer que veía como su madre con valentía y determinación, tomando por sorpresa a Mónica quien soltó el hacha.

—¡Usted no se meta con mi mamá! —gritó Abril luego de abalanzarse hacía Mónica.

Mónica tenía su hacha muy cerca e intentó alcanzarla mientras Abril la detenía Pero antes de eso, alguien recogió el hacha. Hacha que ya estaba completamente manchada por la sangre de Gabriella.

Gabriella tenía sus manos cortadas, pero Mónica terminó perdiendo una de ellas, haciendo que en el hacha se mezclaran las sangres de Gabriella y Mónica.

El grito fue aterrador dejando evidencia del desgarrador dolor que sintió Mónica en ese momento.

Leo y Esperanza sabían que debían sacar a Gabriella de allí, mientras alguien se encargaría de acabar con la vida de Mónica. Y no era Angelo y mucho menos Abril.

La ira que se reflejaba en los ojos de Madeline era simplemente incalculable, sus ojos estaban rojos por todo lo que había llorado y estaba temblando porque no sabía si era muy capaz de hacerlo, a pesar de que ella pidió hacerlo previamente.

—¡MATALA DE UNA BUENA VEZ! —le gritó Abril— ¡NO TENEMOS TIEMPO!

Madeline se agachó frente a Mónica, con una mirada fría y decidida.

—Cariño, crecí rodeada de monstruos —susurró con un tono gélido— ¿Pensaste que no podría ser uno? —añadió, con una sonrisa desafiante que heló el ambiente.

La ambición y deseo de admiración de Mónica la llevaron a terminar decapitada y por la persona que uno menos pensaría que lo haría.

Lograron sacar a Gabriella de allí, pero el humo denso y asfixiante del incendio que había inundado el lugar dejó a Gabriella desvanecida y sin signos de vida.

Aquí termina el maratón, que pena...

Aquí termina el maratón, que pena

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sangre Y Poder 2 (chicaxchica)Where stories live. Discover now